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Paseaban cerca del Parque minatonomieruoka, se encontraban en ese lugar buscando a la persona quien les pagaría por cumplir una misión de infiltración, el sujeto al que verían era de estatura alta, cabello negro, lo que les haría fácil reconocerlo era que portaba un maletín con un símbolo extraño. El simbolo había sido mandado a sus celulares así que no tendrían problema alguno en encontrarlo, ambas estaban vestidas con ropa simple con la cual era fácil moverse, Shun era quien sabia disfrazarse perfectamente para pasar desapercibido así que había ayudado a la menor para que no sean descubiertas sus identidades reales, todo era tranquilidad hasta que escucharon un estruendo enorme provenir cerca de la estación policial.

Un chico de constitución delgada y piel pálida había apuñalado a otro chico con un extraño poder, Liz agarró la mano de Shun dispuesta a interrumpir aunque esta negó con la cabeza, sabiendo que habrían problemas e incluso podrían acabar muerta si intentaban defender al chico de cabello blanco y a una chica de cabello azulado, el asunto no duró mucho y la mayoría de personas que estuvieron allí no salieron heridas.

—¿Por qué no me dejaste ir? –preguntó la pelirroja extrañada– algo puede pasarle a esos chicos

—Liz, esas personas son de la Port Mafia, no deberíamos meternos en sus asuntos.

—¿Por qué?

—Nadie resultó herido así que deberíamos de irnos, además ¿Que hay de nuestra misión?

—Bien, vamos. –miro en la dirección en la que se había ido la camioneta y siguió su caminó junto a Shun–

Después de caminar un buen rato encontraron al hombre quien les dio la dirección, era una bodega antigua con dos pisos y varias habitaciones, debían de ir al último piso en una de las habitaciones se encontraba un escritorio el cual tenía un maletín que necesitaban.

Se encontraban afuera del lugar había alrededor de 30 personas custodiando el primero piso, por lo cual pensaron en subir directamente hacia el segundo, Liz formó unas escaleras y subieron  juntas, gracias a Shun pudieron entrar sin necesidad de romper alguna parte de la pared, caminaban de manera sigilosa hasta que Shun tropezó con algo haciéndole caer, ambas se miraron y Liz empezó a reír tapándose la boca.

—¡No te rías! –grito en voz baja aumentando la risa de la contraría–

—Perdón...

Sintieron los pasos de alguien venir y se escondieron en una de las habitaciones para suerte de ambas esta era la indicada.

—Por lo menos tu torpeza nos sirvió de algo.

—Silencio, que nos pueden descubrir.

Tomaron el maletín y salieron después de ya no sentir los pasos, se reunieron con quien les había pedido que cumplieran con la mision, recibieron su pago y se retiraron con una sonrisa en el rostro.

*****

—¡¿Llamas a eso un puñetazo?! –grito dandole una patada que mando al castaño volar– Ni siquiera cuenta como masaje.

Entre ambos el pelinaranja era el más fuerte, sostenía al castaño con vendas por su cuello mientras lo apuntaba con un cuchillo. El más alto empezó a hablar contando su predicción de lo que sucedería en los siguientes momentos. El más bajo sentia su sangre hervir mientras lo escuchaba hablar y burlarse de el, cuando enterró el cuchillo se disponía a irse pero la voz del contrario lo interrumpió, lo que decía mientras se burlaba tenía razón.

—Acaba con tus asuntos y lárgate imbecil

—Te lo agradezco –hablo en un tono infantil– Pero te equivocas en algo, Ahora sueño con cometer un suicidio doble con una bella chica. Que me mates a patadas no me alegraría en lo más mínimo. Lo siento.

Libertad / BSD / En renovación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora