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Se había acostumbrado a los despertares cariñosos de su esposo. Lo hacía sentirse protegido entre sus brazos y abrir los ojos y encontrarse con esos dos orbes celestes, era lo mejor del mundo.

Sabía por experiencia que su Alfa se levantaba con ánimos de sexo, solo con moverse un poco podía sentir su erección apretando contra su abdomen y a Sasuke le encantaba que Naruto fuese tan fogoso, pero últimamente lo hacía sentir más avergonzado por no conseguir quedar en estado, teniendo en cuenta que su esposo era un amante incansable.

Él adivinó su pensamiento solamente con mirar su expresión, pero decidió no darle cabida entre ellos. Su Omega tendía fácilmente a la depresión y había aprendido a manejarlo. En lugar de hablar, deslizó su dedo por el tabique de Sasuke y luego, sujetando su barbilla, le dió un beso de buenos días.
No tardó mucho en introducir la mano en el interior su camisa de pijama y acariciar su piel suave y tersa. Luego jugó con el elástico de sus pantalones y buscando su trasero para acariciarlo, fué bajando la prenda hasta sus rodillas. Sasuke terminó de quitarse el pantalón y empujándolo un poco, logró que se acostara para subirse arriba a horcajadas. Sus manos delinearon las clavículas del Alfa, después sus hombros, bíceps, saltó para su pecho y se inclinó para besar el lugar por donde primero tocaba. Buscó su rostro y se encontró con los ojos azules e intensos, que lo miraban con una devoción que lo sobrecogía.

Aún después de tantos años, Naruto lo hacía sentir como el primer día. A veces cerraba los ojos y podía verlo en aquella habitación de la universidad, recostado en su cama mientras lo escuchaba tocar su guitarra. La primera vez que percibió sus feromonas, el primer "te amo"...

—Eres tan hermoso... y tan mío— murmuró, apartándole el flequillo oscuro y lacio hacia un lado.

Sasuke sonrió de manera dulce y siguió propiciándole caricias. Recorrió con su lengua las pequeñas colinas de su abdomen y luego esa V tan excitante que señalaba el camino hasta su erección. Naruto gruñó bajo cuando el aliento cálido de su Omega rodeó su miembro y otra vez cuando lo atrapó entre sus labios.

A pesar de lo exquisito de la felación, no permitió que el pelinegro se entusiasmara, deseaba montarlo y aprovechó que Sasuke se detuvo a coger aire, para sujetarlo de sus hombros y separarlo. Ésta vez fué él, el que lo arrojó de espaldas y trepó por su cuerpo hasta cubrirlo por completo. El Omega levantó un poco las piernas por reflejo y lo recibió en su interior con un jadeo. Rodeó el cuello de Naruto con sus brazos y hundió su rostro enrojecido, enlazó sus pies rodeando su estrecha cintura y le permitió embestirlo todo lo que él quiso, mientras en su cuerpo crecía la sensación de un orgasmo que se repitió par de veces.

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—¿Llegarás tarde hoy también?— preguntó Naruto, mientras Sasuke lo ayudaba a ponerse la corbata.

—Es posible— murmuró, tanteando su reacción —Los miembro nuevo necesitan preparación y Kabuto está impaciente.

—Entiendo...

—¿Estás enojado?— preguntó el Omega, terminado de atar un nudo corazón.

—No, no puedo enojarme contigo porque le dediques tiempo a tu trabajo. Sé cuanto amas la música.

—Te amo más a tí— confesó —Solo será un tiempo, cuando nos pongamos al día, las presentaciones serán regulares y no tendré que dedicar tantas horas a los ensayos.

—Estaré bien— le guiñó un ojo, en gesto cómplice —Solo procura dedicarme al menos un día a la semana.

—Claro, aunque creo que con medio día será suficiente— bromeó.

—No me molestes, Sasuke. Puedo amarrarte a la cama y dejar a tu banda esperando por su vocalista, que en lugar de un micrófono, tendrá otra cosa en la boca— levantó las cejas de manera sugerente y el pelinegro soltó una carcajada.

—Eres demasiado pervertido— se quejó.

—Cuando se trata de tí, soy un maldito enfermo— tiró de él para besarlo de forma dura y carnal. Se separó de repente dejando al Omega con ojos velados y la respiración errática —Anda, que ambos llegaremos tarde— sonrió malicioso ante su queja de abandono.

Como era costumbre, Naruto siempre lo llevaba hasta el lugar de trabajo. Ese día, al detener el auto frente a la compañía, vió a un grupo de chicos conversando con el que sabía era representante de Sasuke, Kabuto.

—Baja un momento para presentarte a los nuevos— dijo el trigueño.

—¿Son esos?— inquirió, observando a un pelirrojo despeinado y otro chico más alto con el cabello castaño y largo, atado en una coleta. Sasuke asintió, para después salir del auto.

Naruto lo siguió y rodeó el capó hasta detenerse junto a él. De inmediato se acercó su representante y lo saludó con un apretón de manos.

—¿Cómo has estado?— preguntó —Sé que traes a Sasuke, pero hace un rato que no nos encontrábamos, como siempre estoy en la oficina...

—Bastante bien, pero deseando que mi Omega no esté tan ocupado todo el tiempo— dijo serio y Sasuke le dió un codazo disimulado. Kabuto sonrió de manera incómoda y luego se rascó la cabeza.

—Es un poco complicado obtener recesos, sobre todo para él. Es el compositor y vocalista, la banda se apoya en Sasuke.

—¿Hey, no vas a saludar?— llamó un muchacho peliblanco que Naruto ya conocía. Había trabajado con su pareja como baterista para sus singles.

—Suigetsu— dijo en forma de saludo y también estrechó su mano.

—Madre mía, Naruto, cada vez que te veo estás más ancho ¿Qué tipo de ejercicios haces? Debes darme consejos, amigo— el Alfa sonrió divertido y luego miró a los otros dos integrantes.

—Él es Neji,— señaló Sasuke al que tenía el cabello largo —el bajista, y Gaara...— apuntó al pelirrojo —segunda voz y guitarra principal. Éste es mi esposo, Naruto.

—Un gusto— habló Gaara con un leve tirón de sus comisuras. Neji solo hizo un gesto con la cabeza.

El rubio de inmadiato se percató de que el nuevo bajista era un Alfa y por puro instinto, colocó un brazo encima de los hombros de Sasuke y lo acercó a su cuerpo. Neji resopló una risita y rodó los ojos, conocía el lenguaje posesivo a la perfección, cosa que pasó de ser percibida por los demás, al ser todos Betas.

HEATHER 2 (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora