YOUR NAME ON MY LIPS #9

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- Hey, soy yo

Lisa dio vueltas con su silla hacia adelante y hacia atrás, escuchando atentamente cualquier señal de la familiar voz en el otro extremo.

Cuando regresó al trabajo, estaba recién adaptándose a las cosas. Sin mencionar que la última sesión de entrenamiento que compartió con Jennie había dejado a la pobre chica exhausta y sin energía durante un par de días, lo que le había dado el tiempo suficiente a Lisa para reflexionar apropiadamente de sus próximos pasos con la morena.

Justo como la rubia había supuesto casi inmediatamente, Jennie era natural. Inicialmente, eso era lo que la había atraído de la chica. Jennie era una sumisa que anhelaba ser obediente, lo cual -contrario a la creencia popular- era bastante raro de encontrar.

La mayoría de las sumisas con las que la rubia había estado envuelta en el pasado solo se habían acercado a ella basadas en su atracción hacia su persona específicamente. Solo una pequeña parte de ellas realmente se sentían cómodas cediéndole el control, algunas otras jugueteaban con la idea, pero en últimas instancias se encontraban esquivas a aceptar los aspectos más serios del particular estilo de vida de Lisa. Pero ninguna de esas mujeres se había instaurado tan fácilmente en una posición de obediencia como Jennie lo había hecho.

Era regocijante, y la descolocaba.

Por supuesto que la emocionaba saber que Jennie era, de hecho, tan especial como ella había pensado que lo sería. Pero de cualquier forma, Lisa estaba comenzando a encariñarse con ella. Por su experiencia personal, encariñarse con una sumisa desembocaba en problemas de comunicación que acabarían siendo obstáculos para el tipo de relación que Jennie y ella tenían.

Era importante que el mutuo acuerdo entre ellas permaneciera claro y conciso. Lisa había experimentado en carne propia lo que pasaba cuando los límites se volvían difusos y no terminaba bien necesariamente. Ella necesitaba contener su emoción y aún más, controlarse a sí misma como Dominante cuando entraba en su papel. Su verdadera responsabilidad era asegurarse de no confundir o molestar a Jennie.

Ya había hecho eso por un buen tiempo. Renegándose a sentir nada más que deseo, lujuria, o atracción en general hacia su sumisa. No era una insensible exactamente. Solo mantenía una saludable distancia emocional entre ella y sus sumisas.

Jennie estaba dificultando esa tarea. Lisa sentía como si estuviese constantemente al borde del precipicio de hacer algo que pudiese causar que la chica se alejase de ella o la llevase a reflexionar sobre la química que compartían y lo que podía significar para su relación.

Eso era lo más peculiar de todo. Jennie podía cometer errores comunes, pero ella respondía a esos errores con desenvoltura. Como si llevase años sometiéndose a Lisa. Había demostrado una afinidad natural para entender exactamente lo que había hecho mal y sabía cómo manifestarse hacia la mujer en estimación a cualquier acción errónea cometida. Como si la morena pudiese sentir lo que Lisa necesitaba de ella.

Aquella era una conexión que normalmente podía demorar meses en cultivar

Ese tipo de progreso (a pesar de que seguía inquietando a la parte emocional reservada de Lisa) la hacía creer que Jennie había recibido el entrenamiento suficiente y estaba lista para seguir adelante. Esa podía ser la primera vez que la rubia había tomado esa decisión tan pronto después del acuerdo.

Y por eso es que estaba buscando una segunda opinión.

- Bueno, bueno. Si no es otra que la gran Lalisa Manoban ¿A qué debo este placer? ¿Ya terminaste con tu nuevo proyecto?

Lisa se rió de las payasadas de Tzuyu, sonriendo ante el tono juguetón de la mujer.

- Tzuyu tus celos –a pesar de que están completamente fuera de lugar- son deliciosos. De hecho, te llamé para tener una conversación contigo –de Dominante a Dominante- acerca de Jennie. Ese es su nombre, y espero que a partir de ahora te refieras a ella como tal.

Cherished Affliction (Jenlisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora