Epílogo 1

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Aedus

—¿Podrías no matarme con la mirada? ¡No sé que mierda hacer! — grito zafando los primeros botones de mi camisa caminando hasta ella que se sostiene el vientre quejándose del dolor

—Maldita sea Aedus, llévame al hospital, no te quedes como un tronco sin hacer nada — vuelve a gritar, me golpeó internamente, no tengo 20 años debería saber que hacer en esta situación, pero no lo se, nunca antes había tenido que lidiar con esto

—Voy, voy, amor creo que tienes que respirar — murmuró mientras la guío escaleras abajo, Flor, la niñera me pasa una maleta pequeña y enarco una ceja

—Es la pañalera, está todo organizado allí— asiento y subo a uno de los autos con ella y tiro el bolso a la parte de atrás, pongo el auto en marcha recorriendo las calles de Amsterdam, y suelto un suspiro cansado un nuevo grito hace que pierda un poco el equilibrio asustandome

—Esto duele horrores — solloza — es tu culpa — me recrimina, pues si en cierta parte si es mi culpa

—no te Vi quejándote cuando sucedía — digo nervioso, ella me lanza la mirada más asesina que me ha dado desde que nos conocemos, ni cuando mate al tipo en el bar me la dió — Ok si lo siento, estoy nervioso no puedes culparme por decir idioteces

Eso no parece relajarla, por fin llegó al hospital y pido ayuda mientras entro, un líquido sale de su pierna, no había sentido algo tan real y mi corazón acelerarse de esta forma, esto está sucediendo en serio, Ok Aedus, tienes que relajarte tu esposa esta en peor estado

Nos guían por la sala hasta una especial donde le conectan aparatos al rescostarla en la cama, no tengo mente para nada de lo que va a pasar, de hecho solo escucho zumbidos en mis oídos ignorando lo que sea que el médico dice, solo le colocan una bata o eso creo, y sostengo la mano de mi esposa, ni siquiera eso siento

La fuerza con la que me aprieta me hace parpadear, pero aún el zumbido en mis oídos es más fuerte que lo que sean que dicen, no se cuántas horas pasan, solo dejo de prestar atención a mi alrededor cuando la punzada en mi pecho reemplaza el zumbido de mis oídos, y lo veo, la cosa más preciosa que he visto últimamente, a parte de mi esposa y mis hijos claro está 

Allí esta, una bola de pelos castaños, lo colocan en el pecho de Caroline y tengo que recordar cómo se respira cuando me inclino a besar sus labios, me saben a sal, ella ha estado llorando todo el tiempo y tengo que abrazarla más fuerte para también acariciar la pequeña bola de pelos

—Joder... Gracias, — murmuro y trago lo que sea que me impide hablar y lágrimas de felicidad me inundan — muchas gracias mi amor

Vuelven a llevarse al pequeño y me hacen una seña y es allí cuando recuerdo que son dos, espabilo concentrándome en lo que sea que pasa a mi alrededor, no cambiaría esto por nada

* * *

Cuando salgo de la habitación donde trasladaron a mis bebés y a mí esposa, me sorprende encontrar a su hermano y papá y a mí sobrino quien me ven a la expectativa, sonrió por inercia, y suspiro llegando dónde están

—Un niño y una niña — cuando aterrizamos en Holanda hace meses, en la siguiente ecografía se supo que eran dos, creo que tuvieron que poner uno más moderno o yo no sé que mierda y por eso antes no se habían visto

Y durante todo el embarazo no mostraron su sexo, así que era una sorpresa gigante, y pues nada me llena el corazón, Arjen y Charlotte corren hasta donde estoy y me abrazan preguntándome si ya pueden conocer a sus hermanitos

Mi hijo está por terminar su tratamiento con quimio y pues todos hemos aprendido a lidiar con la perdida de Aubrey, más ellos que les hace un poco más de falta que a nosotros, asiento guiando a la gente de nuevo a la habitación, Caroline abre los ojos y sonríe al ver a las personas que la rodean

Y guío a los niños hasta las cunas dónde están sus hermanos, ambos castaños sus ojos no están abiertos así que no sabemos de qué color son, se quedan admirandolos y hablándoles

—Tenemos un nombre para el — señala al niño, creo que lo reconocen por la pijama azul,  enarco una ceja

—Samuel — Arjen es quien habla y miro a mi esposa quien está Asintiendo

—¿Y para ella?— pregunta, ellos se miran mordiéndose los labios, no saben que decir y se reúnen entre ellos sin permitir que nos acerquemos, hablan en susurros y finalmente se giran hacia nosotros

—Aria — miran a Mauricio que sonríe con tristeza — queremos que se llame como la abuela, creemos que ella le gustaría mucho, ¿Tu que dices abuelo?

—Claro que le encantaría que se llame así — susurra el español y lo veo acercarse — Bienvenidos a la familia, Samuel y Aria

* * *

Algunos años después

Narrador Omnisciente

Caroline, Aedus miraban con emoción como sus hijos corrían por la playa de Mallorca, ya tenían más de 10 años sin venir por aqui pero ella quería enseñarle a sus hijos sus raíces, dónde se crío, ellos estaban más que encantados, después de mucho luchar con médicos, clinicas y especialistas la enfermedad de Arjen fue curada por completo y corria feliz junto a sus hermanos

Ambos esposos se miraron y se dieron un beso agradeciendo ese momento, al lado de ellos Mauricio que aunque con mucha dificultad había aprendido a vivir con el dolor de la perdida de su esposa, y agradecia a sus hijos por ello, ellos no dejaban que se hundiera en el limbo o se desesperara por ello, así que aquel recuerdo doloroso se convertía en momentos mágicos de todo lo que vivió con su esposa

Santiago quien sin creer, después de mucho tiempo se casó con una persona excepcional que se convirtió en su aliada y que desde hace algunos años ya tenía una familia con dos hijos, ambos pelinegros como su hermana y su papá, y con sus otros dos sobrinos, que aunque no merecían a su madre, era lo mejor que ella había hecho por ellos

Javier se había encargado de darle una vida llena de Amor a Fabián que también corría junto a sus primos y Jonah había aprendido a superar la vida que le había dado su madre sus primeros quince años, ahora era un hombre y seguía el ejemplo de su abuelo y su tío, siendo un empresario extraodinario a nivel europeo, y no podía estar más que feliz por la familia que le había tocado

En aquella playa de Mallorca la familia Lazcano, recordaba sus pérdidas que los había hecho renacer y ahora eran felices con lo que lograban y conseguían, allí frente al mar disfrutaban la vida, vida que muchos creían que habían destruido pero no solo la habían hecho más fuerte, indestructible e inquebrantable

Sin Cadenas [Condena#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora