El apellido Manoban siempre había estado asociado a la realeza. Eran el epitome de elegancia, clase y, sobre todo, riqueza. Pero la miembro más joven de la familia Manoban, Lalisa, siempre ha sido bastante diferente a ellos.
Por supuesto, había un par de cosas que compartía con sus allegados, que eran puramente genéticas. Su perfeccionismo, por ejemplo. Rasgo que podía ser asociado con sus padres particularmente.
Ambos se habían graduado tempraneramente, siendo los primeros de su clase. Recibieron inmediatamente la admisión a los colegios de la Ivy League y eventualmente pasaron a ser orgullosos alumnos de la Universidad de Columbia
El recorrido educacional de Lisa fue prácticamente idéntico y a los veintitrés años ya había ganado terminado la universidad y pasado la maestría en Administración de Empresas.
Lo llevaba en la sangre, simple y llanamente. Y aunque había aceptado su destino, eso no minimizó la preocupación que llevaba el estigma acerca de ser la ''heredera''. Se rehusó a aceptar un trabajo por parte de alguien con el que estuviese relacionada de alguna forma.
Así que hizo lo que su padre hubiese hecho en su lugar. Buscó otras oportunidades y otras compañías, destacándose en aquel mundillo sin siquiera haber puesto un pie en el negocio de su familia. Desafiando la creencia popular de que la compañía que le pertenecía a la joven rubia, la compañía que había estado en su familia por años, se le iba a ser regalada.
No, Lisa se había ganado a pulso el derecho a controlar cada pequeña parte de lo que su familia había trabajado tan duro en construir para ella. Lalisa Manoban era especial, y siempre lo ha sido.
Su madre siempre se lo decía. Antes de que fuese una estudiante de honor, antes de que fuera billonaria.
Antes de conocer quién era ella realmente.
Su madre creía que Lisa poseía cualidades específicas que le habían sido bendecidas.
''Hay personas que son diferentes, especiales. Fueron elegidas por Dios -o por quienquiera en que tú creas- para ser diferentes, y por sobre todo para ser exitosos en lo que hacen. Lo supe en el minuto que descubrí mi embarazo, sabía que ibas a ser una de esas personas''
En realidad, Lisa nunca entendió a lo que su madre se refería y probablemente nunca lo hará. Habría hecho cualquier cosa para que su padre compartiera unas palabras similares acerca de ella, aunque sus opiniones eran más una combinación de las ideas de su madre y el entendimiento lógico de la genética. Él había usado eso para educarla de la forma en la que él quería que fuese
Al principio su padre solía llamarla su pequeña niña perfecta. Ella lucía igual a su madre, con una belleza natural innata que había pasado por los genes de la mujer por siglos. Un cabello rubio perfecto, una piel espectacular, elegancia propia. Tan superficial como fuese, su padre realmente creía que aquellas cualidades llevarían a su hija a la grandeza.
A pesar de lo hermosa que Lisa era -y era realmente hermosa- fue su inteligencia y creatividad, sumado a su habilidad de pensamiento inmediato (incluso a una temprana edad) que Dios le había otorgado, lo que realmente la había hecho tan especial. Era una líder por naturaleza. Y estaba determinada y preparada para tomar el control en cualquier situación en la que se encontrase.
Este fue un atributo particular, desarrollado y perfeccionado con los años por insistencia de su padre
Eventualmente aquel rasgo fue fácil de manejar y aprovechar, y no solo cuando se trataba de su profesión.
Su vida personal -gracias a una serie de desafortunados e inesperados sucesos- causaron que comenzase a aplicar aquellas cosas por las que inicialmente pensaba ser erróneamente congratulada por sus padres. Con el simple objetivo de no destruirse y quemarse a sí misma, necesitaba tener el control.
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Cherished Affliction (Jenlisa G!P)
FanfictionJennie Kim. La misma mujer que Lisa nunca pensó que encontraría había estado justo frente a ella. A pesar de tener solo el recuerdo de sus hermosas facciones, y ahora su nombre, Lisa estaba segura de una cosa. La deseaba. Lisa G!P/ Relación BDSM...