Narra Janet:
-¡Enola! ¡Vamos!- le grité desde la puerta de entrada.
-¡Espérate, jo*er!- me gritó ella desde el baño.
-Enola, ¿a que te lavo la boca con jabón?- le dijo Andy cuando pasó por delante del baño.
-Vete a la mi*rda.
Faltaban 5 minutos para que saliera el autobús que nos llevaba a la universidad, y si no salíamos ya de casa no nos iba a dar tiempo.
-Enola, o sales ya o te saco yo a la fuerza.- le advertí.
-¡Ya estoy!- dijo mientras corría y se colocaba la mochila a la espalda.
-Ya era hora, mujer.- suspiré.- Andy, nos vamos.
-Vale, ¿tienen las llaves?
-Sí.- dijimos a la vez.
-Vale, hasta luego.
-Adiós.- le dije dándole un beso en la mejilla.
-Adiós, idiota.- le dijo Enola.
-Adiós, cariño, yo también te echaré de menos.- dijo riendo. Yo no pude contener la risa y Enola se fue de allí rapidísimo.
Después de bajar por el ascensor, llegamos a la puerta de entrada. No íbamos a llegar a tiempo para coger el autobús, así que decidimos que lo más rápido sería coger un taxi.
Cuando vimos uno, le alzamos la mano para que nos llevase.
Nos sentamos en la parte de atrás del coche y le dijimos que nos llevara a la Universidad.
El taxi arrancó y nos fuimos de allí.
Mientras el taxista conducía, yo estaba embobada mirando el paisaje que había tras la ventanilla. Enola, por otra parte, estaba con los cascos puestos y chateando en el móvil.
Yo miraba los grandes edificios, los empresarios que salían corriendo de sus casas para llegar a tiempo al trabajo, muchos coches de distintos tipos, niñas con sus uniformes de la escuela yendo al colegio, los autobuses rojos, personas saliendo y entrando del metro...
Londres era pura maravilla.
Cuando llegamos a la Universidad, pagamos al taxista y nos bajamos del coche.
Era enorme: Las puertas eran de hierro y eran de unos 5 o 6 metros, y detrás de esas puertas había una gran extensión de césped para los alumnos.
Había gente de todos los lugares. Esperemos que con suerte encontremos a alguien de España, así no nos sentiríamos tan solas.
-Vamos.- dijo Enola.
Entramos al campus y no pude evitar la vista de los árboles gigantes que había a nuestro alrededor. Eran enormes, las hojas marrones y naranjas caían lentamente y todo se veía tan bonito...
Creo que me he enamorado de mi universidad.
Cuando pensé que podíamos esperar un ratito en el césped sonó la campana avisando de que ya empezaban las clases.
Todos los estudiantes que estaban en el césped se levantaron y fueron hasta las escaleras del gran edificio, y mucha gente empezó a amontonarse en las escaleras, algo que me era muy agobiante.
-Enola, ¿y si esperamos un rato a que pase la gente?- le dije.
-Bueno, vale.- contestó. Nos quedamos al lado de las escalera viendo a cada persona que pasaba por allí. Había gente de todo tipo: desde los más frikis hasta las típicas chicas creídas que se piensan que son el centro del universo.
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Broken Mirror (PAUSADA)
Teen Fiction"Soy Janet, una chica madrileña de 17 años. Acabo de empezar mis estudios en Londres con mi mejor amiga y mi hermano. Al principio todo era emocionante y alegre por conocer más la ciudad y hacer nuevas amistades, pero todo lo alegre desapareció en p...