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El ambiente era tenso en la casa de los gemelos y de eso estaba muy consiente Jun. Él cuál se encontraba en la cocina preparando un pequeño desayuno, por qué desde hace días que ambos hermanos no salían de su cuarto. Terminó el desayuno de ambos, subiéndolo por las escaleras. Él qué más le preocupaba era el pequeño DongJu, ya que desde ese día el menor no había hablado ni una sola vez.

Raramente salía de su cuarto, dejando de ser la lunita alegre y parlanchina que era. Dejó su desayuno en el piso junto a la puerta, dio unos ligeros golpes a la puerta.

— Hadita, te dejo aquí el desayuno. -Poniéndolo delicadamente-.

No recibió ninguna respuesta, suspiró. Se levantó y agarró el plato de su solecito, se acercó a la puerta de su habitación, viéndolo ahí hecho taquito entre las sábanas. Sonrió, se acercó a su lado, DongMyeong a pesar de lo que pasaba se mantenía un poco estable, a diferencia de su gemelo. Aunque sufría el triple a pesar de ocultarlo, ya que cada día estaba más cansado y sin fuerzas.

— Myeongiee, está listo el desayuno. -Poniéndolo en una mesita de centro. Viendo aquel bello taquito, sin dudarlo se aventó a él en un abrazo- Me voy a comer a este taquito.

— No me comas... -Dijo con voz somnolienta. Haciendo reír al alto-.

— Si no te apuras, te comeré enterito.

— Ahgggg. -Mientras se levantaba titubeante-.

Jun lo analizo, notando lo deplorable que está su amigo. Era notorio su cansancio, sus ojeras, estaba más pálido de lo normal, se veía acabado. Pero aún así, él le demostró una sonrisa, una débil pero que hizo que el corazón del alto se cautivara.

— No me mires así.

— ¿Así cómo?. -Tratando de evitar su mirada-.

— Con tristeza, sé que estás preocupado, y también sé que me veo deplorable. -Mientras metía bocados al desayuno- Woah, está riquísimo... -Haciendo sonreír al alto- Así que tranquilo, esto se acabará hasta que encuentre trabajo.

— No entiendo por qué no te lo dan, son unos idiotas. -Comentó con notorio enojo-.

— Lo se, es molesto por qué quieren que sea mayor y que tenga experiencia y es tipo: "Para eso vengo, para ganar experiencia". -Acabando su desayuno volteó y le sonrió al chico- Pero da igual, se que encontrare uno. Gracias por la comida Junnie.

— Claro, no hay de que solecito. -Decidido a levantarse fue detenido por una mano-.

Una mano que lo jalo hacia la cama, así quedando ambos acostados en aquella, ambos viéndose a los ojos. DongMyeong le sonrió, bajo un poco hasta quedar en el pecho del alto, lo rodeó con sus brazos hasta quedar en un fuerte y cariñoso abrazo.

Jun no negó el abrazo, es más lo intensifico, sentía los delicados brazos del castaño rodearle débilmente. Cerro sus ojos y se dejó hundir en el aroma a galletas del chico, entonces escucho unos pequeños ronquidos. Sonrió de oreja a oreja, su solecito se había quedado dormido, vio la cabellera ajena y depositó un leve beso en esta.

Así se estuvieron toda la tarde, abrazados, o eso fue hasta que tocaron la puerta. Jun no quería despegarse de los cómodos brazos del castaño pero insistía la persona que tocaba. Se salió de la cama lo más despacio y bajo a abrir la puerta. Atrás de ella se encontraba la señora Park con unas bolsas.

Los gemelos DongDong~.                                  「 CyaDong 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora