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Al finalizar el vídeo Zenitsu volvió a encender las luces de la sala y retiro el pendrive de la entrada de la computadora. Los aplausos no se hicieron esperar junto con las felicitaciones de parte del docente, su nota fue dada y todo hubiese resultado bien si al profesor no se le hubiera ocurrido la brillante idea de pedirle al azabache una interpretación en vivo.

Inosuke acepto gustoso mientras que Tanjirō y Zenitsu intercambiaron miradas preocupadas. El jabalí tomo un micrófono que por lo general se utilizaba para explicar ciertas cosas en la sala de proyección y tomo una bocanada de aire.

—¡Inosuke espera! —fue demasiado tarde, el ojiverde ya habia comenzado con su debut dejando a todos los presentes anonadados.

—¡Alto! ¡Alto! —gritó el profesor y el azabache obedecio mirandolo confundido —¿¡Qué rayos fue eso?!

—¿Eh? —dijo el ojiverde frunciendo el cejo, el viejo era tonto o se hacia, obvio estaba cantando.

—Les dije que estaba prohibido usar efectos en las voces, solo tenian que agregar la pista y ya. —dijo el docente mirando con molestia a los tres chicos —No me queda de otra que reprobarlos por incumplir con la consigna. —informó tomando su bolígrafo.

—¡Ahhh! ¡Pero nosotros no usamos ningun efecto! ¡Esa es mi voz! ¡Diles Tontitsu! —gritó el jabalí encabronado por ser reprobado.

—En realidad no lo es... —Zenitsu sabia que si no decia la verdad era probable que Inosuke atacara al profesor, así que tomo otro micrófono y se apresuro a explicar la situación antes de que empeorara —Lo siento, fue mi culpa, yo edite el vídeo y agregue los filtros de voz. —confesó ante todos los presentes sintiéndose realmente arrepentido por sus malas decisiones.

—¡¿Por qué mierda hiciste eso Monitsu?! —gritó el azabache mirandolo ceñudo al pobre chico, queria una explicación.

—¡Porque tienes un bonito tono de voz pero no sabes seguir las notas! —gritó cerrando con fuerza sus ojos, al fin le habia dicho la verdad solo esperaba que su amigo lo entendiera.

—No te lo dijimos porque no queríamos lastimarte... —agregó el ojirubi mirandolo con arrepentimiento.

Inosuke suavizo su mirada y asintio en señal de comprensión.

—La próxima vez que ocurra algo así sean sinceros conmigo... —pidió —¡O les pateare el trasero! —amenazó dándole un golpe en el hombro al rubio.

—Muy lindo todo, pero siguen reprobados. —avisó el docente de manera seca.

—¿Qué haremos? —preguntó el burdeo mirando a sus dos amigos con preocupación —Este es el trabajo final en esta asignatura y es la nota más importante. 

—¡Sí y yo no puedo reprobar otra materia o me harán cursar nuevamente este año! —les recordó el jabalí con desesperación, no queria quedarse sin sus secuaces más fieles. 

Zenitsu escucho la angustia del corazón  del azabache y decidió enmendar su estupido error, rapidamente saco su celular y le mando un mensaje a su Aniki.

—¡Profesor espere! —pidió ganándose la atención de todos.

—¿Qué ocurre Agatsuma? —preguntó el profesor mirando a su alumno con una ceja alzada.

—Sí logro impresionarlo usted nos aprueba.

El docente observo al menor con una risa sacarrona.

—Esta bien Agatsuma, veamos lo que tiene. —respondió con desinterés y fue en ese momento que la puerta de la sala se abrio de una patada dejando ver a un pelinegro con dos guitarras eléctricas. Daki, Gyutaro y Akaza venían detrás de el con un bajo, una batería, un piano y algunos parlantes. 

—¡Púes preparece porque esto lo dejara con la boca abierta! —exclamó el ojiazul caminado hasta su hermano y entregándole su guitarra.

Gyutaro se encargo de instalar los instrumentos y ajustar el volumen de los parlantes.

Zenitsu se coloco al frente con su guitarra, Kaigaku a su costado derecho con la otra guitarra mientras que a su izquierda estaba Gyutaro con su bajo, Daki con su piano y Akaza atras con la batería.

El rubio temblaba cual gelatina y sus manos se sentían torpes al mirar hacia adelante, todas esos ojos sobre su persona lo ponían en un estado vulnerable, pero no podia dejar que su pánico escénico lo detuviera ahora, ¡esta vez no se desmayaria!

Zenitsu cerro los ojos, tomo un respiro profundo y deslizó abilmente sus dedos por las cuerdas de la guitarra iniciando con la interpretación siendo seguido por el resto.

Si esto ya habia dejado a algunos boquiabiertos escuchar la voz del rubio termino de impresionarlos.

Tanjirō sentia una descarga eléctrica al escuchar a su amigo cantar, era increíble, la emoción podia sentirse llenar el aire del salón y muchos no tardaron en comenzar a aplaudir y a gritar el nombre de Zenitsu en apoyo.

Inosuke saltaba y gritaba contagiado de toda esa energía alegre, la sala se habia vuelto algo caótica y sorprendentemente el docente a cargo se habia unido a ese caos.

Quizás él era el único que permanecía quieto sin poder apartar su mirada del rubio y es que Zenitsu parecia desprender una chipa electrizante con cada acorde que tocaba, era sorprendente.

Cuando la canción finalizo todos gritaron y aplaudieron con euforia al grupo de musicos.

Pero el griterio asusto al rubio, quien debido a la impresión dio un salto y se enredo con el cable de su guitarra, por suerte el burdeo logro atraparlo antes de que impactará contra el suelo.

—Estuviste fantástico Zen. —dijo el de aretes hunafuda con una sonrisa deslumbrante que termino de matar de vergüenza al pobre Pikachu. —¡Eh! ¿¡Zenitsu!?

—¡Rayos, se desmayo! —Kaigaku se acerco rapidamente a socorrer a su hermano pero el burdeo no le permitió que lo apartara de él.

—¿Quién eres? —preguntó mirando al ojiazul con desconfianza, púes Zenitsu nunca le habia mencionado que tenia un hermano.

—¡Que mierda te importa, dame al lloron! —mandó frunciendo el cejo al ver como el tonto amigo de su hermano lo tenia barzado.

—¡No! ¡Yo llevare a Zenitsu a la enfermería! —anunció el burdeo levantandose del suelo y cargando al ojimiel estilo princesa.

—¡Estas idiota si piensas que te dejare a solas con mi hermano! —gruñó el pelinegro intentando recuperar al rubio.

—¡Alto los dos! —el profesor interrumpio su absurda pelea —Primero que nada, estan aprobados, y segundo, ¡dejen de discutir y lleven al pobre Agatsuma a la enfermería!

En eso Inosuke intervino quitándole a Tanjirō al rubio de los brazos y cargandolo cual costal de papas hasta la enfermería.

—¡No temas Monitsu, tu rey te salvara! —gritó mientras avanzaba por el pasillo.

—¡INOSUKE VUELVE AQUÍ! —ordenó el burdeo corriendo tras el ojiverde.

—¡REGRESA CON MI HERMANO MALDITO JABALÍ! —el pelinegro iba a matar a los otros dos si algo le pasaba al lloron.



¡Y hemos terminado con esta sección!

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