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❝162 CANDLES❞ ▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄
― ¿Y tú crees que Vicky se fue del pueblo? ― fue la última pregunta que le hizo la sheriff. La repentina desaparición de Vicky había hecho que la alguacil Forbes llame a los hermanos Gilbert, Valentina, Matt y Stefan a la estación.
― Sí ― respondió sin dudar.
Sin necesidad de preguntar más, la sheriff se levantó de su escritorio. ― Bueno, Valentina. Ya te puedes ir.
Ella agradeció y se puso de pie para salir. En el pasillo, se encontró con Elena y Jeremy acompañados de su tía. La rubia y la castaña hablaron por un rato, antes de despedirse y cuando salió pudo ver a Stefan esperándola.
La rubia se acercó. ― ¿Estás bien? ― le preguntó Stefan.
― No creo que el sheriff sospeche de ti. Hable con Elena, dice que Jeremy lo olvidó todo y solo dijo lo que Damon le metió en la cabeza ― le explicó.
― Gracias ― le dijo el castaño.
― No, no me agradezcas. Aún me siento muy mal por mentirle a Matt y saber que Jeremy olvidó todo ― habló e inhaló hondo.
― ¿Quieres hablar de todo lo que ha pasado? ― le preguntó Stefan cuidadosamente.
― No, eh, prefiero ir a casa. Adiós... ― se despidió, dándole un beso en la mejilla y yéndose hacia su auto.
Todavía no habían hablado del beso de anoche y no tenía idea de cómo hacerlo.
• • •
Valentina no pudo ni poner un pie dentro de su casa, debido a la llamada de Elena, donde le decía que Bonnie quería hablar con ambas y tenía que ir a su casa urgentemente.
― ¿Por qué no me devuelven la llamada? ― les preguntó Bonnie, mientras estaban en la habitación de Elena.
― Lo sentimos ― se disculpó. Había llegado hace una hora y charlaban como lo hacían antes de todo el lío en el que estaban metidas Elena y Valentina.
― Somos terribles, Bon ― murmuró Elena. Las tres se acostaron en la cama, una al lado de la otra.
― Bueno, ya me preocuparon. ¿Qué les pasa? ― las cuestionó.
― Me cansé de pensar...de hablar ― comentó Elena dudosa.
― ¿Puedes resumirme tu historia para fingir que te puedo echar la mano? ― preguntó Bonnie.
― Solo estoy preocupada por Matt y Jeremy, ya sabes Vicky se fue ― contestó la Gilbert pensando bien su respuesta.
― Como lo siento ― se disculpó Bonnie, sintiéndose mal. ― ¿Estás bien? ― Valentina se sentó levemente y le dio una mirada. ― Ay, qué pregunta tan tonta. Sé que desaparecí y ambas me necesitaron. Soy un asco.
