Sesión de fotos [I]

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Me miré al espejo de cuerpo entero que tenía en la habitación. Pasé mis manos por el vestido negro que llevaba y miré el recogido que me había hecho Gina, la madre de Taylor. Respiré profundamente e intenté olvidar la foto que había visto en twitter de Taylor y Julia. Miré mi rostro maquillado, a pesar de mi expresión seria, tenía que admitir que había sabido imitar a la perfección la sombra de ojos que había llevado Kristen Stewart a unos premios. Podía ser torpe con muchas cosas, pero no para el maquillaje o para andar en los altos zapatos que llevaba. Mi espalda estaba descubierta y el vestido me llegaba un palmo por encima de la rodilla.

Mike me pasaría a recoger, en vez de esperar dentro de casa, salí fuera y senté el frío en mis piernas. Me hundí en mi abrigo y no, no agradecí el frío, porque eso no hacía que despejara mi mente. Me encogí hasta que me dolió la espalda por tener mis hombros en tensión. El coche de Mike no tardó en aparecer y caminé hasta él con cuidado de no resbalarme. Abrí la puerta y me monté. Puse mi cartera en mi regazo y me puse el cinturón después de besar la mejilla de Mike.

La nueva canción de Zara Larsson sonaba por los altavoces del coche y me dediqué a mirar por la ventana mientras contestaba alguna que otra pregunta por parte de Mike.

— ¿Qué te pasa? —preguntó cerrando el seguro para que yo no pudiera salir del coche cuando llegamos al sitio.

Lo miré y me quedé callada sin saber que decirle.

— No me gustan las Navidades desde que mi hermano está fuera, eso es todo. No me apetece salir.

Mike suspiró. — Intenta pasártelo lo mejor que puedas, ¿vale? Quiero a la Ella sonriente de siempre —pellizcó levemente mi mejilla y abrió el seguro.

Salí del coche y esperé que Mike se pusiera a mi lado. Mentiría si dijera que no estaba nerviosa. Mi corazón golpeaba fuerte contra mi pecho y mis ojos lo buscaban, aunque no quería verlo. A veces el corazón hace cosas que el cerebro no quiere y viceversa. A veces tu corazón no quiere sufrir más pero tu cerebro busca una oportunidad por si acaso. Disfruté esa noche, porque estaba con las chicas y siempre conseguía pasar un buen rato cuando estaba con ellas. Jack seguía molestándome como siempre y Mike estaba pendiente de mí.

No vi a Taylor por ningún lado. Y aunque mi mente lo agradeció, mi corazón no. Me fumé un cigarrillo con Mike fuera del establecimiento. No llevaba puesto mi abrigo y la verdad es que ni siquiera me importaba el frío. Alcohol.

— Has cambiado —me dijo.

Lo miré y después de expulsar el humo, hablé. — ¿Qué he cambiado?

— Tu mirada, se ha endurecido —le dio una calada a su cigarrillo—, y creo saber el motivo —no contesté—. Quiero hacerte otra sesión de fotos, pero esta será diferente —tiró el cigarrillo al suelo y se encendió otro.

— ¿Diferente?

Las sesiones que Mike me habían hecho eran dulces, nada fuera de lo normal. — Sí, te las haré cuando cumplas diecinueve.

— No me queda mucho para eso.

Mi cumpleaños era en Enero, motivo por el que la mayoría de los años no recibía regalo de cumpleaños, prefería los regalos de Navidad.

— ¿Quieres hacértelas antes de que te vayas? —asentí y Mike sonrió.

//

Me quedé mirando la puerta del portal de Mike. Él vivía en un piso en el centro de la ciudad. Con su trabajo, podía permitirse pagar un piso. Empujé la gran puerta de cristal cuando Mike abrió y me dirigí al ascensor. Pulsé el botón y volví a meter mis manos en los bolsillos. Mike me había dicho que no llevara nada, que él se ocuparía de todo. ¿Nerviosa? Lo estaba. Entré en el ascensor y pulsé en el botón número cuatro. Las puertas se cerraron y mordí mi labio mientras sentía a mi corazón latir nervioso. Las puertas se abrieron y salí al pasillo. La puerta de Mike estaba entre abierta. Me dirigí hacia ella y la empujé levemente

Como conquistar a un chico / Disponible en DreameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora