3. Promises.

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. . .

Clank.

Una lata vacía comenzó a rebotar en el suelo tras ser pateada con fuerza y odio por alguien.

El día estaba nublado, hacía frío y el viento hacía al pobre de Edgar temblar. Podía ver hojas volando por el aire, a su vez que... ¿Basura?

No le sorprendía la verdad, todos los demás estudiantes eran unos cerdos, que se revolcaban entre su propia basura, dramas, peleas y sus romances falsos.

Ugh, que asco.

Prefirió ignorar todo aquello y continuó con su camino a paso muy vago. Apenas estuvo nuevamente frente a frente a la lata vacía, su pie se abalanzó y volvió a patearla.

Clank.

Colette tenía reunion con su club aquella tarde de receso. No había más opción que estar solo.

Clank, clank.

¿Debía verdaderamente tener miedo de lo que Charlotte estaría planeando? Era una muy buena pregunta a decir verdad, pues no sabía si en verdad planeaba algo grotesco en su contra o si solo estaba alucinando.

Tal vez en realidad todo es obra de su imaginación.

A este punto no podía evitar pensar que Brock era una creación de su insegura y frágil mentalidad solo para sentirse a salvo en una fantasía.

Sin embargo, toda opción de que aquello fuera solo su locura solo estaba consumiendolo poco a poco se marchó cuando vio su teléfono móvil y, al tope de sus contactos salía su nombre.

Brock.

No tenía casi nadie con quien hablar más que con Colette, y en orden alfabético Brock estaría antes que ella.

Vaya coincidencia, es como si alguien usara esa sus contactos para darle un puñetazo en la cara y devolverlo a la realidad. A la cruda realidad dónde estaba destinado a sufrir por una perra resentida.

Sus pasos se detuvieron en secó en cuanto pasó por en frente de las duchas de la escuela... La entrada estaba cerrada, pero los dos chicos encargados de cuidar de esta zona estaban afuera, hablando.

Con él. El jefe del consejo estudiantil...

¿Acaso era lo que creí que era? ¿Acaso de verdad estaba por resulver su problema con ellos?

Dió un brinco de miedo en cuanto notó como el chico rubio encargado de las duchas lo miraba con rabia. Los instintos de supervivencia de Edgar le indicaban que saliera corriendo ahora mismo, pero justo al mismo tiempo en el que aquel rubio volteó, el jefe del consejo estudiantil lo hizo igual...

-Oh, vaya... Curiosamente estábamos hablando de ti Edgar.

Oh, vaya... Ahora tenía más ganas de correr.

-Ven, necesito hablar contigo también.

"No, Edgar, no vayas." Su cerebro le gritaba desesperado pero los ojos rosados del albino hacían que sus pies se movieran por si solos en dirección a ellos.

"¿¡QUÉ HACES!? ¡TE VAN A MATAR!"

Pero ya era demasiado tarde para salir corriendo, pues estaba cara a cara con los encargados, y a un costado del jefe.

-Entonces, ¿cuál es su estúpida excusa para no dejar entrar a un alumno de la misma institución entrar a las duchas?

Los dos chicos no dijeron ni una sola palabra, pues se sentían humillados y era fácil decirlo por como bailaban sus manos temblorosas.

Learning From The Bullet [EDITANDO🌺]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora