Narra Jack:
Habían pasado unos 10 minutos desde que salí de casa. Fui a comprar al mercado que estaba en el pueblo para que me quedara más cerca. Compré un poco de todo: leche, agua, refresco, barras de pan, pan de molde, embutidos, carne, frutas...
Creo que con todo lo que compré, la chica no se podrá quejar.
Ahora me estaba dirigiendo con el coche de vuelta a casa. La brisa se colaba por la ventanilla del coche, haciendo que mi pelo se moviera más de una vez.
En menos tiempo de lo que creía, llegué a mi casa. Aparqué el coche a un lado de la casa y lo paré. Salí del coche con tranquilidad y abrí las puertas de atrás para coger las bolsas de la compra.
Una vez cogidas, cerré el coche y me fui directo a la puerta.
Cuando ya había entrado en casa y cerrado la puerta, la chica no estaba en el salón. Eso me extrañó, pero no le di mucha importancia. Dejé las bolsas de la compra en la mesa de la cocina y llamé varias veces a la chica, pero no respondía.
"Seguro que estará llorando, como las otras veces" pensé. Volví al salón para dejar mi móvil y mi pistola encima de la mesa del salón, pero cuando miré a la mesa, vi una nota encima de ésta que decía en grande: "SI NO ME DEJAS IR, ME LARGARÉ YO. POR LAS BUENAS O POR LAS MALAS"
Me quedé analizando palabra por palabra la carta. Hasta que llegué a una conclusión que me dejó los pelos de punta.
"Mierda"
Fui corriendo al sótano llamando a la chica con gritos, pero no contestaba. En el sótano no estaba. Ni en el rincón de las cajas, ni debajo de la mesa de madera, ni en ningún rincón del sótano.
Volví a subir las escaleras lo más rápido que podía y me puse a llamarla en el salón, en la cocina, salí a la calle... Pero no estaba en ningún lado.
Estaba empezando a sospechar lo peor que se me ocurría...
Cuando volví a entrar en casa, me fijé que la puerta de mi habitación estaba completamente abierta. Por la ventana no habría podido salir ya que no se podían abrir desde dentro... Luego vi que la puerta de la habitación estaba cerrada. Intenté abrirla, pero estaba cerrada con el fechillo.
"No... ¡Joder!" pensé istérico buscando la manera de abrir la puerta. La llamé para que abriera y saliera de ahí, pero seguía sin contestarme...
-¡OYE! ¡COMO ESTO SEA UNA BROMA...!- le advertí, pero el resultado era el mismo: Silencio.
Le pegué una patada a la puerta... Y otra... Y otra... Y otra.... Pero no servía de nada...
Tiene que haber un modo... Esta puerta se tiene que abrir por cojones...
Di varios pasos atrás y corrí hacia la puerta para intentar abrirla con el hombro, pero no se abría. Volví a repetir lo mismo, pero tampoco funcionaba.
"¡Joder!"
Volví a dar por última vez los pasos a atrás... Y de un buen golpe, conseguí a abrir la puerta. Mis ojos se pusieron blancos por la escena que acababa de presenciar.
Allí estaba ella: metida en la bañera, con las venas rajadas y la sangre saliendo de ellas. El piso estaba empapado de sangre y su cara estaba totalmente pálida. En el suelo estaba uno de los cuchillos de la cocina, que estaba también lleno de sangre.
-Mierda...- dije mientras estaba ahí quieto, viendo como la chica se desangraba poco a poco.
Fui a la bañera rápidamente, puse mis manos en sus hombros y la empecé a sacudir mientras intentaba hacer que se despertara.
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Broken Mirror (PAUSADA)
Teen Fiction"Soy Janet, una chica madrileña de 17 años. Acabo de empezar mis estudios en Londres con mi mejor amiga y mi hermano. Al principio todo era emocionante y alegre por conocer más la ciudad y hacer nuevas amistades, pero todo lo alegre desapareció en p...