Capitulo 8

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Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.


El tiempo continuó y a Hinata le faltaba muy poco para contemplar su sueño de convertirse en una Chef profesional, estaba a pocos meses de conseguirlo, mantuvo su noviazgo con Tobihina, oculto de todos, excluyendo a sus dos mejores amigas por supuesto. Pero en lo profundo de su ser, se sentía mal de no haberle contado nada a Neji, y tampoco a Hanabi. No quería involucrarlos en los posibles regaños que sufriría de parte de su padre. Por otro lado, Tobirama quería que juntos contaran todo pero ¿como hacerlo? ¿Como decirle a su padre que ya estaba enamorada de alguien? No sabía que hacer ante tal situación. Lo unico de lo que si estaba segura, era que no permitiría, que nadie la separara de el, porque por primera vez en su vida, sentía que estaba realmente enamorada.

Los días en la academia, fueron impredecibles, con Tobirama tomándola cada vez que tenía oportunidad. El temor de ser descubiertos mientras se abrazaban y besaban, resultaba, muy incómodo para ella, mientras que para el resultaba mas excitante.

La única manera que tenía para conseguir que la dejara, era asegurando que lo visitaría en su casa, lo cual, no hacía, por motivos de tiempo, o por no levantar sospechas de nadie.

Ahora se encontraba en su hermosa, casa sentada en la sala esperando por el, pues le pidió que esperara unos minutos en lo que el traía algo de su habitación y los nervios la invadieron. No es que nunca hubiera estado en esa casa, en los mas de seis meses que llevaban de relación, esta era ya, la quinta vez que lo visitaba en dicho lugar, aprovechando que su padre salió de viaje con Neji, el problema era que sus encuentros con el, cada vez se hacían más candentes y estaba segura, que tanto el, como ella deseaban dar el siguiente paso, y que mejor que el lugar donde nadie los interrumpiría, como les pasó repetidas ocasiones en el coche o en lugares públicos.

Una semana antes, fueron al cine juntos y cuando salieron, el estacionamiento, se encontraba prácticamente, vacío, debido a lo tarde que era. Una vez dentro del auto, se dieron un inocente beso, que segundos después, perdió lo inocente, convirtiéndose en algo muy acalorado. Las manos expertas de Tobirama, la recorrieron completamente. No hubo un lugar de su anatomía que se escapara al escrutinio, de esas curiosas extremidades. Con maestría el Senju, la beso por el cuello, bajando lentamente hacia los hombros. Ella no supo ni cómo sucedió, pero el sostén fue desabrochado y la boca de su novio, chupaba uno de sus pezones sin siquiera quitarle la blusa, el solo la bajo lo suficiente, para lograr su cometido. La ojiperla gimió una y otra vez, por la embriagadora sensación, que ese hombre le hacía sentir. Con la mano derecha, el peli-plata, bajo hasta su intimidad, por debajo de su falda y cuando pensó que no podía mas, un vigilante, les tocó la ventana del vehículo, al mismo tiempo, que los iluminaba con la linterna. Eso fue muy bochornoso, para ella.

La última vez en esa semana que fueron pillados, sucedió en el elevador de las empresas Senju. Ella fue a verlo por pedido de el. Lo espero sentada en su oficina, mientras Tobirama terminaba su trabajo y al estar solos en el elevador,el Senju, la acorraló contra el frío metal, subió sus brazos por arriba de la cabeza, sosteniendola de las  muñecas, con una sola mano masculina. Se miraron por unos segundos y ella pudo percibir el deseo impreso en esas rojizas orbes. Se besaron desesperadamente, tanto, que no fueron consientes que el elevador paro, para que más personas subieran a el.

Para ese momento, Tobirama la había soltado de las muñecas y la insisto a rodearlo con las piernas en su cintura. Era una posición tan intima, tan excitante y lo único que terminó el encanto, fue la risa burlona de Hashirama. El albino lanzó una mirada desaprobadora hacia su hermano, mientras que ella deseaba que la tierra se abriera y se la tragara, pues frente a ellos se hallaban, Minato y Hashirama. Namikaze, fingió no mirar, pero Hashirama, no hizo lo mismo, sino todo lo contrario. El castaño, se sentía realmente feliz a tal grado de felicitarla, por lograr sacar al tigre, que su hermano llevaba por dentro y nunca antes, mostró en público. Esa declaración, lo único que hizo, fue avergonzarla mas de lo que ya estaba.

Dolorosas Verdades.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora