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Ambas chicas se encontraban paseando por las tiendas de ropa de Yokohama, hace tiempo que no se daban el gusto de pasear ya que habían estado trabajando demasiado, además de que ciertos hombres solían captar su atención fácilmente cuando se los encontraban de vez en cuando.

—Así que una invitación de la mafia..—dijo Shun en voz baja mientras miraba ropa que no era para nada de su estilo pero debía disimular.

—No creo aceptar la propuesta—dijo Liz mirando ropa que sí era de su estilo.

—Si te pagan bien no le veo el problema, además ambas sabemos quién está ahí—dijo Shun riéndose.

—¿Crees que esté bien que me una a eso? Quiero decir, es un lugar demasiado sanguinario y peligroso.—respondió Liz ignorando la última frase, sólo podía pensar en que a su hermana no le gustaría que matara a gente sólo porque hubo un malentendido.

—Uhmm...tienes razón, aunque si me ofrecieran unirme eso para mí sería lo de menos.

—¿A qué te refieres?—preguntó la pelirroja.

—Quiero decir, no podría soportar ser subordinada de alguien, jamás, preferiría morir antes que serlo—dijo Shun y en ese preciso momento se escuchó una explosión muy cerca de donde estaban.—No era tan literal lo de morir...

Ambas salieron del lugar y vieron un auto en llamas, a un hombre de mediana edad suspendido en el aire por lo que parecía ser una niña.

—Tenemos la peor de las suertes, Liz.—dijo Shun mientras tomaba del brazo a la pelirroja para que no se alejara, tenía un mal presentimiento. —El hombre de ahí es el jefe de la mafia, la niña es su poder.

—¿Quién atacaría al líder de la mafia a plena luz del día?—respondió Liz mientras comenzaba a avanzar junto a la castaña para llegar a un punto donde pudieran ver bien lo que sucedía.—Ahí va un policía, por suerte..

—Ese no es un policía, Liz..—Shun pudo reconocer aquella tez pálida y ese oscuro cabello negro escondido en la gorra de policía.—Debemos salir de aquí o saldremos heridas.

Liz nunca había visto a Shun tal alterada por haber reconocido a alguien, incluso tuvo la impresión de que su mano tembló en algún momento mientras corrían para esconderse en un callejón.

—Dazai debe saber algo de esto.—dijo Shun mientras recuperaba el aliento y activaba su habilidad para mantenerse alerta.

—Necesito que me expliques porque no entiendo nada.—dijo Liz también poniéndose alerta.

—Fyodor, es el tipo al que reconocí antes, Dazai y yo trabajamos con él el día que la niebla apareció.—explicó Shun agitada aún.—Él es un verdadero demonio.. puedes reconocerlo fácilmente porque siempre lleva ropa abrigada, debes tener mucho cuidado con Fyodor.

De pronto ambas pudieron oír que en callejón a su lado alguien había disparado. Por lo que Shun abrazó instintivamente a Liz, como quisiendo protegerla del disparo, aunque no le llegó a ninguna.

—Ya puedes soltarme, Shun—dijo Liz con una sonrisa ya que quería relajar a la castaña por un momento.

De pronto oyeron pasos y comenzaron q correr hasta el fondo del callejón para esconderse rápidamente, ambas pudieron sentir ese instinto asesino el cual provenía del dueño de los pasos. Se mantuvieron quietas y respirando lo más silenciosamente que podían hasta que por fin pudieron relajarse.

—Creo que ya podemos salir de aquí.—dijo Shun a lo que Liz asintió, comenzaron a salir del callejón a paso rápido pero una vez afuera; chocaron con un chico de cabello blanco y flequillo mal cortado y una chica de cabello azul marino bastante menor.

Libertad / BSD / En renovación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora