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Un nuevo día había comenzado para ambas chicas, la menor era quien siempre se levantaba de las primera y preparaba el desayuno, la segunda en despertarse fue Shun, esta se encontraba bastante adormilada.

—Ve a lavarte y luego vienes a desayunar –le ordeno la menor mientras servía la comida–

—Sí, sí, ya voy.

El silencio que había no era para nada incómodo, de hecho era cómodo para la menor quien no solía hablar mucho.

—¿Vas a comer tan poco? –preguntó Shun mirando a Liz–

—Realmente no tengo tanta hambre.

La pelicastaña ladeo la cabeza mirándola extrañada, ambas siempre comían poco pero había veces en las que Liz ni siquiera tocaba la comida, negó con la cabeza y siguió con su comida. A pesar de vivir juntas durante dos años no tenían mucha comunicación, ninguna sabia como cada una termino viviendo en la calle, tan solo recordó la primera vez que se vieron y le invitó a vivir juntas.

—Cierto, ayer dijiste que irías al lugar de siempre ¿Quieres compañía?

—Prefiero ir sola, además solo te haría perder el tiempo, esa persona nunca aparece por allí.

—Bien, entonces te esperaré en casa.

La mayor salio al callejón donde solía vivir antes de ser recogida Liz, habían varias personas, se podían notar en sus rasgos el como estos eran extranjeros obviamente estos fingian ser personas abandonados para lograr reunir el dinero suficiente como para comprarse su propia comida.

Para ella esto le daba igual ya que tendía a hacer lo mismo, cuando ya estaba atardenciendo decidió ir al bar Lupin, consiguió una buena suma de dinero y pasar por el lugar le traía unos buenos recuerdos, mientras caminaba logró distinguir a unas personas conocidas, era su antigua familia la cual le habían dejado abandonada, quiso reclamarles por haberla dejado abandonada pero en su mente se repito algo "alguien te espera en casa" esto hizo que se contuviera y siguió caminando mientras las piernas y las manos le temblaban.

Cuando llegó al bar saludo al coctelero, quien le había tratado con tanta amabilidad y le cuidó como si fuera de su familia, pidió un trago para despejar su mente de la repentina aparición de su antigua familia, mientras bebía pensaba en a quien esperaba encontrarse.

Escucho la puerta abrirse y hecho un leve vistazo, quién entraba era un hombre alto, con cabello castaño y ondulado, lo que más le llamó la atención fue el abrigo castaño que este estaba usándo, se dio cuenta como saludo al coctelero, parecía que se conocían desde hace mucho tiempo pero de todas las veces que estuvo aquí presente nunca le vio. Fue en ese momento en el que escucho su voz que su corazón dio un brinco y e hizo que se atorrara con su trago, el hombre quien se sentó a su lado se percató de esto.

—¿Estas bien? –le pregunto con una leve sonrisa–

—Sí, estoy bien, gracias –respondió ella sin mirarlo y bastante rapido–

Hubo un silencio entre ambos, el castaño pidió el mismo trago que el de ella, en sus intenciones se notaba que quería llamar su atención para saber quién era.

—Creo que nos hemos visto antes ¿Alguna vez has ido a la agencia armada?

—Nunca he pisado la agencia.

—Que extraño ¿Vienes seguido?

—Sí, pero creo que no nos hemos visto antes.

—Shun, se me había olvidado decirte –interrumpio el coctelero, llamando la atención de la nombrada– la ropa que pediste esta lista –le entrego un paquete con ropa–

—Gracias por recibirlo por mí –le respondio intentado sonar amable, se quitó el parche que llevaba e inspeccionó el paquete–

–Entonces tu nombre es Shun –habló nuevamente el castaño- Yo me llamo Osamu Dazai.

Por primera vez en toda la conversación le dirigió la mirada, se mostraba levemente sorprendida y confundida, su contrario también está sorprendido encontrándose cerca de su rostro, se quedo mirándola de frente observando su ojo carmesí quien le miraba como si hubiera visto un fantasma, durante un par de segundos estuvieron mirándose juntos pero a ambos le ardieron las mejillas por la cercanía, estaban a escasos centímetros de sus rostros.

—Tu eres... –hablaron al mismo tiempo–

Sin esperar algo más o alguna otra palabra, la fémina salió corriendo rápidamente sin siquiera despedirse del dueño o pagar su bebida, su corazón latía tan fuerte que parecía que en cualquier momento explotaría. Escucho como era llamada por el hombre pero esto no detuvo su corrida, siguió corriendo hacia la casa que compartía con Elizabeth, su rostro esta ardiendo y no sabía si era por el encuentro o por correr sin detenerse.

—!LIIIIIZ! –grito abriendo la puerta fuertemente, su contraría dio un pequeño salto y le lanzó lo primero que estuvo en sus manos, obviamente esto fue esquivado-

—¿Que te sucede? Casi haces que me de un parto cardiaco –suspiro poniendo una mano en su pecho y se acercó a la más alta mientras la miraba con el ceño fruncido– ¿Por qué estás tan roja? Parece que en cualquier momento explotas.

—Yo lo vi –le respondió por lo bajo– había olvidado cada parte de él pero hoy lo vi.

—¿A quien te refieres? -pregunto extrañada, su contraría empezó a ponerse aún más roja– Realmente tu cara explorará si sigues pensando en eso.

—La persona que... –su voz se hacía cada vez más leve, termino arrodillada en el piso mientras revolvía su cabello y soltaba un grito-

—Podrías explicarme la situación, porque realmente no entiendo nada –está pensaba que Shun había sido poseída por algo–

—Lo vi a él, la persona que me dio un lugar donde estar y una razón para vivir –respondió suave y lentamente– ambos hablamos... –unas risas agradables salieron sin poder evitarlo– Él... me reconoció, se dio cuenta de mí.

La menor se tarde unos momentos en procesar lo que su compañera había dicho, sonrió levemente y la sacudió mientras compartía su felicidad.

—¿Y, que paso luego? Le pediste su número ¿cierto? –el silencio se hizo presente y la castaña palidecio levemente– Por favor, dime que no huiste.

—No hui, solo no pude pedirle su número –le respondió nerviosa mientras se levantaba–

—¡Mentirosa!  –le grito–

—Me fui corriendo ¡Pero tú hubieras hecho lo mismo! –se quejo y luego empezó a correr por la casa mientras la peliroja le perseguía– perdona a esta pobre criatura

—Jamás te voy perdonar que desperdicies esa oportunidad, ahora ven a acá que te daré una patada para quitarte lo tonta

Ambas juguetearon por la sala de estar lanzándose cosas hasta que se agotaron, la castaña se lanzó hacia el sofá y se acuno en él, la menor le siguió el juego sentándose al lado de ella, ambas se habían quedado dormida.

Por el lado de Shun, su último pensamiento fue "a pesar de que los días eran monótonos, no todos eran tan malos".

Después de unas horas la peliroja despertó y miró a la mayor, a quien la tapó con una manta para posterior mente salir de la casa y quedarse observando en cielo.

—Hermana, hoy Shun reconoció a la persona que estuvo esperando por tanto tiempo –habló en voz baja mientras apretaba sus manos– Espero que el día de mañana siga igual...

Volvió a la habitación mirando como caía un poco de baba por la mejilla de Shun, sonrió ante ese gesto y volvió a su lugar, no podía conciliar el sueño por las pesadillas que venían a su mente pero a pesar de aquello se encontró feliz de tener un lugar en él que podía divertirse sin el miedo de ser castigada.

—Realmente espero que mañana sea igual.

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Otro cap robado a la Shun, de verdad que soy una ladrona, bueno dime que manga quieres y te lo compró pero no me demandes porfis, te prometo que el siguiente será de mi autoridad total

Libertad / BSD / En renovación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora