Capítulo 5

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 Narra Jack:

-Sí... Asegúrate de que sea en un lugar en el que no haya nadie..... De acuerdo.... Hasta luego. ¡Ah! Se me olvidaba: mándame una foto de él cuando lo hayas hecho.... Perfecto, ya hablaremos más tarde.- colgué.

Le avisé. Avisé a ese hijo de p*rra de que mañana sonreiría al ver su cadáver. Y lo decía muy en serio.

Ahora veremos si se hace el valiente cuando le visite un amigo mío.

Iban a ser las 19:25, tenía que prepararme para ir al aeropuerto.

Fui a mi habitación y empecé a rebuscar en los cajones.

Acabé por ponerme unos vaqueros negros, una camiseta blanca y negra y una chaqueta negra con capucha.

No quería ir llamando la atención, y menos en un lugar con tanta gente que me puede reconocer.

 Fui al baño. Me lavé la cara, peiné un poco mi pelo oscuro y me largué de allí.

Justo cuando fui al salón a coger la cartera y mis llaves, me llegó un mensaje al móvil. Recogí las cosas que me faltaban y fui a mi habitación a ver el mensaje.

Número privado... ¿Será otra vez aquel tío?

El mensaje ponía: "Recuerda: 8 en punto en la puerta de los baños. PD: Ni se te ocurra venir acompañado. Quedas avisado."

Sí, era de él.

Cogí el móvil y me dirigí a la puerta. Una vez fuera, cerré la puerta y me fui a la parte de atrás, en donde estaba el coche. Entré en el coche, arranqué y me fui de allí.

Miré el reloj: las 19:35.

Mi*rda, si no me daba prisa no me daría tiempo de llegar.

Bajé la ventanilla y dejé que el viento me diera aire durante el viaje.

Y aún sigo con la curiosidad. ¿A quién veré allí?

Narra Janet:         

 Alguien me estaba dando pequeños golpes en el brazo. Yo aún seguía medio dormida, así que pasé y me mantuve con los ojos cerrados.

-Vamos, Janet. Ya hemos llegado.- Dijo Enola susurrándome.

¿Ya estamos en Londres? ¿Tan rápido?

-¿Cuánto tiempo llevo durmiendo?- le pregunté

-Más de 3 horas y media. Te quedaste frita cuando te pusiste los cascos.

-Dios, pues me sentó bien la siesta.

-Se notó jajajaja.

-¿Y Andy?

-A mi lado, tan dormido como lo estabas tú.

Los dos éramos muy de dormir la siesta, sobretodo cuando nos íbamos de viaje. Sí íbamos a algún sitio en coche con nuestros padres nos quedábamos los dos dormidos.

-Venga, Andy, arriba.- le dijo Enola empujándole un poco.

Él no hizo caso y le dio la espalda.

Ella, en respuesta, le tiró un poco de agua que quedaba en su vasito por la espalda de Andy.

-¡Qué fríooo! ¡Tío, no hagas eso!

 -Buenos días, bello durmiente.- dijo riendo.

-No me hace gracia.- dijo cruzando los brazos.

Broken Mirror (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora