Los gemelos DongDong~. 「 CyaDong 」

FINAL

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Sus ojitos se achinaron, mientras un bonito sonrojo aparecía en sus cachetitos. KiWook no pudo aguantar las ganas y mordió aquellos, recibiendo un quejido por él contrario.

Llevaban cinco años de relación. Se sentían amados, cómodos y llenos de felicidad.

Él castaño se acercó a su lado, rodeó sus brazos en el cuello contrario, planto un rápido y bonito beso en sus labios. Aquel peli negro lo miraba con ojitos brillosos, cada beso, cada caricia era un revoltijo de emociones. Tantos que estaba empezando a acostumbrarse y amarlos igualmente.

— Wookie, cariño. Deja de verme tanto, me apenas. -Se quejó él castaño, así ocultando su rostro en su cuello. Esto causó una risa por él contrario que lo apretujo en un gran abrazo-.

— Perdón Myeongie, es que estas bellísimo hoy. Bueno, realmente siempre lo estás. Aún no puedo creer que tengo un novio tan hermoso. -Llenando su carita de besos, recibiendo risitas nerviosas por él castaño que se los regresaba-.

DongMyeong sonrió como nunca, se alzó y besó la nariz del peli negro. Hecho aquello bajo de su regazo y se recostó en la bonita cama del chico, dispuesto a dormir un rato. Gateo un poco al ver como su bello novio agarraba su bajo, así acostándose en las piernas de este.

La música sonaba en toda la habitación, sus dedos se deslizaban por las cuerdas de su bajo. Una sonrisa aparece mientras sus ojos observaban el paisaje más hermoso que había visto.

DongMyeong se hallaba acostado en sus piernas, este abrazaba el pequeño peluche de hámster del peli negro, mientras que con una de sus manos acariciaba su cintura. Levanto su mano y acaricio aquellos bonitos cabellos lacios que tanto lo traían loco. Pequeños rulitos hacia mientras seguía tocando, un pequeño castaño se removió al sentir su celular vibrar.

— No contestes. -Comento él peli negro mientras abrazaba y entregaba pequeños besos a la carita del mayor-.

— Tengo que contestar. Solo sera un momento bebé. -Una sonrisa apareció en sus labios, amaba esta pequeña actitud de su novio-.

Una vez lo hizo a un lado contestó, sin creer quien le llamaba. Unos segundos de silencio hasta que hablo.

— Hola, solecito. -Una voz tan familiar y cálida resonó a través del teléfono, y él castaño sintió la necesidad de llorar-.

— Jun... ¿Dón... -Siendo interrumpido-.

— ¿Podemos vernos?...

— ¡Claro! ¿Dónde te encuentras ahora mismo?. -Comento a la velocidad de un rayo, se apresuró y se cambió rápidamente-.

— Estoy debajo de tu departamento.

— ¡Voy en camino!

Dicho aquello colgó rápidamente. Un pequeño KiWook lo veía atentamente, entre curioso y preocupado. Se acercó a su lado, alzo sus brazos y lo rodeó cariñosamente, así haciendo que él contrario se tranquilizará. DongMyeong suspiro al sentir el tacto y la calidez de su novio, ya que era él único que podía entregarle esa paz.

— ¿Sucedió algo?. -Colocó su mandíbula en el hombro del chico, mientras apretaba un poco más el abrazo-.

— Jun... al parecer regresó. -Dijo con voz quebrada, estaba feliz, pero al mismo tiempo triste-.