Capítulo 11

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Narra Janet:

Se quedó mirándome de arriba a abajo y no pude evitar taparme con su chaqueta. Una vez echo esto, se lanzó hacia mí intentando besarme.

-¡¿Qué haces?!- le grité alejándolo de mí.

-No te hagas la tonta, sé que quieres.- decía mientras se quitaba el cinturón.

-¡¿Estás loco?! ¡No quiero nada contigo!

Mis palabras no sirvieron de nada. Se puso encima mía intentando apartar mis manos, que en ese momento me tapaba la cara para protegerme de él.

-¡Oh, claro! Si has estado toda la noche provocándome. No mientas... Eso es de chicas malas.

-¡Suéltame!- notaba cómo una lágrima corría por mi mejilla.

-Aunque ahora que lo pienso...- decía mientars se acercaba más a mí.- Amo a las chicas malas.- dicho esto, se puso a besarme el cuello.

Acto seguido, reaccioné dándole una bofetada en la cara y un rodillazo en las pelotas. Se quitó de encima inmediatamente y se puso a soltar palabrotas sin parar mientars se retorcía de dolor en su asiento.

Yo no podía aguantar más allí. Cogí mis cosas,salí del coche y cerré de un portazo.

No quería volver a la fiesta, solo quería irme a casa. Pero ahora mismo no podía confiar en nadie para que me llevase a casa en coche. La única opción que quedaba era ir caminando. Pero tenía miedo de que Samuel volviera a por mí.

No quería volver a encontrarme con él. Ni hoy, ni mañana, ni nunca. No quiero verlo de nuevo.

Notaba como un sudor frío recorría por mi frente y que mis manos estaban temblano. Tenía que tranquilizarme de cualquier modo, pero lo más importante en ese momento era irme de allí.

Empecé a caminar por la tierra sin tacones (decidí quitármelos ya que me estaban haciendo muchísimo daño). Noté cómo los pies tocaban la tierra sucia y se clavaban algunos palos de la madera de los árboles. Cuando divisé la carretera, em dirigí a allí y seguí el camino de la carretera en la dirección que conducía a la ciudad.

Llevaba 5 minutos caminando y me estaba congelando de frío. Ni con la chaqueta que me dejó Samuel entraba en calor. Y lo mejor comenzó cuando unas gotas de lluvia empezaron a caer del cielo.

Genial. Ahora, aparte de estar congelada de frío, también estaba completamente empapada. Mis piesestaban cansados y doloridos por los tacones, sucios por la tierra y mojados por la lluvia, que empeoraba por momentos.

Cuando me quise dar cuenta, noté unas luces acercándose a mí por detrás y el sonido de un coche.

Me giré y vi que era el coche de Samuel.

El miedo y la rabia empezaron a correr por mis venas. Pasé de él y seguí caminando, pero vi que empezaba a frenar poco a pcoo hasta ir a la misma velocidad que yo.

Se puso justo a mi lado y Samuel, mirándome, me dijo en alto.

-Creo que me debes algo.- dijo señalando la chaqueta.

Me quedé mirando la chaqueta y vi que cerca había un charco de barro. Una idea se me estaba viniendo a la mente en aquel momento. Cuando ya estaba al aldo del charco, me paré, al igual que el coche.

Miré a Samuel y luego me quité la chaqueta. La extendí encima del charco asqueroso y, mientars le miraba con una sonrisa falsa, tiré la chaqueta y em largué.

Seguí todo recto dejando atrás el coche, hasta que segundos después pasó rápidamente a mi lado gritando:

-¡VETE A LA MI*RDA, P*TA!

Broken Mirror (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora