Prologo

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Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

Estoy sumamente decepcionado de ti Hinata, nunca creí que decidieras abandonar todo por un hombre, que ni siquiera sabes si te ama, nunca dejarás de ser ingenua creyendo ciegamente en las palabras vacías que todos te dicen—Hiashi, apretó los puños muy molesto, por el comportamiento, poco racional de su hija mayor.

—El me ama padre...¿porque es tan difícil de creer, que alguien pueda quererme? ¿Acaso, no soy digna de poder despertar amor, sin motivos ocultos?—la ojiperla no soporto mas y derramó las lágrimas frente a su padre, que la veía con desaprobación.

—¿Crees que te dejará continuar con todos tus planes?—ella se quedó pensando en lo que su padre le preguntó y de pronto recordó, que no había tocado el tema con su prometido, pero estaba segura que el no se opondría a que ella terminara su carrera de Chef, que era su sueño desde niña, negándose a continuar los negocios del imperio Hyuga.

—¿Como puedes cambiar a la persona con la que has estado comprometida desde niña, por alguien a quien apenas conoces?—preguntó, sacándola de sus pensamientos.

—¿Cual es la diferencia..? Yo no conozco a ese hombre y no pienso casarme con el ni con nadie mas, porque ya estoy comprometida—Hinata levantó la mano, mostrando el costoso anillo de diamantes que simbolizaba la promesa de un matrimonio.

—¿Es tu última palabra?—preguntó Hiashi, recibiendo una afirmación, por parte de su inocente hija—Entonces te deseo suerte, porque te aseguro, que la vas a necesitar, el día en que te des cuenta, que un hombre como el no es para ti—fueron las últimas palabras que le dedicó el Hyuga, a su hija, antes de que ella saliera de la mansión, para mudarse con el hombre que amaba y con el que se casaría en unos meses.


[...]

—Tienes una hora, para sacar tus cosas de mi casa, para cuando regrese, no quiero verte aquí o de lo contrario, yo mismo te sacaré—lanzó la amenaza, a la mujer que había amado, como nunca amó y eso fue lo que terminó por quebrarlo, recibiendo la mas cruel de las traiciones.

Sabía que tenía que alejarla, lo mas rápido posible o terminaría perdonándola, aun a costa de su propio orgullo.

—P-por favor escuche, las cosas no sucedieron así...—no pudo continuar, de hablar, porque el la interrumpió.

DIJE QUE TE LARGUES—después de gritar, salió de la habitación, dejando a la ojiperla hundida en un mar de llanto y confusiones. No tenía a donde ir, tampoco terminó su carrera, para poder buscar un trabajo digno y ni siquiera la dejó darle la noticia, que había estado guardando para un momento especial entre ambos.

Se limpió el rostro y tomó su mochila con las escasas pertenencias que ella misma trajo, todo lo demás habían sido regalos del hombre que la acababa de echar a la calle, sin darle la oportunidad de defenderse. Salió sin dar un último vistazo y sin saber que hacer, pero en ese lugar ya no era bienvenida.


[...]


—¡Hinata..! El horno ya sonó y tienes diez pedidos mas—le aviso Kurenai a la chica, que se movía con dificultad y lentitud, dentro de la abarrotada panadería, en la que había conseguido trabajo.

—E-en seguida los haré—respondió con una amable sonrisa, sin importar la situación en la que estaba.

—Hina...el moreno atractivo, esta de nuevo en la misma mesa, estoy segura que quiere que tu lo atiendas—Ino le guiño un ojo, apuntando al susodicho, que leía el periódico en las mesas frente a la ventana.

—¡Ino...! La reprendió negando con la cabeza, por las ocurrencias de la rubia, que siempre estaba buscando emparejarla con cualquier hombre "atractivo"
—Sabes que no tengo tiempo para eso, mi horario es muy limitado, apenas si me da oportunidad de dormir por unas pocas horas.

Hinata suspiró, pensando en lo tonta que fue al no escuchar a su padre, cuando le advirtió, que ese hombre no era para ella.

Como se reiría de mí, si supiera donde terminé, por no escucharlo—murmuró, mientras sacaba los roles de canela del gran horno, dándose prisa, para poner los demás pedidos y así, llegar a tiempo a la escuela.

Ya faltaban, sólo cuatro semanas, para poder graduarse de Chef, pero también se le juntaban las citas médicas, con altos costos.


Continuara.



Bien, este es un adelanto de la historia, que consiste en Tobihina, aunque también habrá Indrahina, no pensaba subirla, hasta no terminar una de las que tengo empezadas, pero no me aguante. Ojalá que sea de su agrado.

Dolorosas Verdades.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora