14. crying wolf

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❝LLANTO DE LOBO❞▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄

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LLANTO DE LOBO
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La pijamada resultó ser una de las mejores después de tiempo. Era de día cuando seguían en la cama, ni siquiera sabían cómo habían cabido, pero claramente estaban tan limitadas de espacio que cuando el celular de Valentina sonó, Elena cayó al piso con cobija incluida porque las tres se habían movido ante el sonido.

La castaña las miró aturdida desde el piso, pero se acomodó, tratando de volver a dormir con las colchas caídas, antes de quejarse. ― ¡Vale, es el tuyo!

Valentina gimió antes de levantarse, sino Caroline la botaría de la cama, a agarrarlo, con cuidado de no pisar a Elena, y contestó.

― ¿Hola? ― habló adormecida y al instante, escuchó quejas de sus amigas haciéndola arrastrarse al pasillo.

― ¿Qué tal la pijamada? ― preguntó la persona al otro lado del teléfono y rápidamente reconoció a Stefan.

― Muy divertida ― respondió empezando a espabilarse. ― Por cierto, no te agradecí por tener una buena idea ― una sonrisa se mostró en su rostro por inercia.

― ¿Estás diciendo que mis ideas no siempre son buenas? ― bromeó el Salvatore haciéndola reír levemente.

― Yo no dije eso, pero si tú piensas así... ― se burló Vale escuchando la risa del castaño. ― Igual, gracias por hacer esto por Caroline. Ella es muy importante para mí, la quiero como una hermana ― admitió.

― Lo sé, Val ― hizo una pausa antes de volver a hablar. ― Sé que tú también necesitabas olvidar por un momento todo lo que está pasando.

La mente de Valentina volvió a llenarse de preocupaciones en ese instante. Tenía que buscar la piedra de luna y para eso, necesitaba pasar tiempo con Stefan y que le suelte la ubicación de la piedra porque era el único que no sospecharía de ella.

― Sí, quisiera más tiempo así... ― declaró. No mentía, pero necesitaba persuadir al castaño a pesar de que se sentía mal por hacerlo. ― ¿Qué te parece escapar de todo por unos días?

― ¿Me estás invitando a algún lugar? ― le preguntó Stefan confundido. Le parecía raro que la rubia tuviera estas intenciones cuando le había dejado claro que estaban mejor separados por ahora. ― ¿A qué se debe?

― Hace un tiempo, Elena me comentó que me podía prestar su casa del lago para relajarnos, pero pasó todo esto y lo olvidé ― le aclaró. Sabía que Stefan no era tonto y sospecharía, así que sugirió otra cosa más. ― Elena no tendrá problema en prestarme ahora y podría acompañarnos si lo quiere porque necesita despejarse. Nada romántico, Stefan. Yo...todavía no quiero ― admitió con delicadeza. No quería herirlo.

𝐋𝐄𝐕𝐈𝐓𝐀𝐓𝐈𝐍𝐆 ― stefan salvatoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora