~18~

3.2K 346 174
                                    

Un día después, Sasuke fué citado en la comisaría para declarar formalmente y levantar una denuncia contra los culpables. Lo que hizo sin dudar respecto a Neji, pero decidió perdonar a Gaara, así que no levantó cargos hacia el pelirrojo. De todas formas, ya había pegado más que suficiente.

—¡¿Así que esa loca estaba detrás de todo ésto?!— bufó molesto y Naruto se rascó la cabeza con nerviosismo —Aún no concibo, después de todos éstos años, como te fuiste a enredar con alguien como ella— reprendió.

—Yo tampoco— admitió el Alfa.

—Maldita demente obsesionada de mierda— murmuró para si y el rubio soltó una risita. Al menos sabía que a Hinata le esperaba una buena sentencia por ser cómplice de asesinato.

Justo cuando iban a salir, vió a Shikamaru abrazando a una mujer rubia y desgarrada en llanto. El Alfa lucía un poco incómodo, como si no conociera la manera de tratar con dicha situación. Ella, al ver a Sasuke, se acercó corriendo y alcanzando sus manos, besó el dorso, sorprendiendo a los presentes.

—Gracias... mil gracias— sollozó —por no acusar a mi hermano— entonces se arrodilló, dejando al Omega pasmado en su lugar —Te pido perdón en su nombre. Gaara era un buen chico... muy bueno... No sé que lo llevó a actuar de esa manera pero al menos mi familia tiene el consuelo de que se arrepintió de sus actos.

—Ella es Temari— dijo Shikamaru y ayudó a la mujer a levantarse —Es la hermana mayor de Gaara— Sasuke asintió y se acercó a ella.

—Ya lo perdoné. Puedes estar tranquila— Temari asintió mientras limpiaba sus lágrimas.

—Shikamaru, llévala a tomar un café o algo, para que se calme— aconsejó Naruto y Sasuke pudo percibir las segundas intenciones en las palabras de su Alfa.

—¿Quieres...?— le preguntó el pelilargo a la mujer y ella asintió levemente —Nos vemos después, me deben una cena— advirtió y salió de la comisaría.

Fué incómodo tratar con la familia Uchiha, sobre todo con Fugaku. Naruto no sabía si agradecer o no, que el hombre fuera tan callado. Se ahorraba la reprimenda, pero tampoco tenía idea de lo que estaba pensando. Suspiró aliviado cuando notó la comprensión en sus ojos después de aclarar el caso. Mikoto lloró al enterarse de la treta que le habían jugado a su hijo menor e Itachi maldijo en múltiples ocasiones, sin ser reprendido por su madre, lo que era raro.

Al fin las cosas estaban tomando el lugar que les correspondían. Esa paz que había llenado sus vidas desde que decidieron estar juntos, volvía a rodearlos. Sasuke, bajo los cuidados intensivos y obsesivos de su Alfa, logró recuperar el peso perdido en apenas tres semanas. Sus mejillas estaban rojas y volvía a tener esa sonrisa leve pero tierna, que a Naruto le encantaba observar. Decidieron no mencionar el tema del aborto, era demasiado doloroso para el Omega recordarlo y el rubio estuvo de acuerdo.

—Espera... nghh... Naruto— gimió Sasuke, al sentirse invadido por segunda vez en la noche.

—Si dices mi nombre de esa manera, te follaré aún más duro— gruñó en su oído, poniendo su piel de gallina.

Entrelazó sus dedos con los del Omega, manteniendo sus manos en lo alto de su cabeza y cambió el ángulo de sus caderas para llegar aún más profundo. Sasuke siguió su ritmo demandante con leves movimientos y no tardó en llegar al orgasmo, ahogando su voz en los labios del Alfa.
Naruto lo sostuvo fuerte y se volteó con agilidad, dejándolo encima. Sostuvo sus muslos mientras el trigueño se movía con lentitud y sensualidad, luego, deslizó los dedos por su abdomen y alcanzando su mejilla, lo atrajo un poco hacia si. Delineó sus cejas, sus labios, apartó el flequillo de su rostro y después de colocarlo detrás de su oreja, atrapó sus boca en un beso de pura adoración.

—Pronto será tu celo— señaló el Alfa, aún con la respiración agitada después su "maratón" nocturno. Sasuke solo asintió sobre su pecho, demasiado agotado para hablar —Estaba pensando en que sería bueno salir de la ciudad, tener un tiempo solo para nosotros.

—¿Salir?— murmuró.

—Sí.

—Pero si estamos solos aquí— levantó la cabeza y apoyó la barbilla en él, encontrándose con el azúl de sus ojos.

—¿No te gustaría ir a visitar algún lugar bonito, quedarnos en un hotel? Hace rato que no lo hacemos.

—Sí, me gustaría— concedió —Recordaría nuestra Luna de miel— balbuceó medio dormido.

Esas palabras no dejaron a Naruto conciliar el sueño. Parecía que todo se había solucionado, pero faltaba lo más importante. Estaban tan contentos de regresar a su antigua vida, que ninguno de los dos recordaba que se habían divorciado.

El rubio golpeó su frente ante la "revelación" y el Omega se removió con el ruido. Tenía que solucionar su error de inmediato.

—Sasuke, amor, despierta— lo sacudió y éste protestó ante la molestia —Vamos, tenemos que salir— anunció y lo sacó de la cama, totalmente rendido. Tomó algo para cubrirse del frío y salió de la casa

Llevándolo a rastras lo montó en el auto y puso éste en marcha.

—¿A dónde vamos?— balbuceó, cubriendo su cuerpo con la chaqueta que Naruto le había dado. Aún sin percatarse de la situación.

—A casarnos— contestó simple.

—Ah... está bien— murmuró y luego se incorporó en el asiento, de un brinco —¡¿A qué?! ¿A ésta hora?— miró el reloj en el auto, apenas y daban las tres de la madrugada —¡¿Estás loco?!— preguntó, Naruto solo le contestó con una sonrisa.

Sasuke se sorprendió al ver la casa Namikaze por la ventanilla. Naruto se bajó y le abrió la puerta. Tirando prácticamente de él, entró y comenzó a subir las escaleras con rumbo a la habitación de sus padres.

—Naruto... maldición, estoy pijama ¿Qué van a pensar tus padres?— protestó, pero ya era demasiado tarde.

El rubio abrió la puerta de la habitación principal y un remolino de feromonas Alfas y Omegas los hizo sonrojarse. Minato y Kushina dormían abrazados bajo una sábana blanca y enredada, totalmente desnudos.

—Papá...— llamó Naruto, Sasuke no sabía donde esconderse. Minato abrió los ojos y se sentó, emitiendo un gran bostezo.

—Eh... ¿Pasó algo?— el trigueño se cubrió el rostro. No cambia duda de que Naruto había heredado su carácter despreocupado de su padre. Kushina se removió y el Alfa mayor cubrió mejor a su mujer, para luego devolver la mirada a su hijo.

—Quiero que nos cases— dijo Naruto.

—¿Ahora?— preguntó Minato, sin ganas.

—Sí, ahora mismo.

—Mmh, creo que no hará falta. Los papeles del divorcio aún no se han enviado al ayuntamiento. Con pedir una anulación bastará— explicó.

—¿Ah sí?— Minato asintió y se dejó caer sobre la almohada —¿Entonces estamos casados aún?

—Que sí... acaba de salir de aquí, maldición.

Naruto cerró la puerta y una enorme sonrisa adornó su cara. Sostuvo el rostro de Sasuke entre sus manos.

—Siempre estuvimos casados— susurró y el Omega, con los ojos aguados y poniéndose de puntas, atrapó sus labios en un beso.

HEATHER 2 (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora