Capitulo 27

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Caroline

El olor corporal de Aedus me despierta, siempre me ha encantado cómo huele es una mezcla de habano con loción Axe, me quedo con la nariz en su cuello recorriendo con mi mano los cuadritos del abdomen, acaricio los tatuajes y la cicatriz que termina en su abdomen y sigo bajando sonriendo con la erección matutina que recién despierta

—Espero que la bajes — murmura, la voz ronca y de recién levanantado me hace dar un respingo y mis ojos encuentran los suyos que están sonrientes y la media sonrisa derrite mi corazón

¿Por qué mierda siguen pasándome estás cosas cuando lo tengo cerca?

Su mano sostiene la mía y la guía a su miembro, haciendo que la lleve de arriba abajo, dictamina un ritmo y gruñe cuando deja mi mano para enrollar la suya en mi cuello y guía mis labios a los suyos envolviéndome en el beso rudo que despierta la húmeda en mi vagina

Mueve las manos hasta apretar mi cadera y ponerme a horcajadas sobre el, me refriego en su erección mojando su miembro con mis fluidos, jadeo sobre su boca y el lleva los dedos para apretar mi clítoris, joder el conoce mi Cuerpo mejor que yo y siempre lo ha manejado a su antojo

Echo la cabeza hacia atrás y sigo moviendome sobre el, lleva los dedos a su boca y vuelve a tomar mi cadera levantándome para colocarse en mi entrada, y bajo despacio adaptándome a su tamaño, Sintiendo cada puto centímetro y sus venas remarcadas palpitar en mi interior

Lleva mis manos tras mi espalda y las sostiene con las suyas antes de llevar la boca a mi cuello, sus labios presionan la piel sensible de ese punto y con la otra mano da una palmada a la mejilla de mi trasero para que empiece a moverme, cuando siento que el dolor es reemplazado por todo el éxtasis que siento al tenerlo dentro me muevo como lo demanda

Rápidamente mi trasero choca con su pelvis, y quiero tocarlo pero el que tenga mis manos atrapadas no me deja, se escuchan unos golpes en la puerta y tengo que morderme los labios para evitar gritar como quiero

—¡¿papá estás ahí?!— gritan del otro lado reconozco la voz de Charlotte y levanto la vista para ver a Aedus sonriendo con malicia —¡Papá!

—un minuto — gruñe y tengo que inclinar mi cabeza para morder su hombro y que los jadeos no nos delaten, me muevo más rápido y el alza las caderas sin soltar mis manos, — correte— ordena en un susurró y las corrientes electricas invaden mi vientre bajo y busco su boca para acallar el grito que provoca el liberador orgasmo que me toma

Las manos caen libres a un costado de mi y el muerde mis senos buscando su propia liberación, y se clava sin querer salirse llenandome por completo de sus fluidos, y muerde mi pecho con fuerza a la vez que mi interior recibe cada gota de su semen

Ambos controlamos la respiración y me bajo de el para alcanzar su playera y ponermela, me peino un poco antes de abrir la puerta y dejar que los tres pequeños monstruos corran a abrazarlo

—Me siento de cartón — murmuró, viendo como brincan a la cama que acaba de presenciar una película digna del cine de adultos

—¡Mamá! — grita mi pequeño Arjen y sonrió extendiendo los brazos para llevarlo a mi pecho — ¿Por qué tardaste tanto?

—Porque la tía Sami estaba teniendo un bebé — ¡Mierda!, Javier debe estar como un loco sin saber que hacer — ahora tienen un primo

Sonríe antes de darme un beso en la nariz y me pide que lo baje, así lo hago antes de devolverle el beso y sale de nuevo de la habitación, sus hermanos también me dan unos besos en la mejilla y el padre de ellos solo ve como corren por toda la casa

—Vamos a desayunar— comento cuando se levanta a alcanzar el boxer

—¿No quedaste suficientemente llena?— comenta con picardía y enarco una ceja, el no es así — porque puedo darte más de esto

Se sostiene el miembro antes de deslizar el boxer hacia arriba, ruedo los ojos y salgo del lugar cuando suelta una risa ronca, me alcanza a mitad del pasillo y me voltea contra la pared haceindo que mis pezones vuelvan a erguirse

— Hoy no te vas de aquí

—me preguntaba cuanto tardarías en decir eso — murmuró con la voz entrecortada y su mano se mete bajo su playera paseando los dedos por mis pliegues

—¿Que te digo?— susurra — sabes que no me gusta alejarme de lo que es mío

Me voltea y vuelve a chocar sus labios con los míos

—y ustedes 4 lo son— vuelve a susurrar dejando un mordisco en mi labio inferior

—Deja tu reclamo de posesividad para otro momento — me suelto de su agarre — mis padres ya debieron haber llegado a mi casa, así que tengo que llevar a los niños

Su cara me lo dice todo, pero no he hecho una vida estos cuatro años para volver a encerrarme en una celda de cristal o dejar que mis hijos entren en ella

—No puedes condenarlos a la misma celda dónde quieres ponerme y dónde muchas veces estuve

No contesta y sigo caminando llegando a la mesa donde los niños ya están desayunando, la mañana la compartimos los 5 y me siento como si de verdad fuéramos una hermosa familia

La hora de irnos llega y Flor se encarga de vestirlos aunque ellos no quieren irse, y el me abraza por detrás tomando mi mano y abriéndola para dejar un hermoso cofre color plata y presiona el botón dejando ver una sortija sencilla que tiene un pequeño diamante en forma de corazón y al final como mínimo detalle una H

— Jamas te liberaste de mis cadenas — susurra — y quiero que los demás nunca se olviden de a quien le perteneces y que al ver esto en tu dedo tu siempre lo recuerdes

Sin Cadenas [Condena#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora