One-shot | Volkabo

19) Doctor

Aclaraciones:
► Viktor comisario.
► Gustabo doctor.

—Comisario Volkov, mantenga los ojos abiertos por favor, no se duerma.— decía Claudio, quien estaba a cargo curar al CNP, acababan de llegar de una redada —Superintendente mantenga apretada su herida.—

Ambos superiores habían llegado lastimados: El comisario tenía 3 impactos de bala en el cuerpo, y una de ellas aún seguía adentro de su abdomen; mientras que el superintendente solamente tenía una bala dentro de la pierna izquierda.

—Ivan, encárgate del superintendente, llévate mi equipo de trabajo.— dijo el doctor muerte, recibiendo rápido una confirmación, viendo como 5 personas se alejaban llegando a Conway consigo.

—C-claudio.— habló en un susurro Volkov.

—Volkov, no hagas esfuerzos para hablar, ahora mismo está viniendo Estela.— decía el médico con pena, ya que conocía al ruso gracias a su amigo.

—N-no, Gus..Gustabo.— decía mirándolo serio sin moverse

—Gustabo está hablando con nuestro superior.— dijo Claudio comprendiendo que el peligris este buscando a su pareja.

—Claudio, quiero a Gustabo.— gruñó al recordar que ese hombre siempre buscaba a su pareja con otras intenciones.

—Volkov, por favor, colabore.— dijo el doctor mirando su reloj, pensando en donde cojones se encontraba la peliazul. Sobresaltandose al ver al ruso levantarse de la camilla —Hey, hey ¿Que coño haces?—

—Si no me.. me atiende Gustabo, no m-me atiende nadie.— dijo sosteniendo su abdomen adolorido.

—Joder que caprichoso.— susurró negando con la cabeza —García ¿Se encuentra disponible?— habló por radio.

—Sí Claudio ¿Me necesitas?— interrogó Gustabo, agradeciéndole mentalmente a su amigo por sacarlo de esa situación incómoda, su jefe lo estaba invitando a cenar, como varias veces lo había intentado.

—No, yo no pero un terco ruso de dos metros quizás.— dijo Claudio mirando de reojo al mayor para que no se le escape.

—¿Viktor? — sonrió al pensar en él, borrandola al recordar que hoy tenía alguna movida con la policía —¿Está bien?—

—A ver, bien bien no está, tiene 3 putas heridas de balas en el cuerpo, pero claro como en realidad es un jodido niño de 3 años prefiere hacer berrinche porque no está su novio.— dijo Claudio enfadado, ganándose una carcajada del ruso, que hizo una mueca al sentir el doble del dolor sobre todo su cuerpo.

—Joder, ahí voy.— dijo Gustabo dejando la radio —Lo lamento señor Mauricio, tengo una operación de urgencia.—

—¿Tiene pareja García?— preguntó el hombre arqueando una ceja, ignorando lo dicho.

—Sí señor, por lo que tendré que rechazarle la cena.— dijo el rubio poniéndose de pie —Disculpe, debo irme.—

—¿Quién es tu pareja?— preguntó también poniéndose de pie.

—Viktor Volkov.— respondió simplemente sin mirarlo.

—¿Está saliendo con el comisario?— preguntó sorprendido.

—Sí, lo lamento mucho jefe, debo ir a operarlo.— dijo saliendo sin esperar una respuesta.

Comenzó a correr por todos los pasillos hasta llegar a las salas de urgencia, sonriendo levemente al ver como Claudio estaba con el ceño fruncido, mientras que Viktor estaba cruzado de brazos sentado en una silla, frunciendo el ceño al sentir un empujón en su hombro, Estela había llegado corriendo.

—Disculpen por la demora, ahora mismo le atiendo comisa...— hablaba siendo interrumpida por el recién llegado.

—Priviet chicos.— dijo Gustabo poniéndose serio.

—Amor.— habló bajo el ruso.

—Ni amor, ni pollas, ¿Por que eres tan caprichoso?— preguntó ayudándolo a levantarse.

—¿Acaso n-no pue... puede venir MI pareja a curarme?— preguntó ofendido el mayor, Gustabo trató de rodear su cintura con sus brazos sacandole un gruñido al rozarle las heridas.

—Joder Viktor, vamos a la sala.— dijo preocupado viendo que la típica camisa gris tenía varias manchas de sangre.

—E-eres muy lindo mi amor.— decía el ruso caminando a la par que Gustabo lo guiaba, él solamente se quedaba observando su rostro.

—...— sonreía negando con la cabeza, había perdido bastante sangre y estaba hablando por hablar —Vale te vas a quedar quieto.— decía comenzando a preparar el suero rápidamente, una vez lo colocó en la camilla.

—¿Y si no qué? ¿Me vas a amarrar?— decia Volkov sonriendo mientras miraba el blanco techo.

—Dame tu brazo.— ignoraba olímpicamente las palabras de su pareja.

—¿Te gusta el masoquismo?— preguntó haciendo lo pedido, entregando su brazo.

—¿Cuantas balas tienes?— preguntó observando su torso a medida que rasgaba la camisa.

—Todas las que quieras amor.— dijo el ruso sonriendo.

—Viktor, por favor.— río levemente.

—Tiene una en su abdomen, y las otras dos atravesaron su hombro y su pierna.— dijo Claudio que estaba observando divertido la escena.

—Vale, gracias, esto será rápido.— dijo Gustabo recogiendo todos los artefactos que necesita para quitar la bala, siendo acompañado por Claudio.

—¿Y por qué a Conway se le asigno a 5 personas, y yo solo tengo dos? ¿Acaso es porque soy inferior?— hablaba despacio, medio adormilado observando el techo.

—No cariño.— río por la actitud de su pareja. —¿Quién fue con Conway?—

—Ivan.— respondió Claudio, sosteniendo una bandeja de metal donde colocaron la bala.

—Ah, es porque Ivan es médico amor, nosotros somos doctores, no son lo mismo.— explicó comprensivo. (En realidad no se si es así, lo leí en Google >.<)

—Mmh, vale.— dijo adormilado.

—¿Qué? ¿Acaso querías otras personas? Si quieres me voy.— dijo Gustabo terminando de limpiar la herida, para comenzar a coserla.

—No, no mi amor.— dijo negando con la cabeza repetidamente.

Comenzó a coser todo rápidamente, desinfectando cosiendo desinfectando cosiendo, y así con las tres heridas.

—Vale ya estamos comisario.— dijo Gustabo dándole un beso en la frente, sorprendiéndose al sentir un brazo tomándolo de la espalda para colocarse encima de la camilla —No Viktor, estas lleno de puntos.—

—Gus.— dijo con los ojos cerrados poniendo un puchero.

—Viktor Volkov estás todo cosido amor, luego ¿Vale?— habló conciliador acariciando su rostro.

—Por favor.— dijo aún con el puchero acercando más al rubio a su camilla.

—Joder, pero hazte a un lado con cuidado.— aceptó la propuesta frunciendo el ceño, ayudándolo a dejarle un espacio.

Apenas tuvo su lugar, se acomodó sentado medio recostado, el ruso apoyó su cabeza sobre su pecho, comenzando a respirar con tranquilidad.

—Lo que hago por tí.— murmuró Gustabo haciéndole caricias mientras lo veía dormir.

Al final terminó cayendo en los brazos del morfeo, se quedó dormido con su pareja olvidándose completamente que estaba de turno. Daba las gracias de tener un compañero como Claudio que lo cubrió en toda su jornada luego de ver la tierna escena de la sala número 8.

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estoy tendiendo días complicados juju, pero buenas noches/ mañanas/ tardes. <4