Habían pasado siete duras horas desde que Jennie había sido tocada por última vez.
Decir que estaba sufriendo por el ansia del toque de Lisa sería una subestimación. Se estaba volviendo loca.
Su cuerpo estaba zumbando con tanta excitación que pensaba que podía tener un ataque de ansiedad por cuanto deseaba su liberación. Sus pezones habían estado rígidamente erectos la mayor parte del día y su entrepierna había estado goteando como un grifo desde que Lisa se fue. Terminó teniendo que ponerse un vestido holgado en lugar de una camiseta y jeans solo por el miedo de que la mínima fricción causase un accidental orgasmo. Lisa había sido muy clara con sus instrucciones. No tocarse a sí misma. No correrse hasta que ella regresase a casa.
Jennie intentó distraerse en un intento de controlar sus furiosas hormonas. Trató de pasar junto a las puertas de la sala de juegos sin empaparse de deseo. Trató de deshacerse de su lujuria, esperando reprimir su urgencia de follarse a sí misma con sus dedos.
Fue difícil.
La esencia de Lisa estaba por toda aquella casa así que no había forma de librarse del deseo que sentía por su Dominante. Era como si Lisa la hubiese follado lo suficiente duro para hacer que no deseara nada más que sentirla de nuevo dentro suyo durante todo el día. Lisa había logrado entrenar el cuerpo de Jennie para que se sometiese incluso sin su presencia.
Jennie lo entendió. Era una forma de tortura diseñada para enseñarla a obedecer y poner un poco a prueba sus límites.
Apenas lo estaba superando con éxito. Apreciaba la distintiva forma de controlar la situación de Lalisa Manoban, sin embargo, había notado como la mujer se esforzaba en mantener su comportamiento correcto a lo largo de su entrenamiento. Parecía como si se contuviese. Casi como si la inexperiencia de Jennie la excitara, pero también le asustase un poco. Eso la decepcionaba. Confiaba en el juicio de Lisa, pero también sentía que ella podía manejar mucho más de lo que la rubia le daba.
Era una dinámica extraña y poderosa.
Ella se encontraba constantemente adolorida por el toque de Lisa, anhelando el tiempo de juego. Ella prácticamente estaba orando por que las horas corriesen más deprisa para que su Señora volviera a casa.
Jennie estaba cada vez más volcada a la idea de dar y recibir que estaba asociada con el tipo de relación que ellas compartían. A pesar de que de que su dedicación a dar era mucho más palpable, era someterse a Lisa lo que constantemente la enviaba al borde. Así que era importante para ella prestar atención y comprender el entrenamiento de la rubia.
Respeto, Obediencia, Paciencia, Sensualidad, y Aceptación.
Irónicamente, Jennie siempre había sido alguien que luchaba contra cada uno de esos conceptos que Lisa consideraba tan importantes para su entrenamiento. Ella podía ser terca e irritante, y frecuentemente tenía bastante poca paciencia y se negaba a seguir órdenes. A pesar de eso, encontraba fácil y natural entrar a la sala de juegos desnuda y dejarse caer sobre sus rodillas, justo como Lisa esperaba que lo hiciese.
Jennie aún se encontraba llena de algunas inhibiciones, ligeramente intimidada por la inusitada forma en que Lisa y ella parecían estar conectadas. No podía evitar preguntarse acerca de los lazos que las ataban como amantes. Su relación como Dominante y sumisa era obviamente inusual y aunque había comprendido que Lisa había tenido otras sumisas antes que ella, le había quedado claro por las reacciones y palabras de la rubia que Jennie era más intrigante de lo que originalmente ella había anticipado. De hecho, ella esperaba que la morena pudiese tener cualidades naturales que no había encontrado en ninguna otra mujer.
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Cherished Affliction (Jenlisa G!P)
FanfictionJennie Kim. La misma mujer que Lisa nunca pensó que encontraría había estado justo frente a ella. A pesar de tener solo el recuerdo de sus hermosas facciones, y ahora su nombre, Lisa estaba segura de una cosa. La deseaba. Lisa G!P/ Relación BDSM...