Learning From The Bullet [EDITANDO🌺]

37. Road trip.

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Pasos acelerados se oían por las calles medio llenas de la ciudad. Tanta gente caminando, estorbando, no sabía si llegaría a tiempo o simplemente se perdería aún más de lo que ya estaba.

Empujó a un par de personas intentando abrirse paso, chocó con otras y cayó al suelo varias veces, pero no tardaba nada en levantarse y volver a correr como si su vida dependiera de ello.

Que, bueno, técnicamente así era.

No podía dejar que Byron se quedase solo, así, quebrado.

Importándole poco corrió por las calles transitadas por coches, incluso casi como en película de acción, saltó sobre el capó de varios de estos.

Se abrió pasó por, incluso, un camión que pasaba cerca de él.

Casi lo atropellan varias veces pero estaba desesperado.

"No abras la boca". Se recordaba a sí mismo para no perder el aliento de camino al centro comercial, pues conocía lo débil que era, y sabía que si abría la boca y perdía el aliento en cualquier momento caería al suelo agotado.

Temía por eso.

Igual no sabía cuándo tiempo más podría aguantar, su corazón latía a una velocidad extremadamente veloz, y sus piernas de a poco comenzaban a doler.

¿Cuánto faltaba para llegar?, se dijo a sí mismo... Justo cuando estuvo frente a un estacionamiento gigantesco al aire libre. Finalmente había llegado.

Si no entendía mal, el lugar también un estacionamiento privado, y cuando salía con Byron siempre se estacionaba ahí primero.

Okay... Con eso en mente, saltó sobre un faro de luz escalando un poco solo para poder darle una rápida pasada con la mirada a todo el estacionamiento solo para irse seguro de que Byron no se le habría escapado.

Pasó y repasó, vio un par de personas albinas por aquí y por allá pero eran solo padres de familia o chicos saliendo con sus amigos. Se deslizó por el faro hasta el suelo, respiró profundo y volvió a correr lo más rápido que sus piernas le permitían.

Lo cuál era ya muy poco a decir verdad.

Sentía como comenzaba a tambalearse mientras corría. Con suerte Mortis había peinado su cabello un par de minutos atrás, agradecía eso pues no soportaría haber sido atropellado porque su pelo no le permitió ver, y perder la oportunidad de encontrar a Byron.

Sí, le importaba más estar con Byron que ser atropellado. Es genial lo mucho que puede hacer un simple corazón enamorado.

Así, se abrió pasó por toda la gente que paseaba por ahí. Saltando bancas, caminando sobre la orilla de fuentes, siendo más ágil de lo que nunca había sido.

Al final practicar parkour si sirvió de algo.

No tardó ni un minuto más en llegar a las escaleras que llevaban al estacionamiento privado bajo el centro comercial. Había gente que ya lo reconocía ahí por lo que no se le dificultó darse lugar por las escaleras. El elevador no era una opción si quería ser rápido.

Abrió la puerta, ya conocía las escaleras que desendían lado por lado, así que para ahorrarse más camino, dió un brinco hasta el siguiente piso, dando vuelta preparándose para el siguiente.

No tardó más de medio minuto en bajar todo ese camino y llegar a la zona más baja.

Tomó la perilla, soltando el suspiro más pesado que habría soltado en toda su vida, y así, abrió la puerta de golpe.