Annie se observó en el espejo.
Detrás de ella, sentadas en una banca de los probadores de su tienda favorita de ropa, se encontraban Andressa y Rebeca; la segunda de ellas estaba absorta en su teléfono celular, conversando con Zack sobre sus planes para esa noche, en cambio, Andy no dejaba de observar a Annie con fascinación, preguntándose cómo alguien podía ser tan perfecta.
La joven iba ataviada con un vestido rojo ceñido en la parte superior de su cuerpo, y con una delicada caída por debajo de sus rodillas. Era un atuendo costoso, sin embargo, su madre le dio una cantidad deslumbrante de dinero para que pudiera comprarse lo que necesitara para armar un conjunto de campeona. Faltaban pocos días para las elecciones de la planilla escolar para el concejo estudiantil. Sabía, incluso sin un informe de estadísticas, que la victoria era suya, pues la ayuda que le brindaron sus dos acompañantes, y lo poco que Jackie le proporcionó con los equipos de lacrosse, estaba segura que había superado con creces a su única rival. Por ello, necesitaba elegir la ropa que llevaría el día que anunciaran su triunfo.
—Te ves preciosa con ese vestido.
—Yo creo que te hace ver gorda. —Rebeca despegó su mirada de la pantalla del celular y observó a Annie solo unos segundos—. Has estado comiendo demasiados carbohidratos, ¿verdad?
Fields resopló. —Me gusta, simplemente necesito accesorios.
Se observó desde todos los ángulos posibles, analizando con detenimiento si las proporciones del vestido eran las adecuadas para hacerla ver esbelta, sin embargo, siempre existía algo que no le gustaba de sí misma. Negó por lo bajo y miró, a través del reflejo, el reloj que colgaba en la pared detrás de sus acompañantes: 6:48.
¡Su cita con Nico!
—Mierda, Andressa, pásame mi teléfono. —Exigió estirando la mano hacia su amiga.
La pelirroja, sin entender muy bien la urgencia de Annie, buscó rápidamente en su bolso, sin poder evitar demostrar la torpeza de la que era acreedora. Cuando lo encontró, se levantó con premura y le extendió el celular a su dueña, quien lo tomó con cierto salvajismo.
Ocho llamadas perdidas de: Amor.
Catorce mensajes nuevos de: Amor.
—Mierda... —Seleccionó el marcado rápido y se llevó el teléfono a la oreja.
—¿Qué sucede? —preguntó Andy, un tanto nerviosa.
—Hoy tenía una cita con Nico, lo había olvidado por completo.
Uno, dos, tres, cuatro tonos de espera... La llamada será transferida al buzón.
—No te preocupes, seguramente lo entenderá. —Rebeca se rió—. De todas formas, lo tienes comiendo de la palma de tu mano.
—No es gracioso. —Se quejó, volviendo a llamar a Nico.
Nada.
Annie se quitó el vestido y lo dejó sobre la banca donde estaban sus acompañantes. Lo más probable era que su pareja la estuviese esperando en casa, un tanto decepcionado por haberlo plantado, sin embargo, a pesar de que le disgustó la broma de Beca, ella también estaba segura de que Nico la perdonaría, pues era un chico comprensivo que entendería sus importantes ocupaciones. Se vistió lo más rápido que pudo, y le entregó su cartera a Andressa.
—Ten, hay efectivo suficiente para que pagues el vestido.
—Pero...
—Rebeca me llevará a casa, puedes devolverme la cartera mañana en la escuela.
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Las diez razones por las cuales te asesiné
Mystery / ThrillerUn mensaje escrito en una de las habitaciones del Sanatorio Mental Kenneth perturbó a las enfermeras y a los internos, pues en él se plasmaron las diez razones por las cuales Annie Fields fue asesinada. La persona que ejecutó a la joven compartí...