~19~

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—¡Que envidia...!— gritó Ino al teléfono, Sasuke sabía que en cualquier momento lo dejaría sordo —¿Y cuándo se van?

—Pasado mañana, en cuanto Naruto haga los arreglos en su trabajo— contestó.

—Una semana en Marruecos...— dijo con voz soñadora —Tienen que aprovecharla al máximo.

—Eso planeamos— contestó el pelinegro.

—Quizás y regresen del viaje con una sorpresa— señaló la Omega. Sasuke suspiró divertido.

—Claro que te traeré un souvenir.

—Eso es perfecto, pero no es a lo que me refiero ¿No van durante tu celo?— la sonrisa de Sasuke se borró de inmediato.

—Sí, es mejor no hablar de eso. Hace años que estamos intentando y no lo logramos. Ya me he resignado.

—Pues no deberías rendirte tan fácil... ¡Ahh, eso me recuerda...!— gritó —¿Te acuerdas de Sakura?

—¿La alumna que se encargaba de la recepción en tu dormitorio?

—¡Sí, esa misma!— exclamó —Resulta que hablé un poco con ella en un foro de medicina hace un par de semanas, se ha convertido en una increíble especialista en Omegas. Tal vez pueda ayudarte ¿Quieres que te arregle una cita?— Sasuke se mordió el labio, un poco pensativo —Anda, no pierdes nada— suplicó su amiga.

—De acuerdo, pero no le digas nada a Naruto. No quiero que se vuelva a ilusionar por algo que lo mas probable es que no ocurra— pidió.

—Está bien, intentaré que sea para mañana mismo, así que no ocupes tu agenda.

Y al día siguiente, allí estaba, sentado en el salón de espera de la doctora Haruno, viendo pasar a su alrededor a las Omegas con sus vientres hinchados de varios meses. No se mentía a si mismo, siempre le dió temor lucir de esa manera ¿Qué diría Naruto? ¿Le gustarían o lo notaría extraño? No eran frecuentes los Omegas masculinos y a pesar de haber visto fotos de ellos embarazados en el internet, no sería igual si le ocurría a él.

"¿Pero que estoy pensando?" Se regañó. Odiaba crearse falsas expectativas, pero en ese lugar, era difícil que su tren de pensamientos no fuera por ese camino.

Al fin dijeron su nombre y al entrar, vió a una mujer pelirrosa sentada detrás de una mesa, la cual no bastaba para cubrir su enorme panza. Ella le hizo una seña para que se sentara mientras contestaba el teléfono.

—(...) No llegaré tarde ésta vez, lo juro... Por favor, Kakashi, estoy embarazada no enferma... Sí... ajá. Después me regañas, ¿sí? Tengo un paciente esperando por mí— y con un suspiro pesado, colgó —Éstos Alfas y sus paranoias— bufó —Bien, hermosa... ¿En qué te puedo ayudar?

—Soy hombre— aclaró, con una media sonrisa. Ella lo enfocó bien y luego llevó sus manos a la boca.

—¿Sasuke?— chilló y el Omega asintió —¡Por Kami! Ino me llamó, me dijo que vendrías... pero no pensé que hubieses cambiado tanto. Apenas te reconozco.

—Cosas de las hormonas— contestó él —Me alegra ver que estás bien— exclamó, señalando su barriga.

—Ah... gracias, es el tercero— rodó los ojos y luego se inclinó hacia adelante —Ya Ino me habló un poco sobre tu problema, pero es mejor que me lo expliques tú, con más calma ¿Trajiste tu expediente médico? Necesito ver los resultados de la pruebas que te han hecho— Sasuke asintió y colocó sobre la mesa un file celeste.

Ella pasó una media hora leyendo todo con detenimiento y asintiendo con la cabeza. El Omega se ponía más ansioso según pasaba el tiempo y más aún, cuando la doctora comenzó a presionar una y otra vez,
el botón de su lapicero. Luego suspiró y se apoyó en el espaldar de su silla.

—¿Sucede algo?— preguntó nervioso.

—Pues tus órganos sexuales están perfectos, creo que no han concebido debido a la baja producción de óvulos producto al abuso de inhibidores— él apretó sus rodillas. Después de todo, era su culpa fallar como Omega —Sin embargo, no comprendo como después de tantos años e intentos no lo han logrado, conciderando que Naruto es un Alfa Puro.

—¿Hay... alguna solución?— murmuró.

—Siempre hay una solución— dijo alegre —Incluso si no pueden tener hijos, todavía les queda la opción de adoptar. Pero ese no es su caso. Lo que haremos es subir tus oportunidades, tal vez así ganemos la apuesta.

—No entiendo lo que quieres decir— admitió.

—No es tan complicado— hizo un ademán despectivo con la mano —En tu próximo celo, deberás tomar una pastilla que te voy a recetar. Es un afrodisíaco muy fuerte, así que asegúrate de estar en un lugar seguro, solamente con tu Alfa.

—¡¿Un afrodisíaco?! ¡¿Durante mi celo?!— exclamó azorado —Disculpa Sakura, pero mis celos ya son de por sí bastante fuertes. No creo que tomar un afrodisíaco sea...

—Aumentará tus posibilidades de embarazo en un veinte por ciento. Mira, hagamos algo; te daré las pastillas y tú decides si las tomas o no ¿Está bien?— Sasuke asintió después de un momento.

Salió de la clínica con un sobrecito de tres píldoras pequeñas y rojas. No le hizo mención a su esposo de nada. Aún dudaba de tomarlas o si cumplirían con su papel ¿Pero que otra opción le quedaba? Como había dicho Sakura, había que apostar...

•••••••

El viaje fué agotador, pero al menos el hotel era perfecto. Rústico, con vista al mar y a los acantilados llenos de gaviotas. La habitación era enorme, así como la cama y lo mejor de todo; estaban solos. Lejos de cualquier cosa que pudiese molestarlos, incluso apagaron sus teléfonos y los dejaron sobre la mesita cuando decidieron bajar a bañarse en la playa.

Naruto se reía por lo rápido que Sasuke se enrojeció al Sol. Sus mejillas parecían dos tomates redonditos y sus labios estaban hinchados debido al agua salada. El rubio, más bronceado de piel, lucía como un dios griego y dorado en aquella arena llena de marroquíes pelinegros. Con un bañador azul oscuro y cada músculo perfectamente trabajado y marcado.

Sasuke tragó en seco y agradeció que el agua cubría su parte inferior. Le hizo una seña a Naruto para que se acercara y el rubio dejó a un lado su piña colada y se metió al mar.

—¿Ocurre algo?— preguntó preocupado.

—Mi celo...— murmuró. La sonrisa de Naruto dividió su rostro en dos.

—¿Está comenzando?— el trigueño asintió para luego estremecerse cuando el Alfa olfateó su cuello —Volvamos a la habitación entonces— dijo y lo cargó, haciendo que rodeara su cintura con las piernas y sintiendo su erección, sonrió —¿Ya estás así? ¿Qué estabas viendo que te gustó tanto...?

—Tú, ¿qué más?— golpeó su hombro y Alfa soltó una carcajada —Apresúrate— bufó molesto, escondiendo su cara colorada.

HEATHER 2 (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora