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Bonus del capítulo anterior escrito por nuestra queridisima Shun: (esto sería si Shun y Liz hubieran entrado en el primero piso)

—Te digo que las ballenas no se acuestan en alguna parte a dormir –dijo la castaña mientras caminaban por esa instalación de forma sigilosa por una parte que parecía ser un calabozo.–

—¿Entonces qué hacen? ¿Flotan por ahí? –preguntó la pelirroja como si lo que estaba diciendo la contraria era algo sin sentido–

—Exacto, se quedan flotando en medio del agua mientras duer-... –se quedó callada de pronto al escuchar unos pasos que se acercaban– Ven, aquí –dijo y se escondió con la pelirroja en un espacio estrecho hasta que los pasos se oyeron cada vez más lejos– La persona de esos zapatos realmente lleva plataformas para verse más alto.

—No te burles, tú también usas de repente –dijo la pelirroja para luego ser empujada de forma suave por la mayor–

Siguieron su camino en silencio por unas escaleras que producían más eco de lo normal, empezaban a creer realmente que aquel lugar era un calabozo.

Fue la pelirroja la que se percató primero de la familiaridad de las voces y le tocó el hombro a la más alta en señal de que debían asomarse a ver quiénes estaban ahí.

—Si es alguien que conocemos, ni loca arriesgo el dinero que nos van a pagar sólo por salvarle –dijo la castaña mientras se asomaban– desde aquí no se ve nada, bajemos un poco más.

La pelirroja comenzó a bajar más rápido porque realmente quería saber quiénes estaban debajo y finalmente llegaron a una pared que les permitía ver qué sucedía en aquel subterráneo.

—¿Ese es Chuuya-san? –dijo la castaña por lo bajo y luego miró a su amiga la cual se encontraba inmóvil– Definitivamente sí lo es.

Su sonrisa no duró mucho, cuando escuchó "Dazai" esta se esfumó.

—¿Me estás jodiendo?—no era que le desagradara encontrarse con él, sino que nunca sabía cómo reaccionar ante situaciones así y terminaba huyendo. Vio como el castaño se quitaba las esposas de un chasquido y se emocionó al verlo, pero pudo saber en el momento en el que el pelinaranja se acercó a golpear a su contrincante que debían salir de ahí, ¿Cómo lo supo?, hizo contacto visual con la persona que menos quería hacerlo– Vámonos de aquí, ya tenemos todo.

Salieron del lugar haciendo la menor cantidad de ruido posible y luego de hacer la entrega en cierto lugar acordado se fueron a su casa.

******

La vida con sus padres era tranquila, a pesar de que sus padres fueran de un lugar llamado Yokohama ellos vivían vivían un país extranjero, esto continúo así durante once años de su vida en los cuales su vida era plena y tranquila. Sus padres para ellas eran lo que más quería y ya que no tenía hermanos ellos eran lo más preciado que tenía y obviamente era recíproco.

Sus padres le amaban porque era normal y todo en su vida debía de ser normal, aunque una día sintió como su ojo derecho picaba de una manera extraña y dolorosa.

—Mamá, mi ojo duele demasiado –dijo la niña pequeña abrazando a su madre–

—Mi pequeña Akane, iremos ahora mismo al médico. –la voz de su madre sonaba con dulce razón mientras le acariciaba el cabello–

Fue llevada a un médico privado quien dijo que la pequeña tenía un infección en su ojo, seguramente por que debió de haberse tocado el ojos con sus manos sucias y ya que el médico les dijo que estaría sensible a la luz solar debía de protegerlo cubriéndolo con un parche. Esto fue lo que hicieron y pensaron que después de quitar aquel parche las cosas siguieran con tranquilidad, habían pasado cinco días y cuando era el momento de quitarlo la madre pudo controlar como el iris anteriormente café se había hecho de un color rojo carmesí, la pequeña no mostraba molestias y de hecho pensaba que era algo hermoso, pero el rostro de la madre era de una preocupación absoluta.

—No es alguien normal –dijo a su pareja mientras la niña dormía– debe ser algún tipo de monstruo.

—Cálmate –le respondió él de manera fría y cortante– la dejaremos abandonada, así que olvida que alguna vez diste a luz a una niña.

—Que sea lo más ante posible –su voz sonaba temblorosa y asqueada– incluso ella podría matarnos.

Los días pasaban y el poder de la joven se hacia presente, ella era algún tipo de hechicera y esto ante si misma era magnífico. Sus padres le habían dicho que al cumplir los doce años viajarán de vuelta a Yokohama como un regalo especial es por eso que esperaba ese día con ansías sin embargo cuando se detuvieron en lugar sucio y mugriento comenzó a dudar de lo que sucedía.

—Escúchame cariño, con tu padre iremos a comprar unas cosas, así que por favor quédate aquí y no te vayas –aunque su madre intentaba ser discreta al dejarla abandonada su padre no fue de la misma manera–

—Ten –dijo este entregándole algo de dinero– úsalo bien.

Ambos se habían marchado dejando a la pequeña atrás quien se quedó esperándolos hasta su regreso, sin embargo, nunca regresaron. El dinero que había recibido ya se había evaporado en tan solo unos cuantos días. Vio a lo lejos a un perro quien se encontraba en un callejón por lo cual se le acercó para tener compañía pero este apenas le vio salió huyendo. "Fue culpa de mi extraño ojo" pensó y lo cubrió con su cabello esperando que así nadie más se alejara de ella. Se quedó en ese lugar escuchando disparos y por instinto propio se quedó arrodillada y escondida entre sus piernas, sintió la voz de un joven y su miedo aumento cuando pudo sentirlo frente a ella, levantó su rostro para observar a la persona que se encontraba delante para su sorpresa este era un adolescente de cabello castaño, tenía un vendaje en su ojo derecho y vestía completamente de negro, la mirada que este le dirigía era completamente vacía, el joven la observaba analizándola.

Se agachó hasta la altura de la pequeña supo de inmediato que ella no provenía de allí y de donde el venía tampoco serviría alguien que no se pudiera defender, le acaricio el cabello y tiro sus mechones hacia atrás la joven que no supo que hacer le dio un golpe en su mano sintiendo como las personas que rodeaban al joven le apuntaron con sus armas pero este les ordeno que las bajará.

—Tu cabello es suave aunque no te hayas bañado desde hace tiempo –no supo si lo que decía era un cumplido o debería de estar enojada por esa ofensa– Y a pesar de ese color que tiene tu ojo es realmente suave... Ten, ve a un bar de aquí cerca si dices que te mando Dazai te dejaran quedarte –dijo entregándole algo de dinero– Ponte a trabajar y vive.

—Yo no creo que debería de seguir viviendo... –la voz de la joven era leve y quebrada–

—Morir aquí sería doloroso, no te recomiendo tener una muerte que no sea placentera –aunque sus palabras sonaban duras para ellas estás eran reconfortantes–

El joven se alejo después de hablar por última vez, frente a su vista y sin nada más que un rostro que esperaba volver a ver algún día y palabras que eran todo para su vida le hizo sentir diferente y llena de emociones. Cuando el joven se fue la lluvia había comenzando, una lluvia fuerte la cual se vio de un color intenso por solos unos momentos. Fue así como llamó a su poder: La lluvia carmesí en busca de la flor y como se llamó a si misma Shun.

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EN EL PROXIMO CONOCE A LIZ  /llorar
CAPITULO DE LA HISTORIA DE SHUN POR SI NO SE DIERON CUENTA
a porque gritaba(?

Libertad / BSD / En renovación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora