Capitulo 19

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Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

Los Otsutsuki y los Hyuga, tenemos parentesco y cuando, mi hija mayor nació, a la tía de Toneri, se le ocurrió que podíamos comprometerlos, para unir tanto, las empresas, como también, la sangre—explicó Hiashi, mirando la copa que descansaba en su mano—Los años pasaron, mi esposa murió dejándome con dos hijas y un sobrino... la carga del trabajo, combinado con las necesidades de mis hijas, hicieron que olvidara aquel absurdo matrimonio arreglado. No obstante, ellos no lo olvidaron y cuando Toneri creció comenzó a pedir fotografías de mi hija, las cuales, ella se negó a darle y en su lugar, era yo quien tenía que hacerlo—el castaño sintió vergüenza al confesar que era él, quien mandaba las fotografías de Hinata.

—¡Entonces...! ¿Cuando fue que ellos se conocieron?—Tobirama quería ir directamente al punto del primer encuentro entre la pareja.

—Ellos nunca se conocieron, solo fue correspondencia por parte de Toneri, ya que Hinata se opuso a ese matrimonio, apenas la hice partícipe—el Senju frunció el ceño, sin entender—Se que esto es raro, pero le doy mi palabra, que es cierto, de hecho, ni siquiera yo llegue a conocer al chico, hasta hace unos meses atrás, cuando el compromiso ya estaba cancelado—aseguró, dirigiendo su atención hacia Neji y a las amigas de Hinata, que parecían inquietas.

—Usted, no puede estar hablando en serio, el mismo Otsutsuki, me aseguro que ellos se conocían desde antes, incluso aseguró llevar una larga relación con ella—el albino comenzó a sentir que algo le estrujaba el pecho.

—No tengo ningún motivo para mentir... incluso él, me fue a ver, para preguntar si mi hija tenía compromiso, a pesar de saber que ellos no se casarían. Me aseguro, que la quería conocer y que lograría conquistarla, sin revelar su verdadera identidad, lo cual no fue difícil, dado que ella no quiso saber ni su nombre...Mi error, en ese momento, fue confiar en él y decirle que Hinata, no tenía a nadie, luego me entero que ella y usted, estaban comprometidos... ese fue el día, en que ella se marchó de mi casa para no regresar—el castaño hablaba con melancolía.

—Por favor, continúe—pidió el Senju, aún más impaciente.

—Días después de que ella se fuera a vivir con usted, Toneri regresó a mi oficina, hecho una furia. Me acusó de no intervenir en el compromiso de ustedes, y yo le aseguré que Hinata era una persona adulta y como tal, era capaz de tomar sus propias decisiones. Él me advirtió, que haría lo que yo no hice y que nadie mas que él, sería el marido de mi hija—ese fue el día en el cual pensó que el Otsutsuki, estaba algo perturbado—Pase mucho tiempo sin ver a mi hija y no le pude advertir, hasta el día en que entró en mi despacho para reclamar, que yo me había aliado con Toneri. Ese miserable le dijo que yo estaba de acuerdo con sus planes y logró ponerla mas en mi contra. Por mas que trate de explicarle, ella no me escucho y salió creyéndome un mal padre... en cierta forma, tenía razón—concluyó Hiashi.

—No puede ser—murmuró el albino—El tipo ese, me entregó todo un maletín, lleno de pruebas, donde afirmaba tener una larga relación con Hinata. Me relato, como ella entró en la academia, con el único propósito de lograr enamorarme, incluso, me aseguro que ella, solo buscaba mi fortuna—Hiashi negó con la cabeza.

—No se que clase de pruebas, puede haberle entregado, pero me queda muy claro que usted, no conoce a mi hija, de lo contrario, nunca hubiera dudado de ella—le aseguro el castaño.

—¿A que se refiere?—cuestionó irritado.

—Dígame, Senju-san ¿Hinata le acepto, dinero o regalos? ¿Ella acepto que usted la mantuviera?—Tobirama negó con la cabeza, pues en verdad, ella no quería que gastara nada—A eso me refiero... Si ella hubiera querido acceder a su capital, creerme, lo hubiera hecho, pero no lo hizo, porque ademas de ser tan orgullosa, tampoco tiene necesidad, puesto que su herencia permanece intacta y le garantizo, que así seguirá, debido a lo terca y obstinada, que es y referente a la academia, como bien le dije, sólo quienes no la conocen, podrían dudar del gran amor, que ella siente por la cocina y todo lo que conlleva, es tal, su gusto, que por entrar a esa academia, me desafió por segunda vez, ya que la primera, fue cuando no aceptó el compromiso... Ahora es su turno de contarme, que sucedió entre ustedes, aunque ya me estoy dando una gran idea.

Dolorosas Verdades.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora