La sala de interrogatorio es fría y muy simple, consta de una mesa en el centro con cuatro sillas alrededor, una bombilla desnuda que pende del techo, y una ventana de visión unilateral que conecta con una cabina continua, donde se encuentran Katashi y Clare. Lo único realmente llamativo son las tres cámaras puestas en puntos estratégicos para grabar cada segundo de los interrogatorios. Es el espacio menos utilizado dentro de la Agencia de Investigación.
Del lado derecho de la mesa, dándole la espalda a sus compañeros, están sentados Sivan y Hunt, y frente a ellos Jackie Fields y su defensora legal.
En el ambiente se siente una tensión casi palpable a pesar de que los dos oficiales mantienen una postura relajada, tratando de hacer la situación lo más amena posible para que las respuestas necesarias fluyan.
—Señorita Fields, ¿sabe por qué está aquí? —Sivan la observa con detenimiento, tratando de analizar su reacción.
—No tienes qué responder a nada si no quieres —comenta la abogada Marina. Una mujer de prominentes ojos azules.
—La verdad es que no, no tengo idea de por qué estoy aquí —contesta de todas formas.Jackie se ve diferente a como los agentes la recordaban. Está más delgada, usa maquillaje, y su vestimenta ha cambiado considerablemente, haciéndola ver más guapa y femenina, dándole un toque parecido a la imagen que proyectaba su hermana.
—Estamos investigando un homicidio.
—Ah, es por eso...—¿Estaba enterada de la muerte de...?
—Claro. Ustedes hablaron con mis padres sobre eso. —Su semblante duro no refleja ni una sola emoción—. Además, los medios no tardaron en conseguir otro titular a nivel nacional, ¿no? Todos en la ciudad lo saben.
Hunt asiente. —Es por eso que está aquí...
—¿Ustedes creen que yo lo hice? —Se mofa e intercala una mirada entre Sivan y él—. Me halagan, pero ni siquiera soy capaz de matar un insecto sin sentirme mal.
Las declaraciones que recabaron cuando se hizo la investigación del homicidio de Annie revelaron que Jackie se trataba de una chica tranquila, un tanto sumisa y tímida. Si bien no era una alumna ejemplar, tenía buenas notas y era una deportista nata, capitana del equipo de Lacrosse, una buena chica, hija ejemplar y alma caritativa. Descripciones que fueron confirmadas tras realizarle pruebas psicométricas para descartar conductas erradas que pudieran inclinarla hacia el bando equivocado. Todo había sido favorable, por lo que no existían demasiados fundamentos para creer que ella pudiera ser responsable del nuevo acontecimiento.
—Realmente nos gustaría saber cómo se siente al saber que alguien asesinó a esta persona.
—Jackie, no tienes que contestar eso. —Marina advierte, de nuevo.
—La verdad es que me alegra que por lo menos alguien sí sabe hacer justicia en esta ciudad —responde con gélida seriedad.
Marina resopla.
Sivan y Hunt intercambian una rápida mirada que no pasa desapercibida para ambas.
—Es curioso que lo digas, considerando que en los registros del Sanatorio Kenneth encontramos que solías visitarle con regularidad durante los últimos meses.
Hunt extiende hacia ambas una copia del expediente de registros de visitantes de la clínica, donde se encuentra el nombre de Jaqueline Fields subrayado con un color fluorescente en varias páginas.
Marina examina las hojas con atención, contando el número de visitas. Un punto interesante que Jackie no le contó antes de ir a la Agencia.—¿Hice algo ilegal con eso? —pregunta, sin prestarle atención al documento.
—No, claro que no. —Sivan le sonríe con falsa calidez. Tantos años de experiencia le han enseñado cómo tratar con las diferentes clases de personas con las que se encuentra—. Pero no entendemos por qué visitabas a la persona que asesinó a tu hermana.
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Las diez razones por las cuales te asesiné
Mystery / ThrillerUn mensaje escrito en una de las habitaciones del Sanatorio Mental Kenneth perturbó a las enfermeras y a los internos, pues en él se plasmaron las diez razones por las cuales Annie Fields fue asesinada. La persona que ejecutó a la joven compartí...