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Había acostado a Sasuke sobre la cama y allí se quedó un rato, observando un poco intranquilo la pausada respiración del Omega. Quizás debía llevarlo a un hospital, pero viendo que solo estaba débil por no alimentarse como es debido, decidió que él mismo lo cuidaría. No soportaba la idea de volver a alejarse de él. Ese instinto posecivo que a veces luchaba por mantener a raya, estaba a flote en todo su esplendor.

Llamó a Itachi para avisarle que su hermano estaba a salvo, luego, mientras preparaba una cena sustanciosa en proteína, le timbró a su padre y fué contándole en detalle todo lo que había ocurrido. Minato no pareció sorprendido con la noticia de que Shikamaru se haya convertido en agente federal, pero si con el hecho de que haya vuelto a Japón sin avisarle. Prometió ponerse en contacto con él respecto al caso.

¿Cómo está Sasuke?— preguntó.

—Duerme— contestó Naruto, volteando a ver hacia la puerta entreabierta de la habitación —Habla con mamá, cuéntale lo que pasó.

Lo haré. En verdad estoy muy apenado con él, hijo. Sé que tu madre lo estará aún más— confesó el mayor.

—Yo solo quiero que los culpables de todo ésto paguen.

Y lo harán, yo mismo trabajaré en el caso. Neji Hyuga tendrá tantas agravantes que se pudrirá en la cárcel, y sobre la mujer...

—Haz lo que tengas que hacer. Nadie que haya dañado a mi Omega se quedará impune...— calló un rato —Papá...

Dime, Naruto...— contestó Minato, extrañado de que su hijo lo llamara de esa manera.

—Iba a ser padre— anunció con voz grave y escuchó al mayor suspirar.

Lo lamento, hijo. En verdad deseo que puedan concebir nuevamente.

—Gracias— contestó, secando sus ojos con la manga.

Justo cuando colgó el teléfono, un movimiento a su lado llamó su atención y vió a Sasuke, descalzo y con semblante asustando.

—¿No fué un sueño...?— murmuró el Omega —Estás aquí.

Naruto dejó su celular sobre la encimera y extendió las manos, el trigueño caminó hasta él y se fundieron en un abrazo fuerte. El Alfa lo levantó, haciendo que rodeara su cintura con las piernas y besó su cien.

—Vuelve a la cama, necesitas descansar. En cuanto esté la cena te la llevaré.

—No quiero, tengo miedo de que si me alejo, ya no estés aquí— confesó, apretando sus agarre. Naruto soltó una risita.

—Entonces quédate.

Terminó de cocinar con Sasuke enganchado encima. El Omega no quería soltarse de ninguna manera, pero a él no le molestaba. Sirvió su plato y lo colocó en una bandeja, para llevarlo a la cama.

Ya en la habitación, Sasuke lo soltó y volvió a acostarse, apoyando la espalda sobre las almohadas. Con un poco de reticencia comió, avergonzado de que Naruto haya querido darle la comida él mismo. Cuando el Alfa estuvo satisfecho con su alimentación, se detuvo y alejó la bandeja.

—¿Cómo te sientes?— preguntó en voz baja.

Sasuke se quedó pensativo, había tenido un par de meses en verdad caóticos. Creyendo que lo había perdido todo, que ya nada podía hacerlo sufrir más. Luego la noticia de que cuando al fin había logrado concebir, abortó debido al estrés emosional. Pero ahora volvía a tener a su Alfa, y aunque en las pasadas semanas había odiado a Naruto por su comportamiento, sabía que éste no era el culpable de su desgracia ¿Cómo se sentía ahora, después de tenerlo cerca, de volver a besarlo y abrazarlo, de disfrutar de sus cuidados?

—Estoy felíz— respondió en un murmullo. Y aunque aún faltaban muchas dudas por aclarar, el sentimiento de felicidad era algo vigente. Naruto sonrió y acercándose lentamente, lo besó en los labios.

—Yo también...— rió —Pero me refiero a tu estado físico. No me gusta nada que hayas dejado de alimentarte.

—Me rendí... como un cobarde. Ya no podía soportar más, tampoco tenía el valor de acabar con mi vida— el Alfa frunció el ceño —Sin tí... yo no...— Naruto puso un dedos sobre sus labios.

—Ya pasó, no quiero volver a ver tus lágrimas— tiró de él y volvió a sostenerlo en brazos —Ven... te daré un baño.

Sasuke no se resistió, cualquier mimo que su Alfa le prodigara era bienvenido, y Naruto parecía más mimoso que nunca. Ni siquiera le permitió desvestirse por sí mismo. Lo dejó desnudo delante de la bañera. Sus mejillas se tornaron carmesí al verlo quitar su ropa, cuando giró a colocarla toda en una esquina del baño, Sasuke ahogó un jadeo al notar un enorme hematoma en su espalda, junto con cuatro marcas redondas y pequeñas.

—¡¿Qué te ocurrió?!— preguntó preocupado, rozando con sus dedos el lugar.

—¿Ah, eso...? Fué Shikamaru— le quitó importancia encogiendo los hombros.

—¿Shikamaru? ¿Pero cómo...?

—Un taser

—¡¿Un taser?!

—Más bien dos. Es una larga historia, pero después, pequeño. Ahora es tu recuperación lo más importante.

Naruto se sentó dentro de la bañera de agua tibia y luego guió a su Omega que hiciese lo mismo, apoyando la espalda en su pecho. Con sus manos y en absoluto silencio, fué lavando lentamente cada parte de su cuerpo.

Masajeó sus hombros, sus brazos, bajó por los laterales y frotó su pecho. Sasuke apoyó la cabeza, disfrutando de la intimidad. Las manos de Naruto descendían cada vez más. Pasó de largo hasta sus muslos y luego volvió por el interior de éstos hasta su entrepierna. Rozó su oreja con los labios cuando encerró su miembro y lo frotó delicadamente para lavarlo.
El gemido del Omega rompió el silencio y sintió la risita divertida de su pareja.

—Extrañaba ese sonido— murmuró en su oído y guió la mano hasta su trasero, encendiendo más al trigueño, que comenzó a mover sus caderas de manera inconsciente —No, no... no haremos nada de eso. Necesitas recuperarte, estás muy débil.

—Naruto...— imploró en un jadeo.

—No podemos, quizás mañana. Tienes que...

—Lo necesito, por favor— el rubio mordió su labio inferior intentando soportar sus impulsos, pero que Sasuke se lo pidiera tan abiertamente no ayudaba.

Deslizó un dedo en su interior, provocándole otro gemido, luego un segundo, mientras que su otra mano acariciaba el pecho del Omega y su boca besaba sobre la reciente marca. Lo levantó un poco y cuando dejó su cuerpo caer sobre su erección, Sasuke curvó su espalda y se afianzó de sus manos, que ahora sostenían sus muslos.

Con lentas, muy lentas embestidas, lo reclamó. Naruto lo sabía, no había mejor lugar para estar que dentro de su Omega.

HEATHER 2 (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora