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❝LA CENA❞ ▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄
La estadía en la casa del lago estaba siendo incómoda. Era peor cuando sabían que Stefan las evitaba y no las iba a dejar salir de ahí hasta saber que era seguro volver a la ciudad.
Elena paraba leyendo los diarios que encontró en el armario secreto de sus padres, mientras Valentina leía lentamente el libro que había llevado para que le durará en todo el tiempo que se quedaría.
Ambas levantaron la vista de lo que hacían al verlo entrar a la cabaña.
― ¿Sigues molesto? ― le preguntó Valentina después de verlo soltar un suspiro.
― Sí, sigo molesto ― le contestó el ojiverde rápidamente.
― Por favor, Stefan ― rodó los ojos cansada mientras Elena evitaba mirarlos desde su sitio. ― Tú harías lo mismo si estuvieras en nuestra situación.
― Accedieron a sacrificarse ante Klaus ― se burló él mirándolas con dureza.
Ambos soltaron una risa molesta antes de dejar que el silencio se impregne en el lugar.
― Uh ― Elena atrajó la atención rompiendo el silencio. ― Sería bueno que lean esto ― la castaña levantó el diario de Jonathan Gilbert. ― Hay cada locura, cosas que no les dijo a los fundadores, cosas que nadie sabe. Cosas que... ― Elena miró a Stefan y se lo extendió. ― Jamás dijiste.
Valentina cerró su libro con una mirada confusa mientras lo veía leer atentamente.
― Nosotros estábamos furiosos con los fundadores ― explicó el castaño con dolor por los recuerdos. ― Por lo de Isabelle y Katherine ― la rubia no tenía idea de que decía ese diario, pero suponía que era sobre la peor faceta de Stefan. ― Queríamos venganza. Yo no sabía del anillo de Jonathan Gilbert. No sabía que sobreviviría.
― Te describe como un monstruo ― contestó Elena.
― Es lo que era ― Stefan trató de no mostrarse afectado, pero Valentina sabía que lo estaba. Lo conocía tan bien que no era necesario que lo demostrara. ― Deseo que estén enteradas y que lo escuchen de mí ― él las observó decidido y empezó a relatarles aquella época, donde la ansias por la sangre lo controlaba.
― ¿Por qué nadie noto lo que hacías? ― preguntó extrañada e intrigada desde su asiento.
― Había una gran guerra ― Stefan la miró con sentimientos mezclados. ― Durante las guerras, la sangre anónima abunda... ― empezó a contarles la historia de cómo conoció a su mejor amiga. ― Alexia Branson ese era su nombre.
― ¿Así conociste a Lexi? ― habló viéndolo con algo de tristeza al recordar su muerte, mientras Elena escuchaba atrapada en sus pensamientos. Él asintió. ― ¿Qué hacía en Mystic Falls?