WHAT I AM TRYING TO SAY IS... #19

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Un Escalade completamente negro se detuvo en la concurrida acera de la ciudad de Nueva York.

Era elegante y misterioso incluso con la hermosa nieve blanca que caía a su alrededor y en él se arribaba lo que los empleados de la sede de Manoban Jewelers solo llamaban "Ella".

Todo lo que se necesitó fue un portero diligente para alertar a los hombres y mujeres desprevenidos en el interior y pronto todos se apresuraron cuando la puerta del coche se abrió y Lalisa Manoban salió de la camioneta, vestida con un traje negro clásico y una gabardina que se adhería perfectamente a su cuerpo. Su cabello rubio estaba rizado suavemente alrededor de sus pómulos definidos y sus ojos agudos se entrecerraron detrás de los aviadores oscuros mientras espetaba a la otra línea tras su teléfono.

Siempre había sido intimidante, pero muy respetada y llena de un aura que exudaba superioridad. Sin embargo, dado que su breve descanso de acción de gracias había terminado y estaba de vuelta al trabajo, Lisa finalmente retornó a una oficina de colegas que habían votado para acelerar el anuncio y la creación de la colección de diamantes que había estado estudiando y considerando cuidadosamente durante los últimos dos meses, predicando sobre la falta de nuevas piezas ofrecidas por la compañía recientemente, y efectivamente no le dejó otra opción que estar de acuerdo. Desde entonces, la atmósfera alrededor del lugar de trabajo podría describirse como...

Espantoso.

A mitad de diciembre, se habían asignado equipos al proyecto, encabezados por personas con las que Lisa ni siquiera había podido sentarse y reunirse adecuadamente, debido a la velocidad con la que sus compañeros de la junta solicitaban que las cosas se terminaran.

Sin embargo, ninguna prisa podría evitar que la personalidad perfeccionista de Lisa tomara las riendas de todo. Ella se cercioró de que se revisara todo, papeleo, números, tablas, gráficos. Estudió cuidadosamente todos los aspectos de la colección y se aseguró de ir detrás de cada persona que tuviera algo que ver con el proyecto.

Cualquier error fue rápidamente reprendido y corregido tan pronto como Lisa pudo poner sus manos sobre la persona que los cometió, y ella había afirmado que, si la colección se creaba y lanzaba tan prematuramente, se crearía y se lanzaría a su manera.

No hace falta decir que todas las personas a su alrededor podían sentir el estrés y la tensión que irradiaba. Los trabajadores de la oficina habían sido testigos de muchos, muchos arrebatos públicos de la mujer. Desde que había hecho llorar a un empleado incompetente se aseguró de que todos entendiesen que cada movimiento que hacían estaba siendo observado y necesitaba ser perfecto o sino, simplemente invirtiendo su tiempo en intensas conversaciones telefónicas en las verificaba que todos los contadores supieran si un número estaba fuera de lugar, serían despedidos antes de que pudieran sacar una calculadora.

Lisa insistió en que cada persona que trabajaba para ella entendía que esta era su marca, su nombre, su linaje y nada podía estar fuera de lugar.

Porque no es así como hago mis jodidos negocios - decía.

Sus zapatos rojos chasqueaban rítmicamente contra el suelo, sus piernas se movían rápidamente mientras pasaba al lado de los hombres y mujeres que se apartaban ansiosamente de su camino, desviando la mirada de su perfección sin importar cuánto se sintieran atraídos por ella. Agarró con fuerza una pila de papeles entre los dedos y apretó el botón del ascensor para subirla.

Había chismes (cuando Lisa no estaba, por supuesto) de que parte de su mal humor tenía que ver con la temporada en particular en la que estaban. Antiguos empleados habían contado que había una tradición no oficial dentro cambios de humor de Lisa en Navidad, gracias al aniversario de la muerte de Casandra Manoban, apenas cuatro días antes de Navidad.

Cherished Affliction (Jenlisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora