Capitulo 24

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Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

¡Eres toda una luchadora y estoy orgulloso de ti!—Hinata se limpió las lágrimas al escuchar tal declaración por parte de su padre, de quien nunca pensó que podía hacerlo—Se que no he sido un buen padre y aún cuando fue así, tu has demostrado ser todo lo que yo hubiera querido ser con tu hermana y contigo—Hiashi observó con ternura a su primogénita sosteniendo a su nieto.

—¿Porque? ¿Porque tuvimos que llegar a esto para escucharlo decir, lo que tanto deseaba escuchar? Yo siempre traté de estar bien con usted y aún con todo mi esfuerzo, no logré nada, nunca una sola palabra de ánimo—estaba herida y no pudo evitar reprocharle su forma de ser con ella.

—Estás en todo tu derecho de reclamarme, por mi despreciable comportamiento, sin embargo, en mi equivocado juicio, creía que te hacía un bien al tratarte con dureza... tu a diferencia de tu hermana, siempre fuiste más dicil, más confiada y veías la bondad en la mayoría de las personas, incluso en las peores y a eso se debía mi miedo—ninguno de los dos se sentó mientras hablaban—pretendía que te volvieras fuerte, más desconfiada, incluso que fueras fría y calculadora en cada uno de sus actos... No quería que nadie te dañara y por mi falta de empatía contigo, terminaste dentro de una pesadilla.

—Durante todos estos años, creí que no me quería y que mi conducta le avergonzaba—el mayor quería abrazarla para que dejara de llorar. Durante todo el tiempo que no la miró, se sintió miserable y temía que no pudiera encontrarla y ahora, la veía tan cerca y tan lejos a la vez.

—Tu modo de ser es el mismo que el de tú madre, ese era el motivo por el cual te trate de cuidar, aunque fue de la manera equivocada, no obstante, nunca dudes que te quiero, te ame, desde el momento en que supe que venías al mundo y todo aumento, cuando abriste tus ojos mientras te sostenía en el hospital luego de tu nacimiento... Perdóname Hinata y déjame demostrarte que puedo ser un buen padre, el padre que siempre debi ser—la morena no pudo seguir conservando su orgullo y se acercó a su progenitor con Itama en sus brazos. Hiashi los abrazó a ambos y le dio las gracias por darle una segunda oportunidad, a pesar de no merecerla—Ahora, abusando de tu bondad ¿me permitirías cargar a este muchacho?

—Si—ella no pudo negarse y menos después de ver el anhelo que mostraban las orbes de su padre, cuando veían a su bebé.

—¡Gracias por perdonarme hija...! Me has hecho el padre y el abuelo más feliz del mundo—girándose con el nieto, para que ella no lo viera, se dispuso hacerle muecas para tratar de que el pequeño sonriera, sin embargo, no lo logró y fue él, quien terminó riendo—es tan parecido a su padre—soltó sin dejar de mirar al Senju menor. Prácticamente, cualquiera caería preso del encanto y la seriedad, de ese pequeño hombrecito.

--Así es, de hecho, parece que no saco nada mío—habló ella en tono triste, cuando recordó que Tobirama, había cumplido su palabra de no aparecer frente a ella. El Hyuga no pasó por alto el semblante triste de su hija y sintió mucha culpa, ya que de haberla apoyado,  quizás Toneri nunca hubiera podido formar el engaño en contra de ambos enamorados.

—Lamentó tanto no haber aceptado tu relación con el Senju... tarde me di cuenta, lo equivocado que estuve con él—decreto con pesar, aunque sabía que esa era una carga que siempre llevaría sobre sus hombros.

—¿A que se refiere?—ella quería indagar acerca del acercamiento que ellos dos habían tenido durante su ausencia, pues aún le parecía algo increíble.

—Tobirama Senju, era el hombre ideal para ser tu esposo y mi terquedad, no me dejó verlo, hasta que no fue demasiado tardé—el mayor se puso serio para continuar—Aunque se que no lo preguntarás, quiero aclararlo... yo nunca estuve de acuerdo con Toneri para que se acercara a ti, fue él, quien me visitó en la oficina para cuestionar sobre el rompimiento entré ustedes y lo único que le dije fue que no tenías pareja, dado que en realidad, no sabía que Tobirama y tú estaban en una relación. Luego de esa información, me aseguro que te conquistaría sin que tú supieras quien era, no obstante, le advertí que tú tenías la última palabra—la ojiperla escuchaba en silencio—Cuando me contaste que estabas con alguien, creí que se trataba de Toneri y reaccioné mal en cuanto supe que se trataba del Senju... yo pensaba que no era alguien para ti y no pude estar más errado—confesó con pesar.

Dolorosas Verdades.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora