Taylor Smith [I]

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Verdaderamente pensaba que todo ese asunto del amor era una verdadera tontería. Odiaba a las parejas que se ponían en los bancos del parque y lo único que hacían era besarse. O las parejas que no decidían quien tenía que colgar primero, o a ese chico tierno, pero tan tierno que daban ganas de vomitar. Ni más que decir que odiaba el día de San Valentín, ese día en el que todo eran corazones, rosas rojas y todas las chicas bailaban felices porque tienen un San Valentín. Una auténtica basura. Ni existía el príncipe azul, ni iba a venir en un caballo blanco, ni el amor iba a durar para siempre.

Caminaba por los pasillos siguiendo a la ola de estudiantes que me arrastraba hacia la salida. Yohanna iba a mi lado hablándome de la nota tan baja que había sacado en el último examen de física; nota baja, pero sin embargo había aprobado. En cambio yo, no había conseguido llegar al aprobado. El señor Thompson me había mirado decepcionado y enfadado mientras me daba mi examen. No era mi culpa ser una negada en física, incluso me costaba aprobar matemáticas. Suspiré y Yohanna me dio un pequeño empujón

— No te desanimes —me sonrió— Aprobarás.

¿Aprobar? Esas no habían sido las palabras del Señor Thompson.

"No vas a conseguir aprobar este trimestre, aprobaste los anteriores por suerte, parece que la suerte ya se te ha acabado"

Exacto, ya no tenía a Yohanna a mi lado para decirme nada en el examen.

— Ella, ¿Me estas escuchando?

Miré a Yohanna y me fijé en sus rasgos. Era morena, alta, y su pelo largo negro estaba recogido en una cola alta. Sus ojos grises me miraban esperando una respuesta.

— ¿Qué?

Ella suspiró.

— ¿Por qué no te buscas a alguien que te explique? Una profesora o profesor particular.

— ¿Y dónde busco eso? ¿Llevará muy caro?

— No lo sé, siempre puedes preguntar. Vamos a mirar en el tablón de anuncios.

Ella tiró de mí, alejándome de mi camino hacia la salida. Nos acercamos a secretaria, al lado estaba el gran tablón de anuncios.

— A ver, a ver —dijo mirando entre los anuncios.

Yo lo único que alcanzaba a ver era publicidad sobre viajes de estudiantes, cursos de español o italiano...

— Aquí —Yohanna llamó mi atención—. Clases particulares de física. Ponerse en contacto con Taylor Smith —Mi amiga arrancó el papel y me lo dio —. Ahí tienes, problema resuelto.

Miré la letra cursiva que estaba en el papel y el número de teléfono mientras caminábamos hacia la salida.

— Le hablaré esta tarde —doblé el papel y lo guardé en el bolsillo de mis jeans.

Nos montamos en el pequeño coche de segunda mano de mi amiga. Tiré con fuerza de la puerta y la aguanté para que no golpeara mi cabeza.

— Prometo que algún día la arreglaré.

Me metí dentro del asiento del copiloto y no tardé en ponerme el cinturón. Ir con Yohanna conduciendo debería considerarse un deporte de riesgo. Mi amiga arrancó y no tardé en agarrarme a la manilla.

— No puedo creer que nos queden meses de libertad; ni siquiera sé a qué universidad iré.

— Yo tampoco; de todos modos, nos queda casi un curso entero, es decir, solo estamos a Febrero —dije poniendo mis manos en la calefacción del coche para calentarlas.

Como conquistar a un chico / Disponible en DreameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora