Capitulo 25

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Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

Necesito hablar con usted—Indra asintió cuándo la morena le hizo la petición. Ella se veía muy seria y algo en su lenguaje corporal le indicó que la conversación sería muy delicada—Se trata de Toneri y de mi estancia aquí—Indra frunció el ceño. Eso solo significaba que el día había llegado.

—¿Que pasa con eso? ¿Acaso ya arreglaron todo para que puedas regresar? ¿O mi sobrino ya sabe que estás aquí?--preguntó en estado de alerta, dado que apenas había tenido tiempo de asimilarlo y ahora ya se tenía que marchar.

—No, no, no se trata de eso... lo que sucede es que como ya se lo había dicho, aún no tienen pruebas en su contra y se que la única manera de lograr comprobar algo, será regresando a Konoha lo antes posible—el Otsutsuki, sintió que el mundo se le venía encima ¿Porqué ahora que ya estaban juntos? ¿Porque tan rápido? ¿Acaso se había arrepentido? ¿Y que pasa si Toneri la atrapa sin que el pueda estar cerca para protegerla? Y lo que era aún peor ¿lo estaría haciendo por el Senju?¿Tendría algo que ver con el hecho de que él, ya no la volvió a buscar?

—¡Hinata!—la tomó de las manos y la miró directamente a los ojos. No había señales de miedo, ni de intimidación. Ella sólo mostraba valor y determinación—¿Estás segura de lo que quieres hacer?--ya habían hablado del tema, sin embargo Indra tenía la esperanza de lograr persuadirla de ese absurdo y peligroso plan.

—Luego de pensarlo mucho, no encontré otra manera, ademas, como ya se lo había dicho ¿que futuro le espera a Itama con su madre huyendo? ¿Que pasa si Toneri se entera de su existencia? No, ya no puedo continuar así... Mi hijo no debe pagar por mis errores y por mi cobardía ¿que clase de madre sería si decido no hacer nada? ¿Cómo podré explicar en el futuro que no puede ir al lugar donde nací?—la joven ya había comenzado a empacar algunas cosas, sin embargo, Indra era el primero en saberlo.

—Te entiendo, es solo que temo por tu seguridad... ¿Tobirama y tu padre lo saben?—ella se estremeció por la pregunta, ya que ninguno de los dos lo sabía, de hecho, el único en saberlo era Nagato.

—No... además de Nagato Uzumaki, usted es el único en saberlo—Indra estaba seguro que el Senju no iba a estar de acuerdo, él le dejó en claro que se encargaría de protegerla y en cuanto se enterara, no le haría gracia, puesto que el mismo Itama, podía estar corrigiendo peligro. Se sentía impotente por no poder retenerla, pues recordaba que él mismo le aseguro al Senju, que cuidaría de ella, no obstante, las dudas comenzaron a carcomerlo.

—Agradezco la confianza, pero antes que nada, debo hacerte una pregunta—la ojiperla asintió con la cabeza en aprobación para que continuara—¿Terminarás nuestra relación ahora que te marches?—dependiendo de la respuesta que obtuviera, también la vida del varón podía cambiar radicalmente.

—Por supuesto que no—respondió sin pensarlo, dado que esa probabilidad, no tenía nada que ver con la decisión de regresar a Konoha—le di mi palabra y yo nunca retrocedo—el Otsutsuki se sintió aliviado por la respuesta de la mujer que amaba y ahora era su turno de contribuir para ayudarla en todo.

—Entonces, no se diga más—la beso fugazmente y la abrazó—yo me iré con ustedes—la sintió tensarse y sonrió para sí, pero en realidad, él no podía quedarse alejado sin saber sobre su seguridad. Desde el día en que le contó sus planes, comenzó a pensar mejor las cosas, aunque internamente, seguía guardando la esperanza de lograr convencerla de quedarse. Llevaba mucho tiempo de vivir en Ame, resistiendo ver a su familia y quizás ya había llegado el tiempo de reencontrarse con ellos. Por Hinata, era capaz de instalarse a vivir en Konoha, o donde ella dispusiera. Además... tampoco podía engañarse a sí mismo, sentía celos de imaginar al Senju acercándose a ella sin que él estuviera cerca para poder evitarlo. Aunque el mismo Tobirama le aseguró que se haría a un lado, no podía evitar sentirse inseguro, después de todo, era un hombre posesivo y como tal, temía perder a la persona que amaba.

Dolorosas Verdades.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora