HEATHER 2 (Terminada)

~17~

¿Para qué tomarse la molestia de vestirse? Si estaban los dos solos, en su hogar, compartiendo una intimidad que solo se lograba con ocho años de relación y múltiples obstáculos afrontados y vencidos. 

Se amaron y quedaron rendidos sobre las sábanas, piel con piel, sus respiraciones combinadas en un armonía susurrante y tranquila. Se adoraban, se pertenecían... y a pesar del divorcio y su separación, ambos sabían que siempre, estuviesen donde estuviesen, se iban a pertenecer.

Naruto fué el primero en despertar a temprana hora de la mañana. Está de más decir que se dedicó largo rato a mirar el rostro de su Omega, soltando una risita al notar la pequeña mancha húmeda en la almohada, justo debajo de su boca. Limpió su comisura con el dedo pulgar y luego lo besó tiernamente, disfrutando de la suavidad de sus labios dormidos.

Le preparó un desayuno sustancioso y después llamó a su trabajo, pidiendo unos días libres para descansar. Sabía que Sasuke lo iba a necesitar cuando se enterara de lo que en realidad había sucedido.

Mientras terminaba de organizar la cocina, encendió la televisión y la primera noticia que escuchó fué la relacionada al caso. Dejó lo que estaba haciendo y se acercó a la sala de estar.

—"(...) El cuerpo de Gaara Sabaku fué encontrado hace pocas horas en la orilla del río Tama, a veinte minutos de la ciudad de Hamura. Los forenses realizarán una autopsia de rutina, pero no necesitaron muchas pruebas para deducir que la causa de muerte fué una fractura de cervical, pues el cuello del cadáver estaba torcido en un ángulo extraño"

Naruto escuchó un jadeo y se volteó rápido para encontrarse a Sasuke, de pie tras él, vestido con uno de sus pullover. Se acercó al Omega y lo abrazó, mientras seguían escuchando la noticia.

—"(...) El sujeto, recientemente relacionado al escándalo del vocalista Sasuke Namikaze, resultó ser cómplice de una treta tramada por otro de los integrantes de su grupo; Neji Hyuga, quién fué detenido por el agente Shikamaru Nara, con pruebas suficientes de su delito. Grabaciones de seguridad que muestran al acusado saliendo del aeropuerto con Gaara Sabaku, declaraciones de varios testigos y del mismo Sasuke Namikaze, lo inculpan de dopar, fotografiar y la divulgación de fotos comprometedoras del cantante. Eso, sumado al asesinato del guitarrista y segunda voz, Gaara, serán pruebas suficientes para llevar a cabo un juicio en contra de Neji Hyuga"

—Muerto...— murmuró Sasuke —Él y Neji, lo planearon todo.

—Sí— contestó Naruto, su voz grave y severa. Después le explicaría con más calma, quién fué la que en realidad impulsó a Neji a cometer tales actos.

—Nunca creí a Gaara capaz de hacer algo como eso...

—Pues pagó bien caro por sus errores.

—No hables así... nadie se merece morir de esa manera. No sé que lo llevó a eso, pero no era mal chico— dijo serio. Naruto suspiró.

—Tienes un corazón demasiado grande— admitió y volvió a la cocina —Estoy seguro de que Shikamaru nos llamará pronto para ir a levantar la denuncia ¿Crees que puedas?— Sasuke asintió —Bien, aprovecharé que estás mejor e iré a buscar víveres, la nevera está casi vacía y no quiero que comas nada congelado.

—Me estás cuidando demasiado— regañó de brazos cruzados.

—Sí, y seguiré, así que ni se te ocurra quejarte— gruñó —Hasta que no recuperes el peso perdido te voy a alimentar yo mismo.

—No soy un niño— bufó Sasuke.

—Eres mi Omega— contestó Naruto, sin hacer caso al ceño fruncido del trigueño.

—Bueno... eso sí— el rubio soltó una risita.

•••••••

—¿Estarás bien solo?— le dijo ya en la puerta. Sus llaves tintineaban en su mano por la ansiedad.

—Sí, no te preocupes, pero no demores— pidió, ganándose una de esas sonrisas deslumbrantes que había extrañado tanto en los pasados dos meses.

Decidió apagar el televisor, no quería escuchar nada más sobre la muerte de Gaara. No sabía como sentirse al respecto.
Llamó a Ino para contarle lo ocurrido y la rubia gritó tanto al teléfono, que tuvo que poner el altavoz y alejárselo del oído. Luego de un rato comenzó a desesperarse al ver que Naruto no volvía. En realidad no habían pasado dos horas desde que se fué, pero no podía mantenerse relajado con él lejos.

Cuando tocaron la puerta se apresuró a abrir, sin pensar que el rubio tenía sus propias llaves. Su sorpresa fué grande cuando vió, parada frente a él y con un vestido formal, a Kushina. Si al menos se le hubiese ocurrido cambiarse de ropa... pero no, aún estaba en boxer y con un pullover del Alfa que le llegaba a medio muslo.

—¿Puedo pasar?— preguntó la mujer, con un tono de humildad que Sasuke no se pudo negar.

Le indicó que se sentara y fué a cambiarse ropa. Tenía un sentimiento de incomodidad al tenerla allí, pero era la madre de Naruto, no podía negarle el paso a su propia casa. Salió, intentando parecer cordial.

—¿Quiere algo de tomar?— preguntó con formalidad. Ella negó y entonces Sasuke se sentó en el sillón que solía ocupar Naruto.

—Yo... vengo a pedirte perdón— habló Kushina e hizo una profunda reverencia —Me comporté de manera horrible contigo, te golpeé y acusé...

—No tenías forma de saber lo que había ocurrido en realidad, ni siquiera yo lo sabía.

—Igualmente... no debí y ahora me siento muy mal al respecto. Yo sé, Sasuke, cuanto amas a mi hijo, pero al ver a Naruto tan afectado, sufriendo de esa manera, me cegué— levantó las manos y negó repetidas veces con la cabeza —No estoy tratando de justificarme...

—Entiendo, Kushina— la interrumpió y ella dejó escapar una lágrima.

—Entenderé si no quieren que forme parte de sus vidas, pero en verdad me encantaría poder redimir lo que hice.

—Por mi está olvidado. Sé que... si hubiese sido un hijo mío... tal vez hubiera actuado igual— no pudo disimular el dolor en su voz.

—Minato me contó... lo del aborto. En verdad lo lamento mucho— Sasuke sonrió de manera triste.

—Gracias.

—Aún son jóvenes, les queda tiempo para seguir intentando.

—Eh perdido las esperanzas respecto a eso— murmuró y luego se forzó a cambiar de tema.

Naruto llegó y se encontró con una animada conversación entre su pareja y su madre. Abrió enorme los ojos, sorprendido ante la escena, mientras dejaba las compras sobre la encimera.

—Ookeyy...— murmuró para si mismo.