Learning From The Bullet [EDITANDO🌺]

30. Hard day.

. . .

Casi tres de la mañana... Y recién estaba llegando a casa.

Le abrieron la puerta como de costumbre, y algunas de las empleadas no tardaron mucho en retirar el abrigo verdoso de su joven amo, ayudándolo después de un agotador día.

Pero, obviamente eso no terminaría bien para él.

No por su padre.

Levantó la vista, pudo ver el rostro preocupado de una de las empleadas que más estimaba en el lugar, viéndolo angustiada.

Las luces estaban apagadas, la enorme entrada solo era tenuemente iluminada las linternas en las paredes, puestas en brillo bajo.

La mujer soltó un suspiro...

-El señor Gabriel quiere verlo, joven amo...

Byron bajó la mirada despreocupado, o al menos intentando lucir así.

-Si, lo sé, ya voy...

-¿Quiere que prepare las vendas?

Byron comenzó a andar en dirección de las escaleras, mientras sus manos temblaban... La atmósfera del lugar no ayudaba mucho, con la casi completa oscuridad del sitio...

-No. Sabes que mi padre no le gusta que me cures.

Siguió avanzando, subiendo lentamente las escaleras, hasta la cima.

Venía cansado, agotado. Se sentía bien por haber ayudado a su querido y adorado Edgar, pero su cuerpo no daba para más ese día.

Solo... Recibiría el castigo de costumbre iría a dormir como si nada.

Era fácil, ¿verdad?

Tomó la perilla de la puerta y la abrió con lentitud.

-Ya llegué padre. Oí que me buscaba.

-¿Qué te he dicho de tocar antes de entrar?

No respondió esa pregunta...

-¿Y qué son estas horas para llegar?

Mmm... No, tampoco se digno en responder eso.

Solo pudo oír claramente en su cabeza, retumbando como si no tuviese final, el sonido de la silla rechinando al momento de que el gran hombre de negocios se levantaba.

Caminó, con extremada lentitud hacia él.

Torturándolo mentalmente.

-¿Podemos hacer esto rápido? Estoy muriendo de sueño, y mañana tengo cosas que hacer.

-Aquí no mandas tú. ¿Quién te crees para desobedecer las reglas? ¿Acaso estás volviendo a esa etapa rebelde de hace un año?

Silencio. No dijo nada.

-O es que, ¿tu amigo el vagabundo te está influenciando para desobedecerme?

Byron simplemente estaba lo suficientemente agotado mentalmente para continuar así...

El hombre continúo acercándose a paso lento pero firme. Sujetando una larga regla en la mano...