You Make Me Wanna Die- Lily Evans y Astrid Potter -

Capítulo 12

- Bien, sí, me gusta Regulus.- solté un agudo y bajo gritito.

- ¡Yo sabía! ¡Ahora mamá y papá adoptaran a Bambi, tu te casarás con él y seremos familia!- dije animada.

- No creo, no creo gustarle a Regulus.-

- Oh, déjame averiguar eso a mí.-

- Y... ¿ya no más el plan de casarte con Cissa?-

- Nah, Lily se pondría celosa.-

- ¿Un poliamor?-

- ¿Dices que ellas querrán?-

- Podrían querer.-

- Debería plantearlo.- ambos reímos y emprendimos camino al Gran Comedor.

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Ya habían pasado tres meses de eso. Estaba caminando con Lily por el bosque prohibido cuando escuchó dos risas muy conocidas.

- ...-

- ¿As?-

- ¿Sí?-

- ¿Me escuchas?-

- Lo siento, ¿no escuchas las risas?-

- Sí, han de ser algunos estudiantes por ahí.-

- No, Lils, es la risa de James... y la risa de Regulus.- puse marcha hacia el lugar proviniente de las risas y me encontré con un azabache y pelonegro en medio de un beso- Regulus...- estaba impactada.

- B.- dijo tras separarse repentinamente de James.

- Astrid.-

- ¿As?- Lily apoyó una mano en mi hombro.

- Déjenme con Regulus. Por favor.-

- ¿Estás segura, cariño?- dijo Lily.

- Sí, Lils.- ella asintió y esperó a James, que tras mirar a Regulus se fue con ella.

- B, no...-

- No, ahora sí es lo que creo. Mi mejor amigo y el idiota de mi hermano se estaban besando y probablemente estén en una relación. La persona que más odio en el mundo y una de las personas que más amo juntas. Gracias; gracias por respetar el no salir con nadie de la familia, que es un pacto sin necesidad de decirlo; gracias por ir y besarte con la persona por la cual me intenté suicidar, ahora veo que realmente no te importa una mierda nadie más que tú.-

- B, yo... me empezó a gustar porque en esas charlas nocturnas empezamos a hablar más que de Sirius y de ti y... No sé, lo siento.-

- No; me traicionaste, y sé que nunca te arrepentirás de haberme lastimado; hablaste con él siendo mi mejor amigo, te amé en tus peores momentos pero se ve que no importa, no te costó nada ocultarlo, supongo que no mentiste, pero sigues siendo un traidor.-

- ¿Tú me juzgas? ¿Cuántas veces hablaste con Sirius, Astrid?-

- Oh, varias veces, querido; me esforcé demasiado por tu bienestar, no como tú por el mío, porque sí, cada vez que hablé con él fue por ti, no como tú que hablas con el idiota ese solamente porque quieres.-

- ¿Cuántas veces has bromeado con casarte con Narcissa?-

- Es diferente, tú te llevas bien con ella, nunca lo he hecho verdaderamente o la he besado.-

- Eres imposible, Astrid, adiós.- se largó.

Me quedé ahí, con un nudo em la garganta y lágrimas que no dejaría salir, no quiero ser o parecer débil, porque no lo soy.