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Se quedó un momento viendo la puerta cerrada, esperando despertar de la pesadilla en la que se había convertido su vida. Divorciados..., no había vuelta atrás después de eso. Ya no se pertenecerían, no volvería a besarlo o dormir con él. El sueño de un hijo juntos se iba por el drenaje... Naruto podría hallar a otra Omega.

No, definitivamente no dejaría que eso pasara. Apretando los puños, dió media vuelta y subió a su auto. Necesitaba buscar explicaciones, aún estando en celo, su instinto y su cuerpo no elegirían a nadie más que a Naruto. Algo andaba mal. La neblina de dolor y el shock del momento lo habían cegado, pero ahora que su mente estaba más despejada, podía pensar con claridad.

Compró un nuevo celular y luego de reponer sus contactos, le timbró a Suigetsu y acordaron verse en el estacionamiento de la empresa. Lo vió llegar a los pocos minutos y quitó el seguro de la puerta del pasajero para que entrara.

-¡Maldición, hermano, menudo lío has armado!- exclamó -Todavía no me lo puedo creer.

-¿Qué pasó con la banda?- preguntó serio.

-Pues se desintegró ¿Qué más? Neji renunció después de la explosión mediática y a Gaara no le hemos visto el pelo desde el viaje de regreso. Por suerte no me quedé sin trabajo. Pero oye, si quieres hacer de las tuyas tienes que mantenerlo en privado, Sasuke. No voy a preguntar ni por tu esposo.

-¡¿Acaso eres estúpido, Suigetsu?!- gruñó el Omega -Me conoces hace años ¿Crees que haría una cosa como esa, estando en todas mis facultades?

-¿Me estás queriendo decir que te drogaron?- abrió los ojos sorprendido.

-No sé, no sé una maldita mierda- espetó -Pero puedes estar seguro de que no fué por decisión propia. Jamás le haría algo así a Naruto ¡Estábamos buscando un bebé, maldición!- gritó -Y ahora me está pidiendo el divorcio...

-¡Diablos! Lo siento mucho- suspiró -¿Qué piensas hacer entonces?

-Necesito tu ayuda- confesó y su amigo asintió enérgicamente.

-Para lo que quieras.

-Bien... Gaara no contesta el jodido teléfono, necesito localizarlo, es el único que puede aclarar lo que pasó. En su contrato con la empresa debe estar registrada alguna dirección.

-¿Y quieres que busque?- Sasuke asintió.

-Con todo éste asunto, me imagino que no quieren ni que entre al edificio, pero tú sí puedes.

-Mierda, Sasuke, en los archivos trabaja Karin...- se rascó la cabeza, nervioso.

-¿Y...?

-¿Cómo que "y"? Esa mujer me quiere matar, hermano.

-¿No me digas que le tienes miedo porque es Alfa?- se burló el trigueño.

-¿Miedo? Pfff... claro que no- Sasuke levantó una ceja y Suigetsu sonrió incómodo -¿Qué quieres, la dirección?- preguntó valiente -Espera aquí- exclamó resuelto y salió del auto.

Lo esperó alrededor de una hora, pero el baterista no bajaba. Al fin lo vió salir y se permitió sonreír un poco, cuando notó que traía una marca de beso en el cuello, junto con dos hendiduras pequeñas de colmillos.

-¿Lo conseguiste?

-Sí... me debes una Sasuke, y grande- advirtió y le entregó un papel doblando.

-Gracias... te lo pagaré con creces.

-Si te enteras de un Beta embarazado, pues soy yo...- murmuró con un escalofrío.

-Seré el padrino- bromeó Sasuke y después de despedirse de su amigo, condujo a toda prisa hasta el lugar que describía la dirección.

Era un edificio de clase media, construido con ladrillos rojos y de pocos pisos. Subió hasta el cuarto y tocó en el departamento que supuestamente era de Gaara, pero nadie le contestó. Insistió e insistió, pero nada. A punto de marchar, un señor que vivía al frente salió a protestar por el ruido.

-¡Oye!- llamó la atención de Sasuke -Ahí no hay nadie, deja ya de molestar.

-Disculpe... ¿De casualidad usted sabe dónde está el inquilino de éste departamento?- preguntó.

-Ese niño se fué hace más de una semana. Andaba de gira con su banda, creo...- contestó el hombre.

Sasuke respiró profundo para tratar de calmarse. Eso significaba que Gaara regresó, pero no llegó a su casa. Era demasiado extraño, y ahora el único testigo que tenía estaba perdido.

Volvió al departamento, molesto y angustiado. Tal parecía que todos los caminos se le habían cerrado a la vez; su carrera, su matrimonio, su vida entera estaba patas arriba y no veía solución cercana a sus problemas. Se encontró implorando a quien sabe quien, porque todo se resolviera antes de que los papeles para el divorcio estuviesen listos.

Ya en la noche se dedicó a revisar los mensajes que había ignorado durante el día y tomó la difícil decisión llamar a sus familia. Su madre lloró en cuanto escuchó su voz, pero a los segundos ya estaba recriminándolo, tal como imaginó que iba a hacer.

-No sabes lo enojado que está tu padre, no quiere saber de tí- espetó la mujer al teléfono -Tu hermano está muy preocupado, llámalo de inmediato por favor. Mejor ven, necesitamos hablar, tienes que explicar muchas cosas...

-No voy a ir- contestó y antes de que su madre protestara, continuó -Ustedes necesitan explicaciones y yo necesito espacio. No quiero oír sus sermones cuando ni yo mismo sé si lo que ocurrió es verdad. Haré lo que esté a mi alcance para arreglar las cosas con Naruto, por favor no estorben.

-¿Cómo puedes ser así? Estamos preocupados... Tal vez si yo hablo con él.

-¡No!- gruñó el Omega -Mantente al margen, cuando llegue el momento de explicar y hablar, lo haré, lo prometo. Me conoces, mamá...

-Ay, Sasuke...- sollozó su madre y la escuchó suspirar -Yo confío en tí, espero de corazón que puedan arreglar su matrimonio.

Con la cabeza dándole vueltas, se acostó. El olor de Naruto en la habitación logró tranquilizarlo, haciendo que el cansancio de los últimos días lo golpeara y quedara rendido, apenas a las diez. Volvió a despertar cuando su teléfono sonó sobre la mesita, estiró la mano y lo tomó, para ver en la pantalla un número desconocido. Colgó, renuente a atender a personas extrañas, pero volvió a insistir. Chasqueó la lengua y contestó.

-¿Hola?

-Hola, bello durmiente ¿Te desperté?- Sasuke frunció el ceño.

-¿Quién habla?

-Vaya, eso duele, ni siquiera reconoces mi voz.

-Voy a colgar...- amenazó.

-Anda, Sasuke, haz un esfuerzo. Soy yo, tu caballero de armadura resplandeciente. He venido a salvarte- el Omega jadeó sorprendido al reconocer quien era el que hablaba.

-¡¿Shikamaru?!

HEATHER 2 (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora