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Pociones era una materia que al de cabellos rubios le resultaba muy difícil y es que la mayoría de las veces confundía los ingrediente y el tiempo de cocción de estos, obteniendo así una sustancia peligrosa y para nada similar a lo que decia el libro.

Por suerte en tercero Shinobu-Sensei le asigno un tutor personal, siendo este cierto Gryffindor de cabellos burdeos y ojos rojos cual rubies. Tanjirō Kamado era un alumno que destacaba en esta materia al igual que su hermana menor, Nezuko Kamado, ellos eran realmente unos prodijios en la asignatura.

Debia admitir que le sorprendio el ser tratado de manera tan cordial y amable por parte de un león, pensó que este iba a insultarlo o a enfadarse con él en cuanto cometiera un error durante su primer encuentro, de por si las personas no le tenian mucha paciencia por ser un escandaloso y un llorón sin remedio. O en palabras de sus mejores amigos de casa, Kanao y Genya, un Drama Queen.

Sin embargo nada de eso paso, Tanjirō le enseñó con mucha paciencia y cariño lo que tenia que hacer, ¡el Kamado era realmente muy bueno explicando!

Empezaron a sentarse juntos en el gran comedor tiempo después, a estudiar y realizar trabajos de otras asignaturas en la biblioteca, salir a pasear a Hogsmeade los fines de semana, claro todo esto en compañía de Inosuke y Nezuko pero a rubio no le molestaba la presencia del otro Gryffindor y de la Hufflepuff.

Ya en quinto año las cosas cambiaron un poco con la inclusión de dos Ravenclaw en el grupo, Aoi Kanzaki y Muichiro Tokito, quienes poco a poco empezaron a apartarse llevándose consigo a Inosuke y a Nezuko.

El león de extraña cicatriz y la serpiente rubia empezaron a pasar más tiempo ellos dos solos, haciendo tarea, comiendo, paseando, volando en escoba por la cancha de Quiddich, explorando los rincones del castillo y divirtiéndose en sus salidas a "Las Tres Escobas" o "El Caldero Chorriante" ubicado en el callejón Diagón.

Pero no fue hasta diciembre de ese mismo año que el Gryffindor, haciendo honor a su casa, valientemente le confesó sus sentimientos en medio del espectáculo de fuegos artificiales que observaron desde la torre de astronomía. Se podria decir que Zenitsu lloró de la felicidad en aquel momento correspondiendo de forma inmediata a los sentimientos del de aretes hunafuda.

Ambos quedaron en mantener su relación en secreto, por el momento, pues ambos sabían que las cosas estaban algo complicadas dentro del colegio y ya muchos los criticaban por ser "mejores amigos".

A comienzos de su sexto año se volvio aún más complicado para ambos mantener su secreto y es que se olvidaban del lugar y las personas a su alrededor en cuanto conectaban miradas, pero sabian que solo podían contemplarse mutuamente mientras internamente reprimian el deseo de besarse, manteniendose a distancia para no terminar lanzandose a los brazos del contrario y es que era una tortura para ambos estar ahí, tan cerca y sin poder tocarse.

Sus amigos más cercanos eran los que por lo general los cubrían para que tuvieran "tiempo de pareja", pero la verdad ya no aguantaba esta situación y estaba dispuesto a hablar con Tanjirō al respecto.



El Kamado estaba almorzando muy tranquilamente junto a su amigo Inosuke en el gran comedor, ambos sentados en la mesa de los leones, platicando del próximo partido que tendrian contra los de Ravenclaw cuando derrepente llega su hermoso novio e interrumpe su charla.

—Tanjirō —llamó mirando al nombrado seriamente —, tenemos que hablar.

Esas simples palabras hicieron que el pobre burdeo se pusiera pálido, ¿a caso su novio queria terminar con él? ¡No! ¡Eso no era posible! Seguro era otra cosa, ¡tenia que ser otra cosa!

One-shot's. [Tanzen]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora