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— ¿Q-Qué?. -Por un momento él castaño sintió que un balde de agua fría le caía encima. Realmente no tenía suerte- No estaba enterado, pero si me espera un poco más.

— Señor Son. No puedo seguir esperando más por el dinero faltante, sé que usted y su hermano están pasando por un mal momento. -Mientras sorbía de su té- Por eso seré considerada, les daré una semana para que puedan conseguir otro departamento. Además ya no tienes que pagarme lo debido, pero el contrato acaba hoy. Lo lamento mucho. Así que si me disculpa, tengo otros asuntos que atender -Mientras le indicaba que saliera ya de ahí-.

DongMyeong no tuvo más que salir de ahí, ahora que haría, tenía que buscar un nuevo departamento. Ya estando afuera de aquel complejo de departamentos observo aquel sobre que contenía aquel dinero. Una, dos y tres lagrimas cayeron en esta mojandola, camino lentamente mientras sollozaba. Sintió tanta tristeza, ya que se había esforzado en conseguir ese dinero, y lo peor era que no fue el único que sufrió por acompletar el pago.

Vio un autobús, no vio a donde iba, pero aún así le hizo la parada, quería ir a cualquier lado, uno donde no lo encontrara ni DongJu ni Jun. Camino hasta ir a unos asientos vacíos, pero no noto que una cabellera revuelta lo observaba a tres sillas de él. Este estaba decidido a acercarse pero entonces vio la mirada triste del castaño, así decidiendo no acercarse, solo lo observaría. KiWook analizaba con la mirada aquella cabellera castaña, ¿Su angelito realmente estaba pasando por un mal momento?.

Recargo su cabeza en el cristal, dejó que sus ojos se inundarán de lágrimas, su vista iba dirigida a la calle. Una vibración se hizo presente en el bolsillo del chico, metió su mano y sacó su celular. Prendió la pantalla, así notando que Jun estaba llamándole. Apretó sus labios, era la persona con la que menos quería hablar en ese momento. Apago este y regreso su vista a la calle, suspiro, dejando que su mente vagara.

Sin pensarlo dos veces se paró de su asiento. Así tocando el botón de bajada del autobús, camino con la mirada baja hasta la salida trasera y espero que este se detuviera. Llegaron a una parada, así abriéndole la puerta, bajo un pie y empezó a caminar por aquella banqueta. Sus ojos fueron bajos en todo momento, realmente no se había percatado de aquella presencia que lo seguía sigilosamente.

Llego a una pequeña privada que estaba en una subida, sus ojos se enfocaron en unos escalones unos que daban a una hermosa vista, un Seúl lleno de luces destellantes. Se sentó y se dejó inundar en el frío de aquella noche, suspiró, realmente había sido un día pesado. Su mente divagaba, ¿Ahora qué haría? ¿Podría encontrar un buen departamento en tan solo una semana?. La impotencia llenaba su pequeño corazón, esto era demasiado para él, era demasiado para sus 18 años de edad.

Y sin notarlo ya estaba nuevamente llorando, por Dios, ¿Por qué tenía que llorar tanto?. Sin darse cuenta recordó a su madre, un pequeño pero cálido recuerdo: "Aigooo Myeong, eres un llorón, si lo eres, ¿Cómo cuidarás de tu hermanito?. Tienes que aprender mucho de mi pulguita".

— Mamá... -Dijo en un pequeño susurro. Las lágrimas caían ferozmente por sus grandes cachetes. Sus ojos que estuvieron viendo la hermosa vista ahora veían un empaque de helado-.

DonMyeong confundido volteó su cabeza encontrándose con aquel chico, con aquellos característicos mechones de colores. KiWook lo miraba atentamente mientras le seguía extendiendo el helado.

— No deberías llorar con el estomago vacío. -Colocando el helado en sus manos-.

Él castaño observó el empaque, notando que el sabor era de cajeta. KiWook lo veía nervioso, ¿Había elegido mal? ¿Ahora lo odiaba?. Bueno, quizás estaba exagerando un poco.

Los gemelos DongDong~.                                  「 CyaDong 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora