Cherished Affliction (Jenlisa G!P)

I WANT EVERYTHING #3

Al comprender la información leída y firmar el acuerdo anterior, usted estará accediendo convertirse en sumisa de Lalisa Manoban por el tiempo asignado que se decidida dentro del acuerdo.

Durante aquella última hora, Jennie había leído las palabras de aquel contrato al menos unas diez veces. Eso mientras se bebía una botella entera de vino.

En resumen, sus opciones eran algunas de las que nunca había imaginado ni en sus sueños más descabellados. Lalisa Manoban definitivamente sabía cómo presentar una oferta de manera que se volviese difícil de rechazar.

Pero Jennie jamás esperó tener la explicación exacta y detallada de lo que significaba someterse a Lalisa Manoban justo en frente de ella, y tan explícita.

Era fácil imaginar lo que Lisa podía haber esperado de su parte en respuesta a su proposición. Fue fácil también temer la experiencia tan única de su propuesta. De cualquier forma, Jennie leyó sus opciones sin saltarse ningún detalle, dándose de bruces con un completo mundo que no hubiese imaginado jamás, ni en sus fantasías más salvajes.

Estudiar la investigación que Lisa le había proporcionado le dio una perspectiva completamente nueva. Cuando los ojos de Jennie recorrieron las palabras sumisas y obedientes... un delicioso zumbido se instaló en todo su cuerpo.

Jennie, a pesar de ser extremadamente inexperta sexualmente hablando, no pudo impedir la reacción de su cuerpo ante la idea de ser dominada por Lisa.

Era difícil de describir. Todavía se sentía reacia a mostrarse tan vulnerable con alguien que prácticamente acababa de conocer. Pero se sentía atraída por aquella mujer de una forma que nunca antes había experimentado. Tan absurdo como le hubiese sonado aquello a su yo de hacía una semana atrás, la idea de caer de rodillas para Lalisa Manoban no se sentía tan... extraña para Jennie en aquel momento.

Aquella rubia era una mujer verdaderamente exquisita. Increíblemente bella, elegante y obviamente muy inteligente. Además, había una cierta sensación de serenidad que irradiaba su persona, tan propia de una persona que sabía que tenía todo bajo su control. Ella era completamente poderosa e influyente, y no tenía que esforzarse para probarlo.

Jennie trazó el borde de su copa con su dedo, recordando la forma en la que los ojos de Lisa la habían observado en el restaurante.

Al principio, Jennie se había sentido un poco ofendida ante la idea de que alguien fuese a investigar sobre su vida. Especialmente una extraña.

Pero cuando Lisa comenzó a hablarle, su voz ronca y tranquila, Jennie comprendió que la mujer no tenía nada de amenazante. Lisa parecía consciente de cómo sus avances podían ser interpretados y se había asegurado de dejar que la misma Jennie tirase de los hilos, así ella podía controlar la siguiente interacción entre ellas. Lisa deseaba a Jennie, y había sido persuasiva e insistente, pero no la estaba forzando de ninguna manera.

Solo ese hecho fue suficiente para que Jennie se sintiese cómoda con la situación.

La morena se había sentido fascinada por lo enamorada que estaba Lisa de ella. La mujer le había hablado como si fuera lo más hermoso que había visto en su vida.

Y nunca nadie le había dicho algo parecido. Nunca nadie la había hecho sentir tan deseada. Incluso el vago recuerdo de sus labios presionados contra su oreja todavía hacía temblar a Jennie por todos lados con anticipación.

Pero a pesar de su belleza cegadora y su personalidad encantadora, la pregunta seguía siendo la misma: ¿estaba ella realmente cómoda al dejarle el control de su cuerpo una extraña?

Obviamente, Lalisa Manoban tenía mucha experiencia y quería que Jennie recibiera una fidedigna y completa instrucción sobre lo que se esperaba de ella como sumisa.