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❗❗ ATENCIÓN ❗❗

ÉSTA HISTORIA ES LA SECUELA DE: "HEATHER".

LA PRIMERA PARTE PUEDEN ENCONTRARLA EN MI PERFÍL

—Lo siento mucho, la prueba dió negativa— anunció por novena vez la voz del doctor. Sasuke se cubrió el rostro totalmente desilucionado y se recostó en Naruto, cuando éste tocó su espalda de manera cariñosa —No pierdan la esperanza, quizás podamos usar otros métodos...

—No servirá de nada— murmuró el Omega.

—Cariño, no digas eso— su compañero lo abrazó y él negó enfáticamente —Lo seguiremos intentando, ¿sí?

Dos años habían pasado desde que decidieron tener un bebé, pero al parecer no era tan sencillo en su condición de Omega masculino. Si antes le parecía extraño su cuerpo al cambiar de casta, ahora que estaba familiarizado con él, se sentía impotente al no poder concebir un hijo con su Alfa. Y lo afectaba más aún saber que Naruto ansiaba a ese niño con todo su corazón.

El trayecto desde el hospital hasta su departamento no era tan largo, pero a diferencia de otras ocasiones, no le dirigió palabras a su esposo en todo el viaje. El Alfa lo miraba de reojo mientras conducía y colocó una mano sobre su muslo, llamando su atención.

—Cambia esa cara, me pone triste verte así— pidió.

—Lo siento, Naruto— el rubio acarició su pierna de manera dulce.

—¿Sentirlo? ¿Por qué, cariño? No es culpa tuya. Resulta que es un poco más complicado pero no podemos dimitir.

—¿Y si al final no puedo darte un hijo?— dijo con voz rota.

—Pues entonces no lo tenemos, Sasuke. Eso no disminuye lo que siento por tí— afirmó —Disfrutamos de una buena vida juntos, me va bien en el trabajo, tu nuevo grupo está haciéndose muy popular, somos felices... No podemos estar inconformes con eso.

—Pero tú lo deseas tanto... Quizás... y no fué correcto que te quedaras conmigo— Naruto giró el volante y se estacionó a un lado de la carretera.

—¿Qué estás diciendo?— regañó —¿Cómo no puede ser correcto lo nuestro, si estamos predestinados?

—Si te hubieses casado con una Omega, ya tuvieras muchos hijos— murmuró.

—No puedo ni imaginar algo así, después de conocerte y llevar díez años de relación— colocó la mano en su nuca y apretó suavemente mientras acariciaba su mejilla con el pulgar —Te amo con locura, sabes eso. Por favor no dudes de lo nuestro, me duele escucharte hablar de esa manera— se acercó besó su frente sobre su flequillo largo y luego sus labios —Volvamos a casa y cenemos algo delicioso, olvidemos todo ésto por un rato— el Omega asintió e intentó relajarse lo que quedaba de camino.

Era el segundo hogar que tenían, el primer departamento que Naruto había rentado era un poco pequeño, pero perfecto para una pareja joven que acababa de salir de la universidad. Éste era grande, con tres habitaciones, lujoso y finamente decorado. Lo habían pagado a partes iguales cuando ambos comenzaron a ganar más dinero. Naruto había logrado escalar hasta jefe del Departamento de Operaciones y Préstamos, en un Banco. En su condición de Alfa Puro y llevando el apellido Namikaze, no le resultó difícil. Sasuke en su lugar, había dejado sus estudios de economía a un lado y ahora estaba contratado por una firma de entretenimiento, desarrollando su carrera como cantautor. Aunque recientemente, por consejo de su representante, se había unido a otros músicos y había creado una banda. Uno de los integrantes ya lo conocía hacía unos años, pero el guitarrista y segunda voz, y el bajista, eran nuevos.

Aún tenían que ensayar mucho y eso le robaba tiempo con su pareja, pero Naruto lo entendía, apoyaba y alentaba cuando tenía bajos ánimos. Siempre confió en que podría triunfar en el medio y así fué. En parte, su fama se debía a su condición de Omega masculino y su aspecto. Si antes Sasuke era hermoso, ahora a sus veintiocho años arrancaba suspiros tanto a hombres como a mujeres. Había dejado su cabello largo hasta debajo de los hombros, tenía buena estatura y una complexión delgada y elegante, aunque aún era mucho más bajo que Naruto. Los gestos de sus manos eran fluidos y también sus expresiones. Su voz, algo que a su esposo le encantaba, era dulce y distintiva, haciéndose reconocer de inmediato en cuanto ponían una de sus canciones en la radio o la televisión.

Justo al estacionar, el celular de Sasuke vibró en el bolsillo delantero de su pantalón. Respondió al ver el nombre conocido, haciéndole una seña a Naruto para que esperara un momento. Él escuchó la conversación y cuando lo vió suspirar y aceptar algo, lo imitó.

—¿Trabajo?— preguntó. Sasuke asintió levemente.

—Tenemos que prepararnos para una presentación en un programa de variedades. Kabuto quiere que la banda ensaye— explicó.

—Tomé el día libre en el Banco, pensé que tú habías hecho lo mismo— dijo serio.

—Lo lamento, es algo de última hora...

—Está bien, podemos pasar el rato cuando regreses— concedió el Alfa y se obligó a sonreír un poco —Te llevo— dijo y puso el auto en marcha nuevamente.

Eran pasadas las doce de la noche cuando Sasuke regresó. Lo vió todo oscuro al entrar en su departamento y supo de inmediato que Naruto estaba durmiendo. Se sintió un poco culpable cuando notó su cena cubierta sobre la encimera y luego la espalda de su esposo acostado en la cama, al entrar a la habitación.

Tratando de no hacer ruido se dió una ducha caliente y luego de ponerse su pijama, se metió bajo el edredón. Abrazó a Naruto por la espalda, lo sintió suspirar, pero no dijo palabra alguna. Después de unos segundos se volteó y lo apretó contra su pecho, olfateando ese aroma a frambuesa en su cabello que lo tranquilazaba y dejaba pasar cualquier molestia que pudiera tener.

HEATHER 2 (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora