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Breve descripción: Tanjirō se siente celoso :'v



Zenitsu habia sido enviado a realizar una misión junto a Murata, se podria decir que conocia al pelinegro y no le caía mal, pero se sentia algo nervioso, ya que esta era la primera misión en la que no estaria junto a sus amigos. Lastimosamente él no podia decidír con quien ir en las misiones, así que no le quedaba de otra que acatar las ordenes de los superiores.

—¡Tanjirō~! —lloriqueó el ojimiel aferrándose a la camisa del burdeo —¡No quiero ir solo! ¡Definitivamente morire esta vez!

Zenitsu se encontraba a un costado de la cama de Tanjirō, llorando a mares porque no queria ir a realizar su trabajo como cazador de demonios.

—Siempre dices lo mismo y sigues con vida. —dijo el ojirubi mientras acariciaba el cabello del chico para intentar calmarlo. Él e Inosuke aún se encontraban en rehabilitación y por lo tanto no podian acompañar al rubio en las misiones —Aparte no iras solo, Murata-San te acompañara, él te protegera.

—¡Pero no sera lo mismo! —se quejó el rubio mirando al burdeo con indignación.

Zenitsu no dudaba en que su nuevo compañero era fuerte, pero él ya estaba acostumbrado a realizar las misiones con Tanjirō, Nezuko-Chan y el Jabalí.

—Todo va a estar bien. —aseguró el de aretes hunafuda con una suave sonrisa y el de hoari amarillo no pudo seguir con sus lloriqueos y quejas, pues Murata habia entrado a la habitación.

—Hola Tanjirō-kun, Zenitsu-kun. —saludó con una sonrisa a ambos chicos —¿Ya estas listo? —preguntó dirigiéndose al rubio.

—No, pero igual vamos. —respondió el ojimiel con desanimo mientras limpiaba sus lagrimas.

Ambos se despidieron del burdeo y partieron, segun les habia indicado el cuervo, seria una misión sencilla que no les llevaria tanto tiempo completar.



Inosuke salio al patio de la finca listo para una buena sesión de entrenamiento estilo bestia. Sin embargo detuvo sus pasos al notar a su secuaz número uno hincado cerca de la entrada mirando una flor amarilla con mucha atención.

—¡Eyy! ¿Qué estas haciendo Kentaro? —preguntó con total curiosidad acercandose al chico e hincandose a un costado de este.

—Hablo con Zenitsu. —respondió sin apartar la mirada de la flor que tenia pétalos similares al pelo del chico rubio.

Tanjirō hace varias noches que no dormia debido a la preocupación al no recivir noticias de su amigo. Se suponia que no tardarian mucho en deshacerse del demonio, pues este era uno relativamente debil, pero ya habian pasado tres semanas, ¡TRES SEMANAS!

—Con Monitsu. —repitió más a modo de pregunta, para luego mirar al burdeo intentando encontrarle logica a lo que este decia —Pero el lloron aún no ha vuelto de su misión. —recordó el azabache para luego levantarse y proceder a pisar la flor.

Tanjirō volvio en si y solto un suspiró cansado, apenas y podia mantener sus parpados abiertos.

—Te has vuelto debil. —comentó el ojiverde mirandolo levemente fastidiado.

Sabia que su secuez sentia algo especial por el rubio lloron debido a las vibraciones que producia este al estar cerca del ojimiel, pero no era momento para andar delirando debido al sueño.

—No ganas nada con solo esperar sentado a que Tontitsu llegue, solo te vuelves más inutil. —dijo para luego girar sobre sus talones, dandole la espalda al ojirubi —Y así no podras protegerlo. —agregó para luego alejarse dispuesto a entrenar.

One-shot's. [Tanzen]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora