One-shot | Volkabo

27) Hombre lobo II

Aclaraciones:
► Parte 2 del one-shot número 23.

Un nuevo día en la casa de Volkov.

—Te estoy diciendo que no es así como dices.— repetía Gustabo bufando de cansancio.

—¿Y entonces como cojones es?— frunció el ceño el ruso mirando fijamente al menor.

—Yo no te llamaba, tu lobo te guiaba a mi lado.— explicó por décima vez en la semana.

—Pero entonces, ¿Cómo sabias cuando iba?— preguntó ladeando la cabeza confundido.

—Mira Viktor, te expliqué esto mil millones de veces, ¿Qué no entiendes que tu eres mi pareja destinada? ¿Acaso todo lo que avanzamos se va por la borda por cruzarte con ese de crestas?— preguntó notando como la ira y la tristeza comenzaban a aparecer.

Recapitulemos...
Viktor y Gustabo habían aceptado su destino, tampoco estaban tan negados a pasarla juntos, una parte muy interna de ellos amaba estar junto al otro, pero como ambos contenían un enorme orgullo, ninguno daba el brazo a torcer. El día de hoy ambos habían salido a abastecer su hogar y se cruzaron con Horacio en aquel supermercado. Los sentimientos del ruso se alborotaron y dejó olvidado a Gustabo en la caja donde se pagan los productos.

Desde ese momento Viktor comenzó a dudar de Gustabo ¿Acaso sus anteriores encuentros eran adrede? ¿Acaso el rubio lo manipulaba con sentimientos que eran inexistentes?

—Tú no entiendes Gustabo..— habló negando con la cabeza a la vez que observaba su teléfono.

—No, el que no quiere entender eres tú.— dijo Gustabo desganado —¿Sabes qué? Ya no aguanto estar en un vaivén sin fin, pensaba que te habías decidido e intentarias por lo menos entender tus sentimientos, pero si tu mismo te pones trabas ¿Qué puedo hacer yo?— comentó sonriendo con tristeza.

—...— Viktor se quedó mirando como se levantaba del sofá y se dirigia a su habitación compartida —Oye Gus ¿Qué haces?— dijo levantándose rápidamente al ver como salía con una mochila.

—Iré a buscar algún motel o volveré a mi hogar.— habló mirando hacia cualquier lugar menos a la cara del ruso —Muchas gracias por la estadía, te debo mucho Volkov.—

—No es necesario que te vayas, digo, no me incomodas ni nada por el estilo.— dijo el mayor sosteniendo con extraña delicadeza los brazos del más bajo.

—Ya, a tí no te incomoda.— murmuró por lo bajo —Viktor, ya no puedo estar aquí, tú mismo no sabes lo que quieres y yo prefiero quedarme solo por el resto de la vida a que esperar a que dejes de desconfiar de mí.—

—¡Es que no entiendo porque hablar sobre toda la vida! ¡Nada dura toda la vida! ¡Ni los destinados ni la soledad, nada es tan duradero!— habló exaltado el mayor cansado de este tema.

—...— Gustabo solamente rió, causándole escalofríos al ruso —Si piensas así déjame ir.—

—Gustabo, por favor, sabes que estoy tratando de remediar todas aquellas palabras que te dije... Dame una oportunidad.— dijo Viktor luego de respirar profundo.

—Viktor, ese es el problema, solamente quieres remediar el dolor que me causaste con esa conversación, no estás dispuesto a estar conmigo ni mucho menos a jugartela por mí.. Sigues ensimismado con Horacio, y yo n-no soy quien para arrebatarte l-la felicidad.— dijo el rubio, tartamudeando en algún momento, tenía ganas de llorar.

—¿Por qué haces que esto seas más difícil? Estoy poniendo de mi parte, por favor, sólo quédate esta noche.— murmuró derrotado el mayor, soltando de a poco el brazo del más bajo.