Narra Janet:
Un olor a tortitas invadió mis fosas nasales aquella mañana de verano.
Estaba dormida en mi cama, envuelta en mis suaves sábanas blancas y estirándome como un gato. Me levanté y apoyé mis pies en el suelo, que estaba frío.
Una sonrisa se dibujó en mi cara después de estar ausente mirando al piso.
Hoy iba a Londres con Enola y Andy.
No, no nos vamos de vacaciones. Enola y yo empezaremos nuestros estudios en la universidad de Londres y Andy seguirá trabajando como policía.
Bueno, para que no os comáis la cabeza: Enola es mi mejor amiga desde los 4 años (en verdad, su nombre es Bárbara pero le encanta que la llamen así) y Andy es mi hermano mayor.
Como Enola y yo somos menores, Andy se ofreció en responzabilizarse de nosotras (prepárate, Andy, que nosotras somos como Zipi y Zape: no hay quien nos pare).
Me hacía muchísima ilusión ir. Siempre me ha encantado Londres y aún no sé por qué.
Recién levantada de la cama me dirigí al baño. Me lavo la cara y me miro al espejo. Observé con detalle como estaban mis rasgos faciales en ese momento: Mi larguísimo pelo castaño liso se convirtió en una réplica de la gran melena de Mufasa.
Lo tenía hecho un desastre.
Mis ojos marrones se notaban cansados ya que la noche anterior no pude dormir casi nada por culpa de los nervios. Y tenía corriendo por mi cara las marcas de la almohada.
Dios, estoy horrible por las mañanas.
Después de peinarme un poco, salí de mi habitación y pasé por el pequeño pasillo de las fotos. Lo llamo así porque ese pasillo estaba repleto de fotos de la familia.
Bajé las escaleras blancas sin hacer mucho ruido para no despertar a mi padre, que aún seguía dormido, y me fui a la cocina a desayunar.
Allí estaba mi madre, tan guapa como siempre, preparando el desayuno. Le tengo muchísimo cariño a ella, siempre ha estado a mi lado en lo bueno y en lo malo, tanto en los momentos felices como en las malas rachas, y ha renunciado a muchas cosas con tal de hacerme feliz.
Le debo mucho a esa mujer.
-Vaya, por fin estás despierta.- dijo mientras se acomodaba la coleta.
-¿Tanto he dormido?
-Bastante, no es normal viniendo de ti. Tú siempre te levantas temprano.
Le sonreí. Y hablando de cosas anormales: mi hermano siempre pone el despertador temprano para levantarse él primero. ¿Dónde está?
-Mamá, ¿Andy sigue durmiendo?.- pregunté
-Sí, se supone que puso el despertador para levantarse hace hora y media. ¿Podrías ir a despertarle?.- me preguntó con un poquito de flojera en su voz.
-Vale, sin problema.
Y mi madre, esta vez con tono tierno y dulce, me contesta:
-Gracias, cielo.
Llegué a la habitación de mi hermano, que estaba al lado de la mía.
Nada más entrar, veo ropa tirada por el suelo y montón de papeles esparcidos por la mesa. Era raro, él suele ser ordenado.
Dirigí mi mirada a este, que estaba profundamente dormido en su cama. Se veía gracioso con el pelo alborotado, la camiseta de Batman y un pie asomando por la sábana mostrando su calcetín rojo.
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Broken Mirror (PAUSADA)
Teen Fiction"Soy Janet, una chica madrileña de 17 años. Acabo de empezar mis estudios en Londres con mi mejor amiga y mi hermano. Al principio todo era emocionante y alegre por conocer más la ciudad y hacer nuevas amistades, pero todo lo alegre desapareció en p...