1) El Gilipollas

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Aclaraciones:
► Conway no es familiar de Gustabo.
► Gustabo y Volkov son pareja pero nadie sabe.

Horacio, Conway y Gustabo se encontraban en la oficina de descanso del CNI, los primeros nombrados habían llegado de una reunión y el rubio estaba esperando los reportes que recibia de comisaria, él se encargaba de todo el papeleo, de paso tendría tiempo para ver a su pareja, el actual Superintendente de Los Santos, Viktor Volkov, eran pareja desde hace 5 años, nadie los había descubierto y no porque no se mostraran sino porque en el trabajo eran muy responsables y no intervenían tanto sus sentimientos, pero fuera de este salían a cenar casi todos los dias al mismo restaurante, sus largas caminatas nocturnas, sus vueltas por el centro; Sus compañeros no se daban cuenta de sus miradas cargadas de amor, sus sonrisas bobas al sentir un mínimo roce y del enorme cambio de humor del ruso al estar con el menor por aunque sea un medio segundo. Ahora mismo el reloj marcaban las 19 horas, a esta hora Volkov se acercaba a las oficinas del CNI con el reporte del día por eso el rubio esperaba impaciente, Conway estaba coqueteando con él, y Horacio alentando al mayor ya que ni él sabía de la relación de su amigo.

–¿Quieres ser mi sugarbaby, Gustabín?– preguntó Conway con una sonrisa pícara.

Justo en ese momento Viktor estaba por entrar a aquel sector, pero al escuchar eso paró en seco para escuchar a través de la puerta, no era que desconfiara de su pareja, sino porque quería ver que más intentaría Conway.

–Que no yayo, tengo pareja.– dijo el rubio con una pequeña sonrisa.

–Deja de inventar Gustabo– dijo el mayor de ellos rodando los ojos –Que gilipollas estaría contigo siendo así de vacilón.

–Pues el rus...– hablaba Gustabo siendo interrumpido por la puerta de la oficina, ensancho su sonrisa al ver de quien se trataba, su pareja miraba neutro al ex superintendente.

–Priviet Conway.– dijo Viktor extendiéndole la mano en forma de saludo, el mayor extrañado por el repentino acto del ruso hizo una mueca de confusión estirando su mano para corresponderlo.

–Que cojones rusky, ¿Desde cuando me saludas así?– dijo Conway aún dando el apretón de manos con Volkov.

–Me presento, soy el gilipollas.– dijo Viktor mirando al rubio con una sonrisa cálida.

–¿¡CÓMO!?– dijeron al mismo tiempo Horacio y Conway, el primero de ellos había escupido el café al escucharlo, mientras el otro repasaba momentos donde estos dos hayan estado juntos, no encontrando ningún indicio de su supuesta relación.

–¿Es enserio Volkov?– dijo Conway mirando al recién nombrado atentamente.

–¿Por qué le mentiría?– dijo Viktor arqueando una ceja –Bueno si me disculpan, vengo a dejarle el papeleo a mi futuro esposo.– dijo ocasionando una risita del rubio, hace unas semanas le había propuesto matrimonio en su restaurante favorito.

–¿Futuro esposo?– preguntó confundido Jack, aún no procesaba nada, recién se había enterado que eran pareja y ahora saltaba con que se iban a casar.

–10-4 [Afirmativo]– dijo Viktor tomando la mano derecha de Gustabo y poniéndola al lado de la suya mostrandole sus alianzas de plata que se encontraban en ambos dedos anulares, el que destacaba sutilmente era el de Gustabo, este traía un pequeño rubí en el medio.

–Joder pero ¿No es muy precipitado? Supongo que debeis llevar como mucho 1 año de relación.– decía Horacio aún extrañado por la situación.

–¿Por qué supones eso perla?– decía Gustabo bajando su mano, llevando consigo la de Volkov, entrelazandolas.

–Mmh porque se les ve que tienen mejor relación en el trabajo este último año, antes ni se hablaban.– volvía a hablar Horacio.

–Llevamos 5 años Horacio.– dijo Viktor besando el dorso de la mano de su futuro esposo.

–¿¡5 AÑOS!?– volvieron a repetir a la vez Horacio y Conway.

–P-pero si hace 4 años me gustaba Volkov y t-tu Gustabo me alentabas.– decía confuso Horacio.

–Hombre ¿Hubieras preferido que te quite la ilusión y te diga que no tenías oportunidad?– decía el rubio mirando hacia otro lado al recordar ese momento.

–Mire Horacio, en ese momento Gustabo pensó en terminarme para que corresponda tus sentimientos, así que no le venga a decir absolutamente nada sobre que es mal amigo y todo eso, ya lo conozco.– decía el ruso al notar la mirada de preocupación de su pareja –Yo le rogué para que no me dejara, y que solo por una vez, sea egoísta y piense en su felicidad.–

En ese momento Horacio salió por la puerta, Gustabo estuvo a punto de salir detrás de él, sino fuera por esos enormes brazos que tanto conocía que lo envolvieron de su cintura en un cálido abrazo, sintiendo el pecho del ruso en su espalda y su respiración en su nuca. Conway estaba estático, no sabía como reaccionar, por una parte estaba feliz por su relación pero por otra aún confundido.

–Cariño..– susurró Gustabo con su voz ligeramente quebrada por la reacción de su hermano.

–Ya, lo sé puede ser que me haya excedi...– decía el ruso pero fue interrumpido por un beso de parte del menor, correspondiendolo de manera inmediata, disfrutando de sus labios.

–Gracias por no dejar que fuera con él, seguramente me hubiera lastimado verbalmente, él ya podría tener a alguien, pero juega con los sentimientos de muchas personas– dijo Gustabo aún rodeado por los brazos del ruso recordando a el doctor muerte, Collins, Ford y el comisario Kovac.

–Vamonos a casa ¿Si bebé?– dijo el más alto besando su mejilla ocasionando una hermosa risita del rubio.

–Claro amor.– dijo Garcia con una sonrisa. Mientras tanto Conway aún estaba parado a unos pasos de ellos, impresionado al ver como la actitud de ambos cambiaba y como entraban en su propia burbuja sin enterarse lo que pasaba a su alrededor.

–Enhorabuena capullos, felicitaciones– por fin habló Jack sacando de su mundo a la parejita, sonriendo tranquilamente.

–Quería quitármelo y ahora me felicita.– decía Viktor burlón abrazando a Gustabo más posesivamente de la cintura.

–Tranquilo fiera, todo tuyo.– dijo Conway sonriendo alzando ambas manos.

–Vik, vamos a casa, tengo sueño.– dijo bostezando Gustabo.

–Bueno hasta luego Conway.– se despedía Viktor sujetando la mano del rubio a la vez que caminaba tranquilamente hacia el ascensor.

–Nos vemos papu.– gritó Gustabo desde fuera de la sala, viendo por última vez la sonrisa tranquila de su superior.

En todo el transcurso fueron en un silencio totalmente cómodo, al llegar a la casa se dieron una ducha juntos entre mimos y caricias finalizaron su relajante baño, se acostaron en su cama compartida y se acurrucaron el uno contra el otro en un abrazo cálido. Desde que estaban juntos sus días eran así, con mucho amor luego del trabajo, ambos eran felices con las decisiones que habían tomado.

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One-shot | VolkaboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora