28. Should I believe your "everything will be alright"?

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. . .

Abrió los ojos lentamente.

Sentía su cuerpo dolido mientras se reincorporaba en la cama, intentando desenredarse de las cobijas.

La brillante luz del sol resplandeciente entraba por el gran ventanal al lado de la cama, que daba a ese dichoso balcón que quería visitar hace tiempo. Se levantó entonces lentamente, poniendo su mano en su cabeza.

¿Por qué se sentía tan raro?

¿Y por qué le dolía la cadera de repente?

El pánico cayó sobre él como un balde de agua cuando esa pregunta pasó por su cabeza.

Miles de escenas extremadamente bochornosas y gráficas pasaron lenta y tortuosamente por su cabeza. Miles de ideas, cosas bastante imaginativas y creativas, recuerdos que no recordaba haber tenido del momento en el que...

¿¡Por qué le dolía la cadera de repente!?

No, no habían rastros de Byron, no habían rastros de ropa en el suelo ni mucho menos estaba desnudo. Permanecía con toda su ropa puesta.

¿Entonces...?

Miró al reloj, eran las nueve de la mañana, a decir verdad demasiado temprano considerando a la hora en la que él se despertaba.

Examinó a su alrededor entonces, tratando de encontrar una explicación para su dolor de cabeza y cadera.

Solo pudo divisar en el suelo una de las sillas del mini comedor cerca de la entrada, plus una botella sobre la mesa.

Los recuerdos volvieron lentamente a su mente.

Byron se habría marchado pasando las nueve y media de la noche, él había permanecido en la habitación el resto de la noche, y por mera curiosidad y aburrimiento se puso a ver qué ocultaba ese cuarto de hotel.

Habían cosas un tanto bochornosas, a decir verdad, en los cajones cerca de la cama, y no muy escondido en la repisa del televisor, se encontraba una botella de alcohol.

No hizo nada más que verla curioso, cuestionando qué pasaría si se decidía por tomarla, pero el miedo constante de terminar como su padre siempre estaba ahí.

Pasadas las diez de la noche, llegó el servicio a habitación con un carrito con comida. A decir verdad lo agradecía porque estaba muriéndose de hambre.

La señorita que le ofreció la comida no tardó más en marcharse tras preguntar si todo estaba en orden. Edgar no comprendía porqué había tanta atención puesta en él, quería pensar que Byron había pedido que tuviesen cuidado con él en todo momento. Eso inevitablemente lo enternecía.

El resto no podía recordarlo bien, pero podía suponerlo.

Se dignó a probar esa botella de alcohol, aunque por lo que veía, no había tomado demasiado.

Tal vez eso era prueba suficiente de que lo suyo no era tomar, ¿verdad?

Se levantó de la cama, el dolor no era tan fuerte pero si lograba desorientarlo. Apenas estuvo de pie fuera de la cama un fuerte mareo lo domino casi haciéndolo caer.

Con eso, no sé sorprendería si descubre que apenas tomado un trago haya comenzado a tambalearse al punto de tirar la silla y que con ello, el haya caído también. Tal vez eso explicaría el dolor de cadera, y a decir verdad lo tranquilizaba mucho pensar que fue eso y no el que haya tenido sexo salvaje toda esa noche.

Se rió de sus propios pensamientos apenas el suelo dejó de moverse bajo él, y comenzó a caminar con paso vago en dirección al baño. Tomaría una ducha rápida y con eso saldría a las doce para encontrarse con su buen amigo, Brock.

Learning From The Bullet [EDITANDO🌺]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora