Learning From The Bullet [EDITANDO🌺]

47. Dang, a lot of drugs for one night.

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Sinceramente, y gracias a la situación, Byron pudo darse cuenta de que no era un muy gran fan del silencio.

Miró a su alrededor, habían pasado varias horas desde que llegaron de su escape exitoso lejos de la ciudad desértica del sur. Actualmente se encontraba solo en la habitación de Bea junto al cuerpo moribundo de su adorado joven de la bufanda.

Verlo lo hacía sonreír, sinceramente. Se sentía contento de poder estar en un lugar seguro después de tanto, pero el sueño, las malas emociones y sensaciones terribles lo tenían mal. No quiso ni siquiera acompañar a cenar a los chicos, de verdad que no se quería alejar del joven que ahora reposaba en la cama de la chica de rulos.

Byron se encontraba sentado en un sillón en frente de un escritorio que estaba justo al lado de la cama, ahí había un plato de comida al cual apenas le había dado unas probadas. Recargó los codos sobre el escritorio y suspiró pesado, buscando qué hacer a partir de ahora. No quería dormir porque quería estar atento a Edgar, pero también necesitaba hacerlo. No quería distraerse con nada pero a la vez de verdad lo deseaba... No encontraría nada que hacer pronto, ya se sentía resignado a ello y a pasar días sin hacer nada debido al plan.

Ah, cierto, todos habían concordado con un plan: ninguno de los dos debería ni podría aparecerse en la escuela hasta que sea realmente seguro. Era una medida de seguridad para evitar cualquier drama que pueda empeorar la situación más de lo que ya está.

No sería problema para un Byron estable el simplemente acompañar a Edgar en completa paz, pero en ese momento era de todo menos estable...

Tras pasar horas sin ser capaz de descansar, Byron comenzaba a ver con deseo la cama en la que Edgar estaba durmiendo... No, no con ese deseo, más bien con deseo de recostarse a su lado, abrazarlo y dormir tranquilo. Tal vez entre los brazos de su amado podría dormir y deseaba poder hacerlo de esa forma, pero Edgar estaba herido y la cama era más pequeña de lo que esperaría de una cama normal. No parecía buena idea, en absoluto.

Soltó un suspiro y sonrió, acercándose un poco más a la cama para poner los brazos sobre esta y recostar la cabeza, mirando tranquilamente a Edgar dormir.

Se veía enfermo, pero también bastante apacible. Estaba feliz de saber que al menos él estaba bien, aunque él mismo se estuviera muriendo. Sonrió y con una mano se aproximó a acariciar el rostro de Edgar, apartando aquellos mechones rebeldes que cubrían sus lindos ojos. Suspiró, y cerró los ojos lentamente, cansado... Esperando poder quedarse dormido pronto, cerca de Edgar en caso de emergencias...

Pero no fue de su gusto oír gritos afuera, dónde Brock, Bea, Colette y ahora también Penny y sus amigos estaban platicando. Byron no sabía de qué hablaban pues sus pensamientos estaban sonando demasiado fuerte en su cabeza para darse cuenta, además de que los chicos habían concordado en ser silenciosos para dejarlo descansar. Recién apenas podía escuchar algo.

Eran altas horas de la madrugada, y podía apostar que ellos también estaban cansados, ¿por qué no habían ido a dormir aún? Suspiró.

Trató de seguir su camino a los brazos del sueño pero otro grito más lo interrumpió.

Especialmente por lo que había oído...

"Esa perra... ¿Así que todo fue al revés?" Dijo Brock, ¿a qué se refería con eso?

Se volvió a incorporar en el asiento mirando a la puerta de la habitación en silencio. Esos colores morados que lo rodeaban en las paredes comenzaban a ponerlo ansioso. Sin saber qué hacer al respecto, tomó la mano inmóvil del muchacho en cama y respiró profundo.